Una soleada mañana en un día de estío caluroso y claro Mark despierta al lado de su esposa Jane y se prepara para ir a trabajar, la mañana transcurría de forma natural igual que siempre, una taza de café, una ducha rápida y leer las nuevas noticias del día.
Dichosa mañana el día 9 de Mayo Mark fue a su trabajo como es de costumbre y al llegar no esperaba una gran sorpresa y es que resulta que el no trabaja ahí y nadie lo conocía, el hombre desolado y desconcertado regresa a casa a ver a su esposa y ¡oh terrible desgracia!, no había rastros de que alguien viviese ahí mas que el; decidido fue a la casa de su infancia donde vivía Jane y los padres de Mark, el Señor Juan y la Señora Karla. Al llegar a la casa de sus padres dada la circunstancia que ni ellos le reconocieron negaron la existencia de un hijo llamado Mark, fue a la casa de Jane y se encuentra la misma sorpresa.
El hombre ya devastado se retira y toma un rumbo que lo lleva a un bosque sin salida; al ya llevar una hora caminando vagando en sus pensamientos escucha una serie de pasos por detrás y al mirar el habría deseado jamás haberlo hecho ya que estaban todas las personas importantes para el colgando de los arboles atadas de los pies con las cuencas vacías y una cara que expresaba terror, cuando al fondo del bosque oscuro escucha una risa tan aguda que es chirriante.
