Capítulo 13

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A penas hacía unas horas que había vuelto al castillo. Había disfrutado de un baño caliente para que su cuerpo se desentumeciera por completo. Después se había reunido con Beth en el dispensario. El encuentro fue puro júbilo a pesar de que solo se habían separado por un par de horas.

Le había contado a su amiga todo lo sucedido en el lago. Beth se sorprendió de que May hubiera sido capaz de hacer tal confesión, pero también de la ternura que había demostrado Kendrick hacía la morena. Además hacer que su primo desistiera en su idea del matrimonio no era tarea fácil, realmente admiraba a May por haberlo conseguido.

Al tiempo, un fornido guerrero se presentó en el dispensario. Le dio el mensaje a May de que el Laird solicitaba su presencia. May suspiró, lo único que le faltaba es que el Laird la volviera a acusar de espionaje. Beth quiso acompañarla, pero el guerrero insistió en que Graham McGregor hablaría con la muchacha a solas.

Seguía la espalda ancha del guerrero por los pasillos, mientras su mente hacia conjeturas sobres las posibles acusaciones y respuestas que le daría al Laird por las mismas. Al entrar en la estancia, Graham se encontraba observando unos documentos.

—Mi señor, ¿Me mando llamar? —dijo mientras hacía una reverencia. Él asintió.

—Toma asiento May, comenzaremos enseguida. —contestó sin apartar la vista de los documentos.

Aquello le resultó extraño a May. Normalmente el Laird era muy directo, le decía lo que pensaba sin tapujos con el poder que su puesto le ofrecía, nunca se había molestado en ceremonias o palabras amables. Nerviosa ante el silencio que se había formado movió los dedos sobre su falda a la espera de que Graham decidiera comenzar.

Minutos más tarde, la puerta se abrió dejando entrar a Kendrick. Ambos se miraron sorprendidos, creían que sería una audiencia privada.

—Mi señor. —se inclinó en una reverencia.

—Al fin podemos comenzar. —contestó dejando los documentos a un lado. —Toma asiento. —le indicó a May.

Kendrick se sentó en el sillón que había junto a May. La corta distancia entre ellos, sumado a sus largas piernas, hicieron que la robusta y desnuda rodilla de Kendrick chocara contra la de ella.

—Os he reunido aquí para hablar sobre lo ocurrido con el secuestro a manos de los malditos Campbell. —aclaró Graham. — ¿Es cierto que fuiste torturada y forzada por uno de ellos? —los ojos severos recayeron sobre May. Ella se removió incómoda en su asiento ante la violencia de la pregunta.

—Señor creí que Calem y Galahad ya lo habían informado de los hechos. —intervino Kendrick queriendo evitar que May se sintiera incómoda.

—No me interrumpas muchacho—le advirtió molesto. —estoy hablando con la dama. ¿Puedes confirmarlo?

—Así fue. —musitó May ante tal humillación. La mirada del Laird pasó de ella hacia Kendrick.

—Calem y Galahad dijeron que fuiste el primero en encontrarla y que estaba despojada de sus ropas por completo. —lo miró insistente. May se sonrojó hasta las orejas, ¿cómo podía hablar de ella así? A caso no estaba presente en aquella sala.

—Es cierto. —respondió Kendrick estoico. Se sentía mal por el azoramiento de May.

—Entonces has contraído una deuda de honor con la muchacha. —sentenció. May miró sorprendida a Graham. ¿Estaba culpando a Kendrick de lo sucedido?

—Soy consciente. —contestó. A Kendrick no le gustaba nada el rumbo que estaba tomando la conversación. El Laird asintió satisfecho.

—Esta todo aclarado. El enlace será en una semana. —dijo a modo de orden. Las sospechas de Kendrick se cumplieron.

Tierra Salvaje | Saga Salvaje I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora