Capítulo 3. "Dime que me quieres"

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Apoyo mi mejilla en la espalda de Justin y abrazo con fuerza su cintura, cierro los ojos y disfruto del viento golpeando suavemente mi rostro. Dejo salir un suspiro y sonrío. Esto es tan romántico. ¿Qué chica no desearía dar un paseo por la cuidad en una motocicleta al estilo Tres Metros Sobre el Cielo? Es un sueño hecho realidad y no sólo por el hecho de dar un paseo en motocicleta, sino que también andas acompañada del chico ideal. Y ese chico ideal es Justin.

Esto se parece a esas películas románticas donde los protagonistas están perdidamente enamorados.

Y lo irónico de mi caso es que Justin y yo no estamos enamorados. Sí, nos gustamos y mucho. Pero no existe nada más que atracción, o eso creo. Nunca hemos tocado ese tema, ni siquiera he pensado que en un futuro podríamos tener una relación formal. Al contrario, pienso que sólo es pasajero. Somos jóvenes y conoceremos a más personas. Nos gustarán otras personas. Aunque no niego que le tengo un gran cariño a Justin; pasamos mucho tiempo juntos y realmente existe un lazo muy fuerte entre nosotros. 

Tal vez sea amor o sólo atracción.

No estoy segura de lo que siente Justin, pero no creo que esté enamorado de mí. ¿Es posible enamorarse tan rápido de una persona? La verdad es que no lo sé. Y por alguna extraña razón me causa miedo que llegue a enamorarse de mí. O quien termine estúpidamente ilusionada sea yo. No soy de las chicas que se ilusionan tan rápido con un chico, mucho menos me enamoro al tercer día de conocer a alguien. Pero hay algo en Justin que me hace confiar en él. Mi corazón me dice que no me hará daño y mi mente me dice que es un buen chico. Que merece una oportunidad.

Confiaré en mis instintos y le daré una oportunidad.

¿Qué tan malo puede llegar a ser eso?

El que no se arriesga, no gana.

—Llegamos, nena —la preciosa voz de Justin me saca de mis pensamientos.

Abro los ojos y miro el lugar maravillada. Me ha traído a las afueras de la cuidad, donde puedes observar todos los maravillosos paisajes que ofrece la naturaleza. Justin no deja de sorprenderme.

—Nunca había estado en este lugar —le digo mientras me bajo de la motocicleta y me quito el casco para soltar mi cabello—. Este lugar es bellísimo.

—Lo sé —muerde su labio inferior, y sonríe despacio—. Me alegro que te guste. Es la primera vez que le muestro este lugar a alguien.

—¿Y por qué yo? —sonrío tontamente.

—Porque tú eres especial para mí, Gigi.

Las mariposas no tardan en aparecer en mi estómago y un color carmesí se instala en mis mejillas. Juro que nunca antes me había sentido tan... especial. Los chicos de ahora sólo buscan pasar una noche contigo y ya.

Te desechan como si fueses una bolsa de basura.

Me atrevo a decir que Justin es muy diferente a los demás. Hasta el momento no ha intentado aprovecharse de mí y eso le suma muchos puntos.

—Me siento halagada —río entre dientes—. Te agradezco que me hayas traído aquí. Es un bonito detalle.

—No me agradezcas nada, linda. Lo hago porque quiero —toma mi mano—. Y porque me gusta hacerte sentir bien.

—Siempre me haces sentir bien, Justin.

—¿Entonces estoy haciendo todo bien?

Ríe divertido y yo asiento con la cabeza sin dejar de sonreír.

—Lo estás haciendo a la perfección —rodeo su cuello con mis brazos y beso suavemente sus labios—. Será muy romántico sentarnos juntos en el pasto mientras observamos el maravilloso paisaje.

En serio me gustas muchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora