Entre Bestias y Demonios.

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...Hace mucho tiempo un hombre se había cruzado con una bella y misteriosa mujer quien seria su todo y su nada en un mundo tan distinto a el que ahora Vanessa se enfrentaba pero con una carga, una maldición para aquellos que creía en ellas.

Amor o deber uno u otro pero no ambos...La maldición de los Anderson.

La única manera es enfrentarlo así sea luchar con nosotros mismo...porque habeses los enemigos duermen dentro de nosotros en nuestro interior esperando cualquier duda o debilidad para apoderarse de lo que aun queda y ganar...la invisible batalla para muchos de los que nos rodean  pero verdadera, constante y cruel que debemos librar solos cada día.

invisibles a sus ojos, imperceptibles para sus oídos sin sabor para sus papilas una fantasía irreal una absurda mentira.

El desierto siempre a sido el mejor aliado de aquellos que aguardan con paciencia su venganza, lugar de memorias, pactos y traiciones.

En el aire se huele el inconfundible olor a muerte, Siempre a sido el valle de las bestias que se alimentan de los  lamentos de aquellos desesperanzados que caen en su juego macabro.


1-Nunca seque sus lagrimas...aun si yo era quien las provocaba.

2-No aleje sus miedos... en su desesperación porque el monstruo volviera.

3-y jamás sostuve su mano... en su misera soledad.

No creo ser merecedor de que te presentes ante mi para darme tu perdón... fui la manzana que arruino todo en tu vida...te robe el amor de tu hermana y el sitio de tu hermano...

Aun así te revelas mostrándome que aun sigues velando por  todo nosotros... se decía a si mismo aquel por quien nadie se preguntaba, el Anderson que nunca se sintió uno pero, sin embargo, cargo con el peso de serlo.

Sentía las heridas arder y el dolor era lo único que lo mantenía consiente que no estaba aún muerto.

_Déjala de una maldita, vez!...o juro que aunque no sientas mi cuerpo me encargare de que te arrepientas de tocarla_  comenzo a decir Poul cuando confirmo que aquello que veía no era producto de un delirio. Estaba colgado aun de ambos brazos del techo de aquel sótano, bajo un  complejo en el desierto, su estado era difícil de describir inhumano, su rostro apenas tenía el color normal de su piel el morado predominaba y la inflamación apenas dejaba ver sus hermosos ojos verdes, aun así podía ver a quien habían traído, en ese momento él pensaba como que la escena antes sus ojos  era una pesadilla o él ya estaba muerto y se encontraba con aquellos que ya no estaban, pero si así fuera no sentiría el dolor de su cuerpo magullado, la insoportable sed aunque  eso no se  comparaba con lo que debía sufrir ahora si la mujer que estaba frente a él no era producto de una alucinación... sea lo que sea estaban  a punto de cometer el mismo salvajismo que con él... eso le dio las fuerzas para desviar la atención de la rubia que aún estaba desmayada sin saber que su peor pesadilla sería nuevamente cometida distinto escenario, distintos ejecutores.

El moreno que buscaba algo en una pequeña mesa trono sus dedos y le hizo señas a su acompañante un albino con varias cicatrices en su rostro que dejara a la mujer por el momento en el suelo y lo ayudara a bajar del gancho a su moribundo rehén.

Era evidente que en cualquier momento colaczaría el joven, ni sus captores  entendía por qué aún estaba vivo? como también porque el socio de su jefe se ensañó tanto con él?, ni siquiera parecia alguien  importante solo un infeliz que se cruzó en sus caminos o almenos eso creian.

El objetivo siempre fue otro .

El chirrido de la puerta fue tétrico que se oyó en las demás habitaciones aunque parecian  mas bien frías cárceles subterráneas, una figura que a muchos les causaba temor, se presentó no solo porque nunca se quitaba la mascara sino también por las marcas de quemaduras en sus sus manos,y cuerpo las veces que peleaba en el ring con los pobres diablos que estaban alli,se veia las espantosas cicatrices en su pecho y espalda,aun asi lo que mas causaba que la piel se les erizaba a los criminales del lugar que lo habian visto todo era su salvajismo y sed de ver la sangre correr por sus manos.

Dulce deseo,Maldita obsesión.3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora