Único

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Un pequeño Axozer correateaba por el jardín, alza la mirada para mirar detrás de la cerca y ve a un pequeño chico de cabello gris, jugando con un pequeño conejito de color negro. Lo genial es que ambos, dueño y mascota, tienen sus ojos del mismo tipo; heterocromáticos.

El pequeño agita la mano saludando, haciendo que el chico dejara de prestar atención a su conejo y se fijará en el pequeño Axozer, ambos sonríen y se acercan a la cerca, uno con un conejo en sus manos acariciándolo.

ㅡ Mi nombre es Axozer, y el tuyo?ㅡ Se pone de puntas de pies así poder alcanzar la mano de Karchez, haciendo un apretón de manos como había visto en las películas.ㅡ Mi nombre es Karchez, y él de aquí es Coronadoㅡ Levanta un poco su conejo levantándole una patitas, el conejo frunce su nariz produciendo que ambos chicos se pusieran a reír.

De ahí ambos se hicieron amigos, visitaban la casa del otro, sus padres los conocían muy bien así que ya era normal para ellos sentir ruidos por las murallas, eso significaba la visita inesperaba del otro. Cuando Coronado tuvo su primera camada, lamentablemente murió con la gran mayoría de sus cachorros, sólo sobrevivió uno de color blanco y negro; Karchez fue el que más lloró por eso, Axozer también pero se hizo el fuerte para consolar a su amigo de ojos heterocromáticos pero cuando se fue a su casa, su madre Biyin fue la encargada de consolarlo, acariciando sus cabellos y sobando su espalda. Ambos decidieron llamar al único conejo sobreviviente "Axonejo", ya que tiene los colores de Axozer. Karchez dijo que se lo regalaría a Axozer y este acepto, ya que Karchez le había prometido que le regalaría un cachorro de la camada y lo cumplió.

Ya a sus 14 años, ambos, iban a la escuela contando historias graciosas o a veces empujándose de broma, tuvieron un grupo de amigos, hicieron mil pijamas que ni sus padres podían contar pero sí que podían recordar, locas pijamas podían decir todos.

A los 16 años hubo un pequeño cambio, Axozer empezó a sentir algo distinto a como era antes o tal vez se dio cuenta de lo que estaba sintiendo, y le puso un nombre. Se enamoró de Karchez, al principio claramente se sorprendió, nunca estuvo interesado en el amor más que en bromear y pasar el rato con Karchez, pensó que sería fantástico ahora que sabía lo que realmente sentía pero desde entonces se ponía más nervioso cada vez que estaba con Karchez, cuando se abrazaban o este le abrazaba, cuando se golpeaban de broma o se hacían cosquillas, cuando Karchez le llamaba con esos absurdos nombres que hacían revolotear su corazón, cuando hacían pijamadas y debían dormir juntos porque no había más espacio, cuando sentía su aliento en su oreja cuando este le contaba algún secreto susurrándole en el oído. En las noches, Axozer, abrazaba su almohada y golpeaba con sus pies la cama de lo emocionado que estaba al recordar cosas con Karchez, sentía el ritmo apresurado de su corazón y aquellas "maripositas" que lo volvían loco, sus mejillas se encontraban sonrojadas y se lograba visualizar aquella sonrisa que hacía que sus lindos ojitos se formara una línea

Hasta llegar a los 17, un año sabiendo que le gustaba Karchez y aún así no se atrevió a decirle, hasta ese año, estaba dispuesto a decírselo. Así que lo citó a su lugar secreto, que habían conocido cuando eran más pequeños e iban con Coronado; un pequeño monte no muy lejos de sus respectivas casas, tenía un gran árbol que le daba sombra en los días calurosos. Ahí estuvo esperando, jugueteando con los lazos del regalo que le había traído a Karchez, su corazón latía tan rápido que lo ponía más nervioso, ya tenía pensado lo que le diría y eso lo había planeado hace bastante tiempo, había calculado todo para que todo saliera bien.

Y ahí llegó, un sonrojado y sin aliento de Karchez, se había demorado en llegar, algo que Axozer no notó porque estaba completamente distraído en sus pensamientos, repasando una y otra vez lo que le diría pero logró esconder el regalo.

Karzer |One Shot|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora