CAPITULÓ 14

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NO ME IMPORTAS

—No llores, Zmeya...—dice y abro los ojos que cerré, tiene una sonrisa débil y me mira.

Joder, pensé que jamas diría esto pero... como me alegro de escuchar su sexy y molesta voz.

—Que hijo de puta... no me asustes así—le regaño y él sonríe.

—Pensé que no te importaba—se intenta reincorporar y le ayudo.

—Oh, y créeme que sigue siendo así...—le ayudo y los dos subimos la pequeña cuesta, su brazo en mi hombro y yo siéndole como una muleta.

—¿Enserio? ¿Fenix?—pregunto y él se ríe pero se pone la mano en las cotillas, le miro preocupada.

—Al menos no me coloco nombres rusos—dice pero no me quita la preocupación.

—¿Estas bien?—pregunto

—Ya deja de preocuparte, estas hablando con el hombre de acero.—intenta bromear.

Cuando nos acercamos a la multitud todos se callan y viene hacia nosotros, me arrebatan a Zack y se lo llevan mientras que yo me quedo allí manchada de sangre....

Esta bien....esta bien.

Me devuelvo a por mi moto y la dejo junto al gorila de nuevo.

—Has conocido ya al Fenix—Dice Irma.

—Y no en las mejores condiciones—digo y me dirijo al baño del personal, que es el más limpio y bonito.

Paso por el puesto de trabajo de Irma y me adentro en su baño, me limpio la sangre y me lavo la cara. Ya limpia salgo de allí y cojo unos post-it y un boli de Irma, ya demasiada confianza. Es una chica de unos 20 años, el día que la conocí traía demasiado maquillaje, pero es hermosa al natural.

Espero que mejores. Y por cierto, no me importas, capullo.

                                Sham.

—Le das esto cuando mejore.—le tiendo el papelito y me despido para ir a casa, si ningún billete pero sin ningún muerto.

Cuando llego me tiro en mi cama y me quedo dormida instantáneamente.

Me despierto con un gran dolor en el cuello y en la espalda.

¡Agh! Ni dormir se.

Me levanto y agradezco que hoy sea sábado, si no, estaría muerta como para ir.

Voy al baño y me lavo los dientes, bajo y miro la hora en el reloj  pegado en la pared de la cocina.

Hostia, las 11 de la mañana, me paso las manos por el pelo y me hago un desayuno, o sea fruta picada y ya esta.

Me hago un moño mal hecho y miro la nevera mientras como, analizando todas las fotos que tenemos pegadas con imanes, y veo la nota que dejo papá, Ara y él salieron a correr, uf a mi eso no me gusta.

Cuando estoy apunto de terminar suena la puerta. Y me levanto con el plato en mano mientras como y me dirijo a la puerta, abro la puerta y me atraganto con la fruta.

Cuando ya respiro con tranquilidad dejo el plato en la mesa cerca de la puerta.

¿Qué hace él aquí? Y yo en estas pintas...

Intento hablar pero me vuelvo a ahogar y él me ayuda dándome golpecitos en la espalda.

—¿Qué haces tu aquí?—pregunto cuando ya respiro.

—Bonita pijama—comenta Zack mirándome de arriba abajo, miro mi pijama. Un pantalón corto, demasiado, y una camisa de tiras que deja ver mi ombligo.

¿VOLVER A ENAMORARME? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora