Enojo Y Nervios

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"¿Por qué fui la única interesada en ésto? Te busqué y aún así te encuentro de ésta manera

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"¿Por qué fui la única interesada en ésto? Te busqué y aún así te encuentro de ésta manera."

August

Ropa por montones salía de un armario color amarillo. Faldas, calcetines, camisas de vestir, suéteres. En la cama de la rubia se encontraba una ojiverde cubierta de la ropa de la ojiazul, la pelirroja intentaba hablar pero cada vez que un sonido intentaba salir de sus labios una nueva prenda le caía en la cara.

—¡Ahg! No tengo ni idea que llevar... Hace mucho no piso Inglaterra. Sé que el clima ahí es frío la mayoría del tiempo. Pero solo duraremos ahí como una semana máximo, ¿no? —preguntó la ojiazul mientras salía de su armario. Eso ocasionó que la mujer Evans tapara sus ojos inmediatamente.

—¡August!

—¿Qué?

—¡Estás desnuda!

—Oh... No me di cuenta. —dijo la mujer Gray mientras tomaba una bata y se la colocaba. —Solo viste mis pechos. Como si tú no tuvieras.

—Bueno eso es... Espera. ¡Eso significa que entro en la lista de personas que han visto a August Gray desnuda!

—Tú emoción me perturba...

La ojiverde rió en respuesta y guiño el ojo en dirección a la rubia.

—Lo intentaré de nuevo, no lo entiendo. La última vez que llamé a la casa de James me respondió Remus. Pero desde ese momento las llamadas simplemente no entran. Es como si no quisieran hablar conmigo.

James

Un hombre de cabello azabache se encontraba dándose una ducha. La fría agua caía por todo su cuerpo, esa tarde el ojimiel tenía una cita. Una cita después de esa destroza salida de hace dos años. Él la recordaba bien, y esperaba que no saliera nada parecido ha aquella vez.

Ya conocía a la persona con la que saldría, se llamaba Rose White. Era una mujer de veintiocho años, sin hijos, alta rubia ceniza y ojos verdes. Era una mujer agradable con la se había estado comunicando por cartas, era una suerte de que fuera una bruja.

Cuando el hombre Potter salió de su baño miró por última vez el cuadro familiar que se encontraba en su mesita de noche; era una fotografía donde salía Harry de algunos meses de edad, August cargando al ojiazul, y él azabache abrazando a su entonces esposa. El hombre mantuvo esa imagen de familia feliz en su habitación por esos largos casi nueve años. Pero el ojimiel decidió ese día que sería mejor cerrar por completo ese capítulo de su vida.

Epifanía #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora