Capítulo único

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Aunque pareciese que no, Camilo nunca tenía la oportunidad de pensar en sí mismo

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Aunque pareciese que no, Camilo nunca tenía la oportunidad de pensar en sí mismo.

No tenía amigos, sólo conocidos y familiares, tampoco tenía hobbies al ser sus labores en el pueblo demasiado consumidoras. Al final del día se convencía de que eso no importaba, según su abuela, todo Madrigal debía de anteponerse sobre los demás para que así el Encanto siguiera siendo un paraíso.

A veces extrañaba aquellos tiempos en los que las sonrisas y las caricias en la cabeza eran suficientes para hacerlo sentir "lleno". No sabía como explicar aquella sensación que lo llenaba de energía, pero definitivamente era diferente a la sensación que sentía cuando comía las arepas de la tía Julieta hasta reventar.

Esta era la razón por la que siempre daba todo de sí mismo, de esa manera todos estarían felices y por ende, él también.

Ese mismo raciocinio llevaría al Madrigal de siete años hacia un cabizbajo Mariano Guzmán, quien reposaba en una banca apartada del resto; el semblante serio que lo acompañaba revelaba sus bajos ánimos. Siendo honesto, no lo conocía suficiente como para saber enteramente sus gustos ó disgustos, más sabía que persona era la adecuada para poder animarle.

-¡Mariano!-Llamó con la voz más femenina que pudo imitar, contoneándose hacia él ya transformado. Había notado el interés que el Guzmán poseía por su prima Isabela desde hace mucho, por lo que estaba seguro que su presencia lograría que al menos dejara esa pose tan deprimente.

Por su parte, el susodicho levantó la mirada confundido y al percatarse de la figura femenina acercándose, no pudo evitar ponerse más nervioso.

-¿Es a mí?-Preguntó señalándose a sí mismo con un notable nerviosismo.

-¿Te parece que haya otro Mariano por aquí?-Le devolvió la pregunta entre risas, a la vez que se apoyaba con una mano en la pared e inclinaba la cabeza en su dirección, provocando que su cabello cayera a un lado en un acto casi coqueto.

Este suceso tan simple causó que su corazón se acelerara incontrolablemente, por lo que en un intento de calmarlo, apartó la mirada. Al llevar a cabo esta acción confirmó que estaban completamente solos, haciendo más estúpida su pregunta.

-Supongo que no...-Contestó avergonzado.

-Hay muchos días para estar triste, ¿Pero no crees que el día del amor y la amistad es el menos adecuado?

-Tal vez, pero simplemente no puedo evitarlo.

-¿A qué se debe?-Preguntó mientras se sentaba a su lado, dispuesto a oír lo que tuviese que decir.

-Es una tontería...-Dijo mientras hacía un movimiento con las manos, restándole importancia.

-¡Vamos, dilo!-Su curiosidad estaba a tope y eso se podía apreciar en la manera en que lo sacudía -Prometo no burlarme demasiado. -Le aseguró sonriente y Mariano no pudo evitar reírse ante la promesa poco convincente.

❥ꌗꍏꈤ ᐯꍏ꒒ꍟꈤ꓄íꈤ. [Marianilo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora