Tras meditar la situación en la que me encontraba decidí hablar con los hombres del pueblo para intentar entender la situación.
-Fui un guardia toda mi vida, no es como si pudiera cambiarlo. -Dijeron algunos veteranos de guerra.
-A las mujeres no les gustan los fracasados, quiero ser exitosos. -Agregaban otros. Después de un rato realmente me encontraba en una situación bastante comprometida, viendo que esto no llegaba a ningún lado, terminé teniendo que volver al pueblo. Aparentemente los problemas se dividían entre quienes se negaban a aprender un nuevo oficio y quienes querían amasar una fortuna para conseguir mujer...
-Supongo que les di un mal ejemplo. -Dije mientras suspiraba.
Viendo que la situación no iba a ningún sitio terminé en el bar del pueblo, rara vez venía aquí, pero supongo que encontrarme con un callejón sin salida me orilló a beber.
-¿Martin? Que raro verte por aquí. -Decía la tabernera.
-Sí... tuve un problema.
-¿Tu amiguito no las satisface?
-¿Por qué esa fue tu primera suposición? -Dije molesto.
-Tienes cuatro esposas y paredes muy delgadas. -Ese es un buen punto.
-No, a eso ya me adapté.
-Mis respetos. -Dijo la tabernera mientras me ponía una jarra de cerveza.
-Es respecto a pueblo tendero, le hacen falta granjeros. -La tabernera entonces arqueó una ceja.
-En serio que últimamente la falta de granjeros está provocando muchos problemas a todos.
-¿Qué? -En ese momento señaló con la cabeza a la chica a mi costado, la enana (o igual sería más correcto llamarla Loli-tetona) que había venido a ver a su hermana hace unos días suspiraba.
-¿No eres la cuñada de Roberto? -Pregunté al verla, ella me miró y asintió.
-Sí... vine a visitarlos, aunque estaban demasiado acaramelados, así que terminé quedándome en la posada, carajo, quizá debí haber hecho como ella y buscar hombres en otro pueblo.
-¿No hay muchos granjeros en su pueblo?
-No hay muchos hombres en general, si un hombre de montaña se vuelve exitoso suele irse del pueblo y casarse con una raza con mujeres más altas como los orcos o los elfos y si no son exitosos se centran tanto en su trabajo que aunque alguien los quiera así se distancian... -¿Así que les gustan grandotas para que les alcancen el cereal? No puedo culparlos.
-Por cierto ¿Tiene que ser un granjero muy exitoso?
-Conque pueda mantener a su esposa e hijos ya nos es más que suficiente, además, si es un granjero ¿Realmente importa si tiene cien hectáreas o solo una? -Eso me estaba dando una idea.
Al día siguiente volvimos al pueblo tendero, ahora con la mujer de montaña, le pedí al alcalde que reuniera a todos los hombres solteros y solitarios del pueblo, en total terminé con un auditorio de 38 hombres para la presentación, tomando en cuenta que la población adulta eran 55 hombres y 15 mujeres supongo que tiene sentido, en ese momento la chica aclaró su garganta y dio un paso al frente.
-La verdad es que vine a este pueblo porque estoy buscando un esposo, no importa si es flaco o gordo, feo o apuesto, alto o bajo. -No tomó ni un segundo que todos trataran de acercarse, por suerte teníamos bastante guardias (aunque algunos guardias también saltaron) pero en ese momento la mujer de montaña terminó su frase. -Pero sí que quiero casarme con un granjero.
-¡Azadas y semillas! ¡Lleven sus azadas y semillas! Baratitas, baratitas. -Dije mientras la fila de gente iba comprando uno por uno el pack de granjero y los guardias dividían el campo para que todos tuvieran su propia hectárea de campo para cultivar.
-Luego tendremos que construir un cercado cuando la gente quiera expandir las granjas. -Dijo el guardia.
-Me encargaré de eso después. -Respondí, tras eso vi a la Loli tetona.
-Por cierto ¿Hay más mujeres de montaña solteronas que quieran casarse con granjeros? -La chica asintió.
-Suficientes como para formar una ciudad entera de solteronas. -Fue en ese momento que se me ocurrió otra idea.
-¿Qué me dices de traer a otras 37 mujeres que sueñen casarse con un granjero para aquí? -la chica arqueó una ceja.
-Diría que necesitaría más de 37 puestos tomando en cuenta la cantidad de candidatas... aunque ahora que lo pienso... podría sacar beneficio de esto. -Decía con una sonrisa maliciosa.
-¿En serio? -Dije decepcionado.
-¿Qué? Si mi hombre planea comenzar una granja debo asegurarme de que a quien elija tenga todo para hacer su trabajo más fácil. -Tras aquella frase terminamos por pactar el trato, la loli-tetona (Quien se llamaba Marla pero tenía más cuerpo de loli-tetona que de Marla) decidió partir de vuelta a su ciudad natal para traer a las candidatas...