La muerte es un proceso de dolo en el que una persona o una familia entera se envuelve en una situación de tristeza y agonía, al enterarse que que un ser querido ya no está con ellos (no necesariamente tiene que ser una persona, a veces puede ser una mascota e inclusive para otros puede ser pertenecías o simplemente objetos inanimados).
El sentimiento es el mismo y muchas personas reaccionan siempre de diversas maneras, para tratar de encontrarle un sentido a esta pérdida.
Sentimientos y situaciones hay muchas y ejemplos de la muerte de algo, se pueden encontrar en muchos rubros.
La muerte de un sistema operativo es la falla total e inutilisacion de las funciones básicas del mismo, es decir, quedar incapacitado para realizar las tareas para lo que fue creado, en la mecánica automotriz, la falla total o lo que ya se consideraría chatarra, es aquella pieza o inclusive el automóvil completo, que es incapaz de cumplir su tarea asignada, dentro de estos dos ejemplos el dolor o la reacción de ausencia del técnico o del mecánico no se comparan con la ausencia de un ser humano, pero en sistema de eliminación o falta, es el mismo.
Es decir, realmente a donde se va la integridad de la persona o objeto, físicamente para el mecánico y el sepulturero es sencillo responder esta pregunta, pero que pasa con el alma de la persona, sus conocimientos, consejos, sueños y costumbres.
El dolor de sentir como la voz de esa persona se apaga cual vela, es por lo que estamos aquí, sabemos perfectamente que el cuerpo está en un cementerio, en algunos casos las cenizas se esparcen en algún lugar que fue importante para el difunto, pero el sentimiento de entrar a una casa vacía, donde no se escucha aquella cálida voz, la incapacidad temporal de volver a los momentos felices, todas estos son pensamientos no físicos que mantienen el alma ocupada y la mente cansada, son partes del duelo que rayan en mantener en silencio los pensamientos y que dejamos ahí, guardados, sin tratar de encontrar algún sentido.
De entre estos pensamientos, uno de los más comunes es de la rutina, a veces y desafortunadamente la vida es muy rutinaria, y las tareas que se hacen día con día se marcan como tatuajes en la piel,.
Todos hemos sufrido alguna pérdida de la cual personalmente deseo que el su duelo esté cerrado y superado, para los que aún no podemos completar este ciclo tan natural y que es la única garantía que tenemos una vez nacidos, aquella cláusula de este contrato vida que es completamente cierto que se cumplirá.
Disfruten a sus seres queridos, traten de tatuarse su voz en sus pensamientos, ya que es muy difícil el tratar de recordarla una vez que es imposible tenerla de nuevo.
Pinten su rostro en su cerebro, ya que las fotografías nunca muestran la compleja humanidad de las personas.
La experiencia más difícil es el asumir que esa persona aún camina con nosotros, que aún realiza sus actividades diarias y que atiende sus tareas, e ideas tan simples como el asumir que se alimenta, que toma agua o que descansa, son garantías que por seguro todos los seres vivos cumplimos.
El sentimiento que al autor de esta reflexión le taladra la cabeza, es el entrar una casa vacía, sin alma y sin amor, sin color y sin olor, sin sonido, completamente muda.
