CAPITULO 45

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AURA

Aprendí que en la vida, nuestro camino no siempre tiene que ser soleado. Puede que haya charcos de por medio, y tengamos que saltar, sin llegarnos a manchar. Pero hay veces que sí, caes en él y te manchas entero. No preocuparte por ello, es la mejor opción que puedes escoger. No preocuparte por las manchas, y seguir adelante, es de valientes, créeme.
Ahora... pararte a ver que te has manchado, que te hiciste un rasguño, que en el pasado te marchastes menos , que ayer.... si te paras así... no avanzarás.

Y avanzar es un privilegio si tienes el tiempo repartido y bien organizado.

Caer está bien... créeme. Forma parte del éxito. Y para ello, tienes que caer muchas veces. Muchísimas.
Y si caes, no te lo tomes a mal , forma parte del progreso. Lucha. Siente. Vive. Llora. Pero no te rindas nunca.

Correr y llegar tarde , está bien.
Como lo estábamos haciendo ahora mismo Hugo y yo.

Corríamos como si no hubiese un mañana.
El avión saldría en 5 minutos.

Hugo, arrastraba la maleta mientras yo iba a su lado, corriendo hacia el aeropuerto.

- mierda, mierda...

Nos entretuvimos un rato en su cuarto... leyendo algunas frases de los libros.
Y una, me dejó marcada.

Continuamos corriendo, hasta entrar al aeropuerto, algo fatigados.

- te dije que había que irnos - solté, casi sin respiración

- eso es mentira. No mientas, renacuajo.

Reimos y anduvimos, haciendo caso a las indicaciones que habían señalizadas.

Hugo entregó el boleto a una chica, y esta, lo comprobaba en su ordenador, entre un silencio . Podía sentir desde aquí el nerviosismo de Hugo. En cómo jugaba con las uñas de sus dedos mientras movía inquieto la pierna.

- bien... adelante.. sale en 15 minutos.

Cuando nos alejamos de ella, hasta llegar a la sala de espera, extrañada, le pregunté

- ¿cómo que 15 minutos? ¿No eran 5?

- es que quería hacer un último maratón antes de despedirme.

Abrí los ojos, sorprendida, y le pegué en la brazo, haciendo que se quejase.

- auch.

- piensa, Hugo, piensa.

Riendo, por tiempo y tiempo que quería que perdurase eternamente , sonó en el altavoz, la llegada de su avión.

- ya me tengo que despedir...

Asentí, algo incómoda por la situación, y lo miré a los ojos, dolida.

Sentí mis lágrimas inundar mis ojos.
Él se iba.
Y eso no me gustaba.
No quería que se fuera.

- toma

Me tendió un Pen-drive con dibujos de notas musicales.
Sonreí contemplando lo que me acababa de dar.

- ¿de qué es?

- es sorpresa. Cuando llegues a casa, lo pones.

- espero que no sea una despedida de , me voy y nunca te volveré a ver. - dije irónicamente.

- sabes que eso no es cierto.

- nunca nada es imposible - alcé los hombros.

Nos quedamos embobados , mirándonos a los ojos...
Un brillo, apareció en sus ojos, haciando que sus pupilas se dilataran.
En ese momento, sus ojos, fueron hermosos.

Neverland, Al nunca jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora