Desde el momento en que Hades se marchó, tanto el Olimpo como el Inframundo estuvo al tanto de toda esta aventura que él emprendió para buscar a la mujer que amaba.
Los objetos a los que Hefesto había puesto vigilancia ahora eran como cámaras, puertas hacia el mundo moderno en el que las criaturas milenarias eran capaces de ver día a día cómo era que los mortales habían evolucionado sin su ayuda y fueron capaces de extender sus dominios hasta cada rincón del planeta. A su vez uno de estos objetos era un collar perteneciente a Afrodita, ella había pedido personalmente a Hefesto que le colocara vigilancia las veinticuatro horas ya que no había nada que odiara más que alguien usando sus accesorios sin su permiso.
—Ni siquiera lo luce tan bien como yo. —aseguró la diosa preparando un batido verde para desayunar mientras que en la televisión más cercana veía cómo era que Rose se adentraba a aquél museo.— Sólo mírala, ese collar no está hecho para estar escondido bajó su ropa ¡Es cuarzo puro! Tiene que lucirlo como es debido.
—Mamá, eres una mujer muy hermosa. —llegó Eros, robando uno de los pancakes que su hermana estaba preparando.— Pero déjame ver esto, es importante. Sólo espero que los gemelos estén cuidando de ella.
El dios suspiró, tan preocupado por su amiga que había descuidado sus tareas para asegurarse de que Kore estuviera a salvo, porque por lo poco que Eros había visto de su vida actual, era cuestión de tiempo para que ella terminara tras las rejas o incluso peor.
—Más bien ella cuidará de los gemelos. —corrigió Ares, que al no tener guerras en el reino mortal vió como su trabajo comenzaba a menguar.
Y así como ellos dos, muchos otros dioses y criaturas dejaron de a poco sus obligaciones para observar cómo era que Hades buscaba a Rose, esperando lo mejor. No sólo ese era el mejor entretenimiento que habían tenido desde que los centauros hicieron huelga por sus condiciones laborales hace unos mil años, sino que Hades significaba su última esperanza para poder volver a la normalidad.
(...)
La gente había comenzado a hacer apuestas, repetir tendencias y modas que veían que hacían los mortales, incluso tratar de crear sus propias parodias de lo que era la vida de estos efímeros seres que parecieron haber logrado construir más que los dioses en los últimos milenios.
—Si Hades logra volver con ella, entonces tendrás que perdonar a Perséfone de sus "crimenes." —Hera había exigido con un cigarrillo en su mano derecha.
—¿Y quién te hace pensar que haré algo cómo eso? —Tanto Hera como Hebe dejaron sus cubiertos sobre la mesa, viendo al dios de forma incrédula.
Hebe ahora estaba en sus deslumbrantes veintitantos, esto desde hace varios siglos claro está, pero ella aún así tenía cierta fascinación por Hades, al cuál había ido a visitar varias veces sin que nadie lo supiera. Ella había estado tan acostumbrada a ver al rey en las sombras y con los ánimos por el suelo que había olvidado lo gracioso y amable que éste era, una versión de él que pudo volver a ver a través de la pantalla gracias a Perséfone.
—¿No extrañas a tu hermano, padre? —preguntó Hebe, ella había ido a cenar con ellos aqurlla noche, esperando que no sea un total desastre.— Porque yo echo de menos a mí tío, y esa persona que está allí afuera buscando a Perséfone es el Hades que yo recuerdo ¿Por qué deseas hacer su vida miserable?
Zeus se puso de pié para marcharse de allí, y luego se encerró en su oficina para pensar. Había perdido a Poseidón cuando sucedió todo lo del juicio, pero nunca antes se había percatado de que con sus decisiones también había perdido a su otro hermano.
Sabía que su quería un cambio, él debería comenzar a actuar como el gobernante justo que debía ser, y eso era lo que haría.
(...)
—¡No puedo creer que ese descarado esté haciendo eso! —exclamó a todo pulmón Deméter señalando con desprecio cómo era que Hades accedía a dormir en la misma cama que Rose.
Hestía, Atenea y Artemisa habían estado oyendo las quejas de Deméter hacía ya horas, ellas se encontraban en el Inframundo donde Deméter se estaba hospedando. Ella no adoraba la idea de estar quedándose allí, pero nada le haría volver a pasar un día más de arresto domiciliario, eso que le esperaba en el Olimpo.
—Está haciendo lo que puede. —murmuró Artemisa, afilando uno de sus cuchillos.
La que más preocupada se veía era Hestía, la cuál recordaba a la perfección todos los problemas que Hades le había traído en su momento respecto a Perséfone, siendo una gran distracción para la diosa y poniendo a la joven en problemas cuando ella decidió quedarse una noche en el Inframundo.
—Le pedí que la rescatara, no que actuara como un Don Juan con ella. —respondió Deméter a la voz de Artemisa.
—¿Si? Pues ella no es una niña para que vayas detrás de ella Deméter. Si Perséfone vuelve a casa ¿Crees que te ganarás su amor nuevamente siendo una madre controladora como lo fuiste toda su vida?
La pareja se quedó en silencio, presenciando la discusión entre las otras dos mujeres, ambas con fuertes personalidades y eso era más que notorio.
En el momento en que Eris apareció en escena, ambos reinos quedaron helados, a esas alturas ya nadie levantaba sus miradas de los teléfonos que tenían, incluso se juntaban en bares o en casas ajenas para poder observar cómo era que aquella historia seguía. Los nervios de todos estaban alterados, porque sabían que si Eris acababa con Hades o Perséfone ellos estarían allí atrapados por siempre.
Cuando vieron que Hades usó sus últimas fuerzas para viajar al Inframundo con las tres damas se dieron cuenta de que no podían seguir aquella historia, ya que Rose se había quitado ese collar que usaba como una ventana hacia el reino de los mortales, dejando una lúgubre vista de Eris, tendida en el bosque y con la espada atravesando su cuerpo.
Fue por eso que el Inframundo se vio vacío cuando Rose llegó allí, porque todos estaban reunidos viendo aquellos momentos cruciales, sin saber aún que Hades había dado lo último de su fuerza vital para llevarlos a los cuatro a casa, pero aquella cruzada aún no había terminado, ya que había mucho que luchar por Rose para poder volver a la normalidad.
 ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄Les dejo este capítulo corto como para que tengan una idea de qué estaba pasando en el Olimpo mientras tanto, no tuve tiempo para editarlo y creo que me faltan algunas cosas las cuáles agregaré más adelante ahr pero no tenía tiempo y quería publicar esto antes de seguir con la última parte del fanfic(??
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𝗘𝗩𝗘𝗥𝗟𝗔𝗦𝗧𝗜𝗡𝗚 ˡᵒʳᵉ ᵒˡʸᵐᵖᵘˢ
FanficPerséfone era una poderosa deidad, pero el haber sido desterrada en el reino mortal había traído mortales consecuencias para ella. El cuerpo de la diosa se desintegró, creando así lo que ahora se le conoce como invierno. Nadie en el Olimpo supo jamá...