No me tomó mucho tiempo hacer mis diligencias, solo debía retirar unos papeles de notaria. Alfred estuvo cerca en aquel rato y cuando hube de irme, metí los documentos dentro de mi bolso donde no pudiera verlo.
Bajé las escaleras del edificio y salí a la noche donde Alfred esperada apoyado en un pilar. Algunos noctámbulos iban por aquí y por allá, las luces y los sonidos no parecían perturbarlo cosa que me hizo pensar que estaba más acostumbrado ahora.
Me decidí ir a casa, él no me cruzó ni una sola palabra cuando caminamos hacia la parada del bus, y al subir permanecimos en silencio. Sin embargo, algo extraño ocurrió en la parada del centro. Alfred se levantó de su asiento para cederlo a una mujer, y de pronto me ordenó que me parara también, aunque no había nadie a quien le podía dar el asiento, no encontraba lógica a su ridícula orden, así que no lo hice.
Me tomó del brazo y me levantó con fuerza, por un instante pensé que se me iba a salir el brazo, y ordenó la parada, aunque ya la habíamos pasado una.
—¿Qué pasa? -Quise saber...
—Tenemos que irnos, ahora.
—¿Por qué?
No me dio tregua y antes de que el autobús se detuviera del todo abrió la puerta automática y salió por ella, yo simplemente no entraba en mi estupefacción. Fue un error pensar que se había adaptado a este mundo. Cuando el conductor se detuvo –no sin antes lanzarnos unos cuantos insultos – me bajé en medio de una calle...
—¡Estas demente!
Pero él suspiró aliviado.
—¿Qué demonios te está pasando?
Me tomó de los hombros con fuerza, y me abrazó.
—Ahora hay que huir, luego te explico.
Yo le empujé.
—Me tienen cansado. Hasta aquí me tienen ¡Hasta aquí! –Le espeté con un puñetazo, pero eso me dolió más a mí que a él. - ¡Ya, solo quiero que me dejen en paz! ¡Esa paranoia de ustedes me esta haci....!
Entonces, comencé a toser... No pude seguir, fue como si alguien apretara mis pulmones con una liga.
—¡Julián! ¡Julián! ... -Alfred me interceptó.
—¡Julián...Julián! –Escuché, pero no observé a mi alrededor ya que muy ocupado estaba tratado de respirar. - ¡Alfred!
El susodicho estaba pegado de mí. Esto era inexplicable, Me intenté incorporar y un terrible mareo casi me manda para el piso, supuse que me comenzaba a doler la cabeza del coraje.
Entonces, poco después de alcanzar a respirar, me vi arrastrado hacia un lado como aquella vez, como si alguien me jalara el brazo, o como si quisiera arrancármelo, el viento golpeaba mis ojos y los cerré fuertemente pensando que se hundirían dentro de sus cuencas. Alguien sacudía mi cabeza como si fuera un champaña efervescente, el viento seguía golpeándome todo el cuerpo y se me hace difícil respirar con el aire entrando por mi nariz de forma tan violenta... Pronto se detuvo por completo y pensé que era obra de un Alfred paranoico.
—No siento mi brazo-Solté en un lamento o creo que lo pensé cuando recobré el sentido. Tampoco sentía nada de peso encima. Eso me hizo abrir los ojos cual platos y tomé una bocanada de aire al verme liberado de aquella presión.
Me vi impulsado con la fuerza de un resorte y entonces, me hallé en un terreno desconocido. El dolor volvió a cada parte de mi cuerpo. El mareo era tal que me pensé que me volvería a caer, así que me recosté por un momento más...todo daba vueltas y sentí deseos de vomitar, aunque creo que ya lo hice...
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La melancolía del no vivo | Hetalia|
Fanfic-Hetalia- BL- AU Vampiros- Ocs -Julián tiene un amigo por correspondencia, se conocen desde hace mucho tiempo, pero no sabe lo que siente realmente, perdido y asintomático de este conflicto, todo cambia cuando un vampiro aparece en su habitación una...