SOLARY - La creación de Yauta

CAPITULO 3: PECADO NOBLE

CAPITULO 3: PECADO NOBLE

Adaptaciones, existen 3 tipos:

CALORÍFICA: Como ya lo han notado, sería el reemplazo del tejido celular, corporal, mente y corazón. Junto con la perdida del cabello.

EXPANSIÓN DE ALMA: Se da al expulsar la energía acumulada del calor naciente dentro de ti, junto con la pérdida de la mitad de tu humanidad carbonizada.

DOMINIO DE COSMO: Es la fase espiritual, abandonando la humanidad. Creando un conjunto de percepciones naturales, adaptables a cualquier entorno. Son solo pocos los que han llegado a esa adaptación, entre ellos, el rey. Posee una tercera adaptación y cuenta con el dominio de Tamtria.

  Para lograr ser Catari de rango 1 debes superar un gran entrenamiento, aplicado por los Cataris de rango 2 y 3, para darle fin a tu existencia, evaporando lentamente tu humanidad.

  Para obtener la segunda adaptación, «Expansión de alma», deben soportar la despiadada energía fuera del domo; cubriendo su piel con líquido de semilla de Yauta derretida, la cuál crea un fuerte ácido, consumiendo toda su piel y huesos. Enlazando su alma con el resplandeciente calor de la única estrella, absorbiendo una enorme cantidad de vapor rojizo. Los pocos que han sobrevivido son los Cataris más hábiles que resguardan el reino.

¿Cómo se clasifican los Cataris? Les explico.

Cataris Rango 1: Sólo cuentan con una primera adaptación y se encargan de la seguridad de la población. Claro, con un doloroso entrenamiento día a día, siguiendo los pasos de los de tercer rango. Encargados de la vigilancia permanente en los faros fronterizos, cerca de los largos enlaces de caminos que dirigen a las aldeas espirituales.

Cataris Rango 2: Poseen una segunda adaptación. Son encargados de la seguridad de los ciudadanos, resguardo de la población, cumplimiento a los reglamentos, comercio y orden.

Cataris Rango 3: Están encargados de la protección de la realeza Tamtriana. Son asesinos despiadados, que no dudarían ni un instante en pulverizar tu alma si te acercas al rey. Seres con grandes armadura de oro rojo y armas fabricadas exclusivamente con semillas de Yauta, lo cual las hacen indestructibles y con habilidades de corte de vapor. Ya sin la mitad de su humanidad son despiadados; expulsando la energía de su cuerpo a través de sus espadas y lanzas, cargadas con el vapor denso de la respiración de sus almas. Muriendo lentamente, esparciendo la poca humanidad que les quedan. Poseen una segunda adaptación fortalecida.

-Bien, ave brillante. ¿Me dirás dónde se encuentra ese desgraciado ladrón?

-Ehhh...- me vacila de nuevo, asi que le jalo sus plumas otra vez -Si si, ¡Te lo diré! te dije que me soltaras para guiarlos, ya que los espíritus no podemos mentir...

-Deberías soltarlo ya, Solary...- dice Agamus, tratando de ser discreto, mirando a nuestro alrededor.

  Observo a muchas personas que señalan hacia nosotros con cara de preocupación. «¡Es el fin!» gritaban «¡Los Dioses Smuzan nos maldecirán por la aberración y el pecado de hacerle daño a un espíritu ave!» cada vez se acercaban más y más personas.

-¡Fueron ellos quienes cometieron el pecado noble de lastimar a un espíritu!- una persona entre la muchedumbre nos señala -¿Quiénes son ustedes?- pregunta.

-Ya todos los han visto- me dice el ave -no es un pecado tocar a un espíritu, pero si "imposible"- recalca -Aunque no lo crean, son todos criminales, asesinos, y ladrones. Pero le temen a los desconocido que son los espíritus. Y no solo a los Smuzan, sino a todos.

-¿"Imposible", Dices?- Sintiendo arder mis pies, se me acelera el corazón observando el rostro de todas las personas que nos rodean, recordando pequeños fragmentos dolorosos cuando aquél día nos expulsaron de la ciudad. Ira, siento mucha ira- ¡¿Qué quienes somos?! - Grito hacia los desconocidos - ¡Solo unos desterrados por los injustos reglamentos de su patético rey! Abandonados y desterrados como ustedes, condenados a morir rodeados de barro hirviente y sumergidos en lavas de arena.