Capitulo 1

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Se levantó de la cama con miedo, la luz estaba apagada. Lo único que le hacia ver por su pequeña habitación era la luz que pasaba por los huecos de la persiana a la cual fue, corrió las cortinas de la ventana y veía reflejada su cara, los ojos los tenia rojos como síntoma del dolor que soportaba porque recordaba: en esa casa había vivido toda su vida y se acordaba de cuando era pequeño y jugaba en el jardín de atrás de su casa con sus amigos del colegio, se sentía destrozado por ver el cambio que ha dado su vida. El solo quería volver a esa vida de niño en lo que lo único por lo que pensaba era jugar y divertirse con sus demás amigos y después de pensar en eso dejaba caer lagrimas por la almohada de su cama y se tapaba la cara con la sabana. Lo peor pasaba a continucion; lo qie pensaba al instante de recordar eso era que no sabia como volver a llegar a lo mismo, no comprendia en que momento ocurrio esto, en que momento empezo a estar solo, a dejarse llevar por su mente y no por el. Lo que llamaba la atención en el cristal aparte de los ojos era el color pálido de su cara y su rostro delgado, los labios morados pero de todo esto la mirada, la mirada que tenia era la que transmitía todo el miedo y desesperanza que tenia aquel chico que temía por su vida día a día.

Después de levantarse y caminar hacia la ventana se dirija al cuarto de baño y se acercaba al espejo de su cuarto que era bastante mas largo que el de la ventana. En ese espejo se veía entero y cuando lo hacia bajaba la cabeza y a los pocos segundos caían de su cara lágrimas que no cesaban hasta sentarse en el suelo apoyando la cabeza contra la pared y esperando a que pasaran unos minutos que para el se hacian mas largos. Tenia asco de si mismo de lo que el espejo le hacia ver, de su cuerpo; desde sus piernas largas y delgadas pasando por su cintura y su tronco completamente esquelético hasta la cara. Los complejos físicos se los creaba su mente que le humillaba una y otra vez y que acababa aceptando sin mostrar ningún tipo de resistencia a su cabeza.
El chico se repetía una y otra vez en silencio, en su cabeza el rechazo que le tenían los demás, la impotencia de no poder ser el como realmente le gustaría e ira por tener que estar ocurriendole a el toda esta situación que siempre se repetía.

Al salir del baño se dirigía a su armario y veía la ropa que tenia, (a el no le gustaba ni como era ni lo que tenia) echaba un ojo y vivía a sentir asco dejo caer alguna lágrima mientras lo hacia cogía lo primero que veía. Al acabar de vestirse iba al baño y se limpiaba la cara y bajaba a la planta baja de su casa donde estaba la cocina y en ella la asistenta a la cual no hablaba. Le reciba con una sonrisa todos los días y el chico no la miraba ni la saludaba simplemente se sentaba y se tomaba un yogurt se levantaba y se iba de la cocina. Volvía a subir al cuarto de baño donde se lavaba los dientes y se sentaba en el váter para ponerse las zapatillas siempre se quedaba un rato reflexionando. Al lado del váter estaba el lavado que debajo tenia cuatro cajones para sus cosas. En uno de ellos escondía una cuchilla de metal que cogió de un sacapuntas que antes de irse a el instituto solia pensar en usarla, en cogerla y apretarla contra su pálida y débil piel perforándola y haciendo así que la mañana fuera "bien" habiéndose desahogado pues creía el que cortandose , haciendo sufrir a su cuerpo se perdonaría todo los problemas que su cabeza le hacia tener y podía salir a la calle como si nada hubiera ocurrido y eso era así, cuando lo hacia dejaba su mente en blanco, el filo de la cuchilla se movía al ritmo de los dedos que la cogían era como una danza en la cual la protagonista acababa siendo la sangre que recogía su brazo que era la aparente pista de baile. El así se sentía libre sentía que no podía controlar ni su cerebro ni su mente y al hacer esto el chico pensaba que les castigaba pero no aunque el pensaba que así era. Acto seguido se peinaba y se volvía a lavar la cara por si su asistenta pensaba que había tardado tanto en salir del baño, ella ya desde hace tiempo estuvo viendo la decadencia física del chico y el empeoramiento de su actitud pero no quería darle importancia no quería sentirse madre y pasaba de largo y hacia como si nada.
Así eran todas las mañanas antes de que el chico cogiera el autobús para ir a su instituto donde le esperaba un largo día.

Salio de casa y dirigió su mirada al cielo, estaba nublado. La calle por donde siempre pasaba se veía mas oscura por que apenas recibía luz. Iba caminando con la cabeza hacia abajo mientras que andaba metió su mano en el bolsillo derecho de su pantalón y saco tabaco, se encendió el cigarro que para el servía para relajarse y pensar sobre el dia y que pasaría. Seguía caminando cada vez se acercaba mas a la puerta de su colegio y en su mente cuando llegaba ese momento le decía: 'sal de ahí', 'vete corriendo', '¿no querrás pasar un infierno?¿no?'. Pero el no podía irse no podía decepcionar más a sus padres aunque el siempre pensaba en irse por miedo a lo que le harán sus compañeros en el colegio hoy.
Cuando llegaba a la entrada el chico dejo de pensar en eso, su mente cambio completamente ahora estaba atento de los demás, de lo que pasaría con el ese día.
Siempre al llegar a su clase repetía la misma escena: entraba, iba directo al sitio donde es se sentaba que se encontraba al lado de la ventana y no podía dejar de mirar por el cristal el paisaje del cual no podía disfrutar mientras que estaba dando clase. El chico solo pensaba en salir en tirarse al cesped , en ser sentirse libre, sin una imagen para complacer a los demás, sin complejos ni etiquetas pero todas aquellas sensaciones desaparecían en el instante en el que unos chicos que se sentaban detrás de el le empezaban a insultar diciéndole uno de ellos -¡Bicho raro! Y a continuación el otro -¡Vete con tus amigos lo maricones! Esos momentos a el le marcaban cada uno de esos insultos que para el eran palos que recibía diariamente aunque el pasaba de eso a el le dolía pero... Dejaba de nuevo volar por su cabeza pensamientos positivos pues dos filas delante de el a la derecha había un chico, alto, moreno de ojos azules que se llamaba James. Era el típico chico con el que todas la chicas querian estar porque tenia una labia con ellas... Y una personalidad que no se pueden describir y a parte de esto estudioso, es decir, un gran partido. La atracción que tenia el chico por James era mucho mas fuerte que los insultos que recibía al comienzo de la mañana pero no era lo suficientemente fuerte para que durase todo el dia. En la hora de descanso, el recreo el chico salia solo a la calle y se iba lo mas lejos posible del instituto para que los chicos de su clase no le persiguieran pero no todos los días escapaba. Un día le siguieron hasta un puente donde debajo se encontraban las vías del tren y le rodearon. El chico estaba asustado inclusión atemorizado por lo que podían hacerle en ese momento. Le cogieron y mientras que el chico temblaba y lloraba mientras que gritaba los chicos le bajaban los pantalones, la camiseta, ... Le dejaban completamente desnudo, humillado el chico se tiro al suelo mientras que nos chicos se reían de el y le decían: -¡Ahora que estas desnudo y tirado en el suelo que te queda para no saltar y morirte! El chico no se quedo con ganas de tirarse pero no pudo hacerlo su cuerpo no le dejó.
Llorando se levanto del suelo mientras que los chicos se iban y con las piernas temblando salió corriendo y como estaba cerca de su casa llegó y subió a la habitación dejando de lado las preguntas que le hacía su asistenta. Cuando llegó a su cuarto se tiró a la cama empezó a llorar tapado por la manta de su cama.  Cuando pasaron unas horas se levanto de la cama, se secó la cara y fue al baño. El chico en ese momento se sentía pequeño y vulnerable y diciéndose al espejo frases parecidas mentalmente rompió a llorar de nuevo y cogió la cuchilla que guardaba en un cajón de su lavabo. Repitió el ritual de la mañana del mismo día pero veía su brazo tan destrozado lleno de heridas empezando a cicatrizar que miro sus piernas y cesando de llorar acercaba la cuchilla y la apretaba contra el muslo y empezó a deslizarla al mismo tiempo que la presionaba contra la pierna y empezó a sangrar. Lo repitió tantas veces hasta darse cuenta de que ya los problemas parecían dejar de atormentarle. Más tarde se metió a la ducha y empezó a gritar en seilencio en su cabeza por el escozor de las heridas pues algunas eran profundas y las tenia que lavar para no infectarse. Saliendo de la ducha ya por fin "como nuevo" sin bajar a la cociona a comer algo se metió en la cama pero no podíaParar de pensar en el día tan malo que había tenido, en lo cruel que era la gente con el y no lograba entender el porqué. Mientras que pensaba en eso pasaban horas y al terminar y dejar la mente en blanco notaba su tripa vacía y solía bajar a comer algo horas antes de ir al isntituto mientras que su familia estaba durmiendo.

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2015 ⏰

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