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Congelada, sí, congelada.
Así quedé al confirmar que aquel guapo extraño era Bruno, mi gran amigo de la infancia. Esto era muy raro, no nos habíamos visto ni hablado en años, él me bloqueó de toda red social, y después de un tiempo, ya no lo busqué porque quería respetar su decisión de sacarme de su vida, por lo que tampoco traté de verlo cuando venía de visita.
Y de pronto recordé la última vez que nos vimos, la razón de su enojo: mi mala decisión. Por mucho tiempo me había torturado a mí misma, por mucho tiempo había querido tener la oportunidad de disculparme, de decir cuánto lo sentía... y cuanto lo había querido.
-Quiero pedirte perdón, yo sé que la última vez que nos vimos cometí un grave error y ...
- ¿De qué estás...? Ay, Rubí, éramos niños, eso ya no importa – el tono de su voz me llenaba de paz; sin embargo, este ambiente se quebró poco a poco cuando vi que se acerca hacia mí, aunque afortunada -o desafortunadamente- permaneció a un metro de distancia.
Sus palabras me hacían sentido cada vez más, ya no éramos niños, habíamos crecido mucho, y vaya que eso se le había dado bastante bien a él. Oh, santo cielo ¿Qué me está pasando?
Por un momento permanecimos en silencio hasta que decidí romperlo con un intento de mal chiste - ¿No crees que es una gran coincidencia que nuestro reencuentro sea de la manera más cliché posible? – claro, tenías que usar tu "humor incomprendido".
- ¿Estás diciendo que te seguí hasta aquí y me escondí en el árbol hasta que te acercaras para poder hablar contigo? - Su ceño se frunció, esto me asustó un poco porque realmente no soy tan buena con habilidades sociales y creo que hacerlo enojar no suena a buena idea.
- ¿Qué? Yo no dije...- Creo que mi cara de espanto era notoria.
-Ay, tranquila, solo juego contigo- dice divertido- sí, es un poco raro, pero supongo que tenías ganas de pensar, y este lugar para hacerlo; y yo estoy aquí casi siempre, era solo cuestión de tiempo que nos encontráramos.
Poco a poco puedo ver como se acerca un poco más y puedo notar como mi corazón se acelera tanto que siento que saldrá de mi pecho, solo me había sentido así antes una vez... una sola vez.
Cuando nuestras miradas se encontraron, sentí una conexión casi mágica, éramos un par de imanes en polos opuestos que necesitaban unirse y...
Ring... ring...
¡Maldita sea, que oportuno!
Contesté la llamada, era mamá. Resulta que, el tiempo se va rápido cuando te la pasas pensando, y no me había dado cuenta de que habían pasado ya 2 horas desde que salí de casa.
-Era mi mamá... tengo que irme, me esperan para cenar.
-Oh, ok, nos veremos otro día- nuevamente dijo con ese tono pacífico que hacía que sonara tan... Rubí, contrólate ya, por favor.
Bueno
Estuve a punto de marcharme, cuando de pronto...- ¿quieres venir a cenar? Seguramente mi mamá estará feliz de verte, te adoraba.
¿Qué? ¿Estás invitando a un completo desconocido a tu casa? Bueno, no es un desconocido, es Bruno. Aunque por un lado era cierto que tenía tanto tiempo que no nos veíamos, prácticamente no sabía nada sobre él y...
- ¿Rubí?
-Perdón, me fui un momento
Ni siquiera me di cuenta en qué momento llegamos a mi casa o tan siquiera el momento en que habíamos comenzado a caminar. Apenas y abrí la puerta de mi casa, pude ver que mi mamá (que estaba un poco molesta) me esperaba en la sala junto con Adam.
- ¿Se puede saber por qué...? - la expresión de mi mamá pareció cambiar completamente cuando vio que Bruno entraba a la casa, parecía totalmente confundida - ¿Bruno?
-Hola, señora Salazar.
-Espera un minuto, ¿Cómo lo reconociste? – dije un poco confundida.
-En primer lugar... hola, Bruno, y ya sabes que puedes decirme Jade... en cuanto a ti.... – dijo girándose hacia a mí- ¿Cómo no lo voy a reconocer? Si está idéntico. Ah, casi lo olvido, por hoy no tienes problemas por llegar tarde, pero la próxima vez...
-Mamá, todos sabemos que eres incapaz de castigarnos- dice Adam, con su típica voz de idiota.
-Claro que la castigaré la próxima vez- dijo mamá un poco apenada- pero ya, seguramente Bruno no quiere escuchar sobre esto. Así que, por favor, toma asiento y cuéntanos cómo has estado.
Y así fue como pasaron las siguientes 2 horas, hablando de qué había sido de nosotros los últimos 5 años. Para mi sorpresa, la vida de Bruno no había sido tan interesante como imaginaba, en resumen: era un niño bueno, con calificaciones de nerd y además practicaba soccer.
-Y bueno... me da gusto verlos, pero ya es tarde y me tengo que ir
-No puedo dejar que te vayas, últimamente ha estado muy peligroso por aquí - le dijo mamá - si quieres te puedes quedar en el cuarto de huéspedes o con Adam.
-Bueno, realmente no estoy seguro si...
-Ya está decidido... Rubí, ve con Bruno a buscar unas sábanas.
¿Qué rayos acaba de pasar? Mi mamá, la que no quiere que esté cerca de muchachos de mi edad me acaba de mandar a buscar cobijas con el chico más guapo que he visto ¡esto es surreal!
Apenas terminamos de subir las escaleras y solo yo sentí el impulso de tan solo...
-Ay, ya dime la verdad.
- ¿De qué rayos estás hablando? - Estaba tan desconcertado.
-Lo que le dijiste es falso, lo sé.
-En realidad, sí tenía que irme.
-No estoy hablando de eso.
- Entonces, ¿de qué?
-No te creo nada de lo que dijiste sobre ti.
- Ah, ¿sí? - En ese momento me paralicé, no sé si por la manera en que arqueó su ceja de manera obviamente pícara o si fue por el hecho que mientras lo hacía se acercaba hacia mí - y, entonces, ¿Cómo soy según tú?
-Pareces la clase de chico que no hace esas cosas
- ¿La clase de chico? ¿estás volviendo a hablar de clichés?
- ¿Me equivoco?
- Rubí, la vida no es como las películas - lo dice mientras se adentra en mi habitación.
- Técnicamente, aún no lo has negado
- ¿Y qué si es cierto lo que dije?
- ¿Y qué si es falso?
-Espera, ¿qué?
- ¿Qué?
- Así que de eso se trata
- ¿De qué hablas?
- ¿Estabas esperando a que yo fuera un chico malo con problemas parentales del que te pudieras enamorar como en una estúpida película?
-Yo no...
-No Rubí, ya fuiste bastante clara - hizo un ademán de marcharse, pero de pronto... - ¿sabes qué? Creo que no importa, después de todo, tú me conoces mejor que nadie, ¿no es cierto? - ahora venía directo hacia mí hasta quedar a una distancia peligrosamente cercana.
- ¿De qué rayos estás hablando? No te he visto en años.
- ¿Estás segura de eso?
Pero qué... Oh, no.
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Entre las ramas
RomancePor una serie de circunstancias, Rubí, una chica a la que no le gusta meterse en líos, regresa a una ciudad de su pasado. Ella está decidida a mantener un perfil bajo hasta que se reencuentra con Bruno, su amigo de la infancia que, sin lugar a duda...