Phobia. Parte 3

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El silencio reinaba en la mansión de los Lan. Nadie hablaba más allá de murmullos temiendo quebrar la solemnidad de la muerte. Wen Qing y Wen Ning se ocupaban de los preparativos funerarios. Yanli había sacado a A-Yuan y Ahqing para distraerlos de la situación actual.

Xichen se aferraba al cuerpo de Jiang Cheng mientras silenciosas lágrimas corrían por su rostro lamentando la muerte del que fue como un padre para él.

Zhan entró en silencio con el temor carcomiéndole desde dentro. El silencio en la mansión fue lo peor.

-¿Dónde está?- preguntó a su madre en cuanto ella fue a recibirlo.

-Se encerró en su habitación- fue lo único que alcanzó a decir cuando Yibo iba bajando las escaleras.

No se detuvo a verlo ni le dirigió palabra alguna.

-Yibo, yo...

El menor pasó a su lado apenas mirándolo, golpeándolo levemente con su hombro y sin más salió.

Zhan se sintió morir en ese momento. Yibo lo odiaba, lo sabía. No sólo había matado indirectamente a Qiren, también había arruinado para siempre su relación con Yibo y se dejó caer.

-Lo siento, yo lo siento- repetía una y otra vez entre los brazos de Cang Se que se había arrodillado a su lado llorando incontrolablemente. Lo había perdido.

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Yibo miraba por la ventana esperando, sabía que regresaría y en cuanto reconoció el auto sintió temor, temor por no saber qué era lo que sentía por él en ese momento. La muerte de su tío le calaba hasta el fondo de su corazón y cuando vio su cuerpo inerte sólo deseó una cosa en ese momento: el abrazo de Xiao Zhan. Estar en sus brazos quizá le aliviara el terrible dolor que sentía en ese momento, quizá aliviara completamente el miedo de imaginárselo muerto con la garganta cercenada, quizá eliminara aquella horrorosa imagen de ver sus sábanas manchadas con su sangre, pero Zhan no estaba y eso le dolió aún más.

Le daba terror el pensar que estuvo a punto de perderlo para siempre y peor, que debido a su dolor actual dijera algo para alejarlo aún más. No lograba entender porqué Xiao Zhan siempre lo apartaba, siempre lo dejaba de lado como si no le importara, como si realmente deseara tenerlo lejos y ese pensamiento empeoraba su estado de ánimo. Quizá Zhan consideraba que no era suficiente para él.

Cuando lo vio bajar del auto y notando las ropas llenas de sangre, un nudo en su garganta se hizo presente, pero tampoco podía dejar de lado el echo de que había utilizado a su tío como carnada para Zhuliu y eso le había costado la vida. En su interior se libraba una batalla sin estar seguro qué resultado tendría. De pronto se sintió sofocado, no podía respirar y quiso salir, irse lejos, desaparecer antes de afrontar aquella realidad que lo asfixiaba.

Al ver llegar a Xiao Zhan con aquel semblante lleno de culpa no supo qué hacer exactamente. Zhan estaba bien físicamente, pero todo lo demás le parecía terriblemente mal. La sangre seca en su ropa le dio una idea de lo que había pasado y no lo soportó. Tomó su motocicleta y salió buscando un poco de aire.

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Wen Qing tuvo que clavarle un par de agujas por la espalda para conseguir que Xiao se calmara un poco y durmiera, pues su estado solamente empeoraba.

Nadie sabía nada de Yibo desde que había salido de la mansión y ya habían pasado doce horas. Xichen le había dejado un mensaje avisándole sobre el funeral de su tío pero no había contestado.

-Él regresará a tiempo- le dijo Cheng tomándolo de la mano.

-Quizás si Zhan lo llamara- sugirió Xichen.

No Imaginaba 2. PERMANECERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora