Blanca Nevisca (GOYUU)

Única Parte

Nota de autora:

-Este es un AU omegaverse, Gojo es un alfa y Yuuji un omega (el cual aun no sabe que lo es).

-También hay maldiciones en este mundo, tal como en Jujutsu Kaisen, pero aquí Sukuna es hermano de Itadori (déjenme ser feliz al menos aquí).

-Para no hacerlo taaaaaan ilegal, Gojo tiene 24 y Yuji 18.

-Gojo es un león blanco africano y Yuuji es un tigre. Ambos conservan solo la cola y las orejas, al igual que en algunos casos los colmillos y sus garras.

Ahora sí, empecemos...

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-Le dije que debíamos tomar el otro camino, sensei. Creo... creo que ya vi ese poste cinco. No, seis veces.

-Yuji, tranquilo- El peliblanco miraba al de ojos chocolate mientras acariciaba gentilmente su mejilla derecha, sin dejar de ver la desolada carretera- Ya casi llegamos, solo mira ese letrero- Ahora señalaba un cártel algo oxidado que indicaba los kilómetros restantes para llegar a su destino- Solo faltan diez kilómetros. Confía.

-Como diga, pero, alto. Me parece que es el mismo letrero que vimos hace media hora y por la nieve cubriéndolo dice diez y no cien, ¿Seguro que sabe como llegar a Kyoto?

-Yuji, solo cree un poco más en tu sensei, ¿Cuándo te he fallado?, estaremos ahí en menos de veinte minutos, es más, serán menos de quince.

Es cierto e irrefutable que Satoru Gojo nunca había ni ha fallado a su palabra, mucho menos para con su alumno favorito. Sin embargo, en este caso, la situación pinta a tornarse algo más... negativa. En cuanto al letrero verde neón, si bien, contenía notorias letras blancas que indicaban "diez" kilómetros restantes, al tomar en cuenta la tormenta de nieve que se desataba al exterior de ese lindo y caliente auto, no era raro que estuviera casi cubierto en su totalidad, siendo algo difícil distinguir los números y haciendo todo aún más confuso.

Para variar, las dos personas en el coche no habían tenido una buena mañana y parte de la tarde. Cerca de ocho horas seguidas conduciendo para intentar llegar a tiempo a la celebración navideña en la escuela vecina en Kyoto, evidentemente, sin haber tenido éxito alguno o mínimo noción de dónde se encontraban. Todo sumaba un conjunto de para nada buenos resultados.

Entre sueño, hambre y una tensión algo palpable entre su acompañante y él, optó por ignorar esa punzada que le informaba la verdad de la situación, obligándose, indirectamente, a permanecer como un caracol, dando vueltas y vueltas en aquella gran y extensa carretera, sin percatarse de esto. No obstante, las cosas no parecían mejorar, o tal vez, solo tal vez, cabía la posibilidad de que se tornaran diferente.

Aun así, recapitulemos qué sucedió.

Primeramente, Yuji se había molestado con él por algún extraño motivo relacionado a un par de pechos de silicón copa D, muchas extensiones de cabello rubio baratas y un complejo de Barbie. Una mujer digna de portadas de revista. Pero Gojo era Gojo.

En segundo lugar, las benditas indicaciones. De haber sido por Itadori, la probabilidad de ya haber llegado a la celebración era mayor pero, siendo Satoru el hombre más fuerte, característica y apodo autoimpuesto hace ya tiempo, no podía permitirse consultar en Google cómo llegar. Sería un fuerte golpe a su gran y para nada frágil ego.

Y por último, la tensión que solo aumentaba de sobremanera. Ninguno había provocado al otro o intentado pasarse más allá de lo estricta y profesionalmente debido. Pero este par, llevaba cerca de un año y medio conviviendo y conociéndose. Poseían una conexión como ninguna otra y técnicamente se complementaban sin si quiera intentarlo. Era una cuestión que se podía intentar negar, pero ante los ojos de los demás terminaba siendo un aun "guardado" secreto a voces. Los únicos ciegos eran ellos, fingiendo e intentando ser algo que no.