Capítulo 3

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Basta tan solo una mentira para poner en duda todas las verdades.

Mis Enemigos son muchos, pero ninguno igual que yo. Desde la sombras decian que nunca iba a lograr nada. En la guerra financiera decían que Schutzstaffel jamás sería humillado. Desde mi aposento decían que Estados Unidos jamás sería doblegado. Ahora ellos ya no dicen nada y me temen como aún volcán, creador de caos y de muerte. Soy Dante Pasternak, el segundo al mando y ordeno que el plan de organizar una guerra campal con la OTAN sea radicado completamente

- Lo que pides es...

- Miles de vidas se perderían y complaceriamos a esos idiotas que planean ejecutar el nuevo orden. Nos llaman traidores, enemigos e incluso provocadores, pero somos todo lo contrario. Siempre estuvimos en contra de sus ridículos planes. Si permitimos que el mundo arda por su culpa entonces la carga caería ante nosotros, Rusia es mas que una bola de comunistas sedientos de vodka

- Konechno, my vsegda budem plokhimi parnyami, a na samom dele my naoborot (Claro, siempre seremos los malos y en realidad somos lo contrario) - Comento el Director de Gazprom

- La orden de los templarios negara toda ayuda al presidente Popov si llega a efectuar un desacuerdo con la OTAN, suficiente tuvimos en el 2014 al casi exponernos ante el mundo al llevarme a la guerra contra Ucrania y Crimea. Yo creo... - Dante bebe un sorbo de agua - Que Popov deberia entrega el pais

- ¿Tu? ¿presidente? - Comento el presidente de Alfa Group

- ¿Yo? Sería pésimo, admitiria que seria un Yeltsin al mando, pero os propongo el candidato ideal, déjeme les comento de quien se trata

- ¿Facil de manipular?

- Oh si, de eso estoy mas que seguro

22 de mayo 
Miami, Florida, Estados Unidos
11:30

Sasha caminaba apresudaramente hacia la recepcion de Dante cuando ve a una mujer de mediana edad muy hermosa, vetida con un costoso abrigo de piel y sus labios rojos resaltaba sobre su piel lechosa

- Gloria, ¿Esta el señor Pasternak? - Pregunto Sasha

- Si, pero va a atender a la señorita Gromikova

- Entiendo ¿Tardara?

- Lo suficiente, querida ¿Algun problema, querida? - Dijo aquella dama con altanería

- No, para nada, solo que debo entregarle esto al jefe, lo necesita para una junta ahora a las dos

- El don canceló todas lascitas hasta despues de las tres

- ¿Escuchaste, querida? - Sasha ignoro por completo a aquella mujer

- Cuando este disponible dile que la copia de la auditoría ya esta lista, igual subiré después el almuerzo

- Dudo que terminemos después de tu almuerzo - Sasha mantuvo la curiosidad que incluso subió 15 minutos antes de lo pactado, mientras se acercaba escuchaba gritos de una mujer, sin hacer mucho ruido se escondió detrás de una viga, vio a Dante un un rostro bastante confundido, este no llevaba su matutina corbata, tenía la camisa abierta que dejaba ver una camiseta de lana blanca manchada de vino, sus gafas de receta Ray Ban Aviador doradas estaban empañadas

- Proklyatyy kretin, ya tebe doveryayu, i vot kak ty mne platish'. (Maldito cretino, confíe en ti y asi me pagas)

- ¿Que? ¿Cómo pensabas que iba hacer eso contigo? Quise almorzar contigo para un negocio, pero veo que confundes las cosas

- Me las vas a pagar...

- Sabes que puedo destruirte laboralmente o incluso personal, Paulina. Mide tus acciones - La mujer salió furiosa del pasillo al girar me encontré con la mirada confundida de mi jefe

- Disculpa por esto, no es lo que piensas

- No se preocupe, señor Pasternak, aquí está la copia de las auditorías - El les dió un leve vistazo

- Debo darme un baño o quedaré con el olor a vino todo el día, si quieres espera en el sillón de mi oficina

-Eh si, claro - mientras esperaba que terminara de darse un baño observé varias fotografías de el cuando era militar y de sus hijos, me pareció una muy peculiar, de unos 3 o 4 años más joven, estaban montados en caballo junto con un señor mayor, pero con ciertos rasgos físico parecidos

- Perdón la tardanza - Gire para verlo, llevaba puesto una americana negra sus pantalones le hacían juego, una camisa blanca sin abotonar en los dos últimos ojales, tenía una corbata roja de rayas vino tinto y plateada

- No se preocupe...

- ¿Puede hacerme un favor?

- Claro, señor Pasternak - El se acercó y me entregó su corbata

- ¿Me ayudas?

¿Eh? Si - Mis dedos temblorosos anudaron torpemente su corbata, levanté mi mirada y me encontré con la suya y una ancha sonrisa

- Quiero hablar con detalle algo contigo - Sus manos acariciaron mis mejillas - Si tu lo permites. Si estoy haciendo algo malo, házmelo saber o a recursos humanos

Sin esperarlo  me dió un largo beso

- Disculpa mi atrevimiento ¿Gustas de más? - Cada día me arrepiento de haber dicho si ese día

La Atrocidad De Sus  Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora