𝐓𝐑𝐄𝐈𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎. ❛ lo intenté con fuerza, y llegué tan lejos pero al final ni siquiera importa ❜
EL DÍA HABÍA LLEGADO.
Melody observaba su reflejo en uno de los espejos que había en el vestuario. Sus ojos recorrieron la coleta burbuja que caía sobre su hombro mientras alisaba su gi rojo y mordía su labio con nerviosismo. Cuando miró directamente hacia su rostro pudo notar la evidente falta de rubor en sus mejillas y las ojeras que había intentado cubrir aquella misma mañana con maquillaje.
El torneo había llegado.
Quién le diría que, un año después de ser tercera, las cosas habían ido a peor y que ahora se lo jugaba todo.
Tuvo que agarrarse al lavabo cuando un pequeño mareo sacudió su cabeza y tragó saliva sintiendo los nervios retorcer su intestino.
Solo tenían que derrotar a Cobra Kai. Solo eso.
¿Entonces por qué demonios tenía aquel horrible presentimiento estrujando sus entrañas y susurrándole al oído algo que no quería aceptar?
La puerta del vestuario se abrió y la castaña fue capaz de recomponerse antes de que Devon entrara en su campo de visión.
—¿Ya has acabado de fabricar el gi?—preguntó la menor, cruzándose de brazos—. Tenemos que salir en un minuto.
—Sí, sí. No encontraba el tono adecuado—Bromeó con una débil sonrisa y carraspeó al notar la mirada de la chica clavada en ella—. ¿Qué miras?
—Que parece que has usado el color de tu cara para el gi. ¿Acaso has visto un fantasma?—Devon se acercó un poco más a ella y se puso a su lado.
Ambas se observaron a través de los reflejos.
No un fantasma, pero si la amenaza de mi peor pesadilla volviéndose realidad.
—Que va, solo que eres tan fea que me asustaste—La menos bufó y Melody sonrió, divertida—. ¿Vamos?
—Todos te están esperando, así que...—Peters la empujó suavemente hacia la puerta y ambas caminaron en silencio hacia el sitio donde estaban el resto de águilas. O eso hacían hasta que Devon habló—. Quiero que sepas que voy a repartir hostias como panes y a dar lo mejor de mí en cada combate.
Melody la miró un poco sorprendida al darse cuenta de que la pequeña intentaba animarla. Normalmente se dedicaba a insultarla en los entrenamientos y a gastarle bromas pesadas, no a reconfortarla.
—Sé que lo harás.
Peters le dedicó una pequeña sonrisa que la chica no dudó en devolverle, pero luego carraspeó.
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✓ 𝐍𝐎 𝐌𝐄𝐑𝐂𝐘 ║ Miguel Diaz
Любовные романы𝐍𝐌 ║ Donde la llegada de un nuevo vecino al bloque en el que vivía Melody Peters le cambia la vida a ella y a su vecino, Johnny Lawrence. ❛...