Llevo tiempo en depresión, desde que descubrí que mi ahora ex novio me fue infiel, tengo el corazón roto. Mis amigos me dicen que lo supere pero, ¿Cómo olvidas de la noche a la mañana a alguien que aún amas con cada pedazo de tu destrozado corazón?.
¿Por qué, Varg? Me hiciste mierda con tus mentiras... No volveré a enamorarme, en el momento que descubrí tu engaño murieron mis ilusiones y con eso, también se fueron mis ganas de conocer a alguien más y no creo que vuelva a amar a alguien como te amé.
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Sonó el despertador y me di cuenta que dormí demasiado, se me hacía tarde para ir al colegio. Tomé la primera muda de ropa que encontré, me cambié de ropa, bebí un vaso de leche y cepillé mis dientes para luego salir corriendo hacia la parada de autobuses. Ahí estaban mis amigos Jan y Jørn esperando.
Jørn: ¿Tarde de nuevo Øystein?
Jan: Es la tercera vez en el mes que vamos tarde por esperarte
Øystein: Lo siento chicos, no volverá a suceder
Jørn: Esperemos que no
Jan: La próxima vez que suceda, te dejamos -se ríe-
Subimos en el primer autobús que pasó y para colmo de males, no había asientos disponibles, así que fuimos de pie todo el camino.
Llegamos al colegio y al entrar me topé con Faust, el tipo más odioso de toda la escuela, me fastidia siempre que tiene la oportunidad.
Faust: ¿Qué pasa Øystein? ¿Por qué esa cara? No me digas que le sigues llorando a tu ex -comenzó a carcajearse junto con sus amigos-
Øystein: ¿Y eso a ti qué te importa? ¿Por qué no vas a joderle el día a alguien más?
Faust: ¡Uy! Ya se enojó jajaja
Sentí que me hervía la sangre y quise irme contra él para golpear su maldita cara, pero eso no fue posible porque sonó el timbre y mis amigos me llevaron a clase.
Al entrar al aula, escuché a algunas chicas y chicos hablar de un estudiante nuevo que venía de intercambio desde un país vecino. No es que me guste el chisme, pero algunas de esas chicas escandalosas dicen que es muy alto y guapo. ¡Bah! Ya tengo bastantes cosas en la cabeza como para tener más en qué pensar.
Comenzaba a aburrime y pensé en salirme del aula para ausentarme en la primera clase, cuando entró el profesor, así que esa idea se esfumó de mi mente de inmediato. Nos saludó e indicó que en unos momentos estaría con nosotros un nuevo estudiante.
No presté mucha atención a lo que el profe decía porque en el aula de enfrente estaba Varg, y lo miraba desde la ventana. ¡Joder! El corazón se me destrozaba al mirarlo con su nuevo novio. Quería llorar, pero contuve las lágrimas y volví mi vista al frente. En eso, alguien tocó la puerta... ¿Quién podrá ser? -Dijo el profesor- quien se acercó a ella para abrirla.
