Las rupturas siempre duelen.

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Observaba los mensajes de Yasuhiro, esperaba que la puerta del baño resistiera lo suficiente antes de que el otro pudiera tirarla, varias lágrimas resbalaron por sus mejillas viendo las fotos y vídeos que su pareja tenía de diferentes chicas y chicos, cuando escucho el sonido de la puerta romperse y vio a Yasuhiro entrar intentando dar excusas y explicaciones le arrojó el celular donde se podía ver al más alto pasarla bien.

Sin escuchar razones falsas ni palabra alguna Nahoya huyo del departamento entre gritos.

La señora Kawata no sabía que hacer, Nahoya le había llamado desde la estación de policía entre hípicos y llanto entre cortado, Souya no estaba en casa por lo que avisarle le era difícil, no quería preocupar a su retoño sabiendo que en ese momento...

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La señora Kawata no sabía que hacer, Nahoya le había llamado desde la estación de policía entre hípicos y llanto entre cortado, Souya no estaba en casa por lo que avisarle le era difícil, no quería preocupar a su retoño sabiendo que en ese momento se encontraba de nuevo en una tercera cita con el agradable chico al que ya le había presentado una tarde que el rubio de lentes había acompañado a su bebé a casa después de la práctica de gimnasia del menor. Sin más opciones llamo a su hijo, Souya no tardo en llegar en compañía de Rindou y Ran, al saber lo que pasaba llamaron a su padre que no dudo en ofrecer su servicio como abogado.

Al llegar vieron al pelinaranja con una expresión triste en el rostro, el señor Haitani no dudo en averiguar qué había pasado, cuando liberaron a Nahoya ninguno hablo hasta llegar al hogar de los gemelos.

El señor Haitani explicó que tendría que ir al hospital para ver al otro implicado en la pelea doméstica en la que Nahoya se había involucrado, Souya inmediatamente revisó a su gemelo viendo algunas marcas de dedos en sus brazos y hombros, el señor Haitani lo fotografió antes de retirarse.

Los hermanos se mantuvieron en silencio mientras Souya lanzaba insultos que en realidad no lo eran al aire, Nahoya se encogió de hombros justificando la situación diciendo que los rompimientos siempre dolían.

 oɹǝᴉnb ǝʇ ́ᴉs∀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora