𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒𝟔

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Esos días con los niños los disfruté más que antes pero había una palabra que me rondaba la mente siempre.

¿Por qué mi hermana había sido capaz de tener hijos sin dificultad?

Tenía ya tres hijos y yo estaba aquí esperando a que me dijeran que se había equivocado. Sentía una pequeña por ella, pero era mi hermana.

Significaba eso que no era parte de esa familia.

Todas las dudas se resolvieron cuando el día que Fred y Alizée volvieron fuimos a un restaurante.

Salía del baño cuando me choqué con un señor.

-Disculpe.

-Usted es Coraline Oliveira, ¿verdad?

-Sí, ¿por qué?

-Te pareces tanto a tú madre.

-¿Conoce a mi madre?

Era extraño, era Alizée la que se parecía a mamá, rubia, ojos verdes, alta.

-Sí, me alegro tanto de que tus padres te pusieran Coraline.

-Señor, no sé de que me está hablando, tengo que ir con mi familia.

-Soy tú padre.

Paré en seco y me giré al señor.

-No sé como sabe mi nombre, pero mi padre está muerto, no debería jugar con estas cosas.

-No, no. Por favor déjame contarte.

-No lo siento.

Estuve ausente por lo que me había dicho el señor.

Cuando el camarero trajo la cuenta también me dio una tarjeta.

Llámame y te explicaré todo, por favor hija.

Damiano quería saber lo que ponía pero yo escondí la tarjeta.

-No es nada importante.- le dije.

-¿Estás celoso?- le preguntó bromeando Fred.

-Le ha dado su número seguro.

-Que no Damiano, relájate, que ya no soy una niña pequeña.

¿O si? Me consideraba madura pero y si en verdad solo era una niña expuesta al mundo cruel e injusto, una niña que intenta crecer solo para huir de las injusticias, una niña que por hacerse la madura podía dejar su historia de lado.

Estaba de nuevo solo en casa y decidí tomar un baño antes de dormir. Puse Coraline solo para darme cuenta de lo que no me había dado cuenta antes.

Los primeros versos eran la Coraline que se había presentado a un concurso de música solo para hacer feliz a su madre, una niña que cargaba con la tristeza de su padre, de su hermana, de su tía, de su familia entera. Una niña con el corazón partido, un niña incapaz de saber lo que quería hacer con su vida, una niña dócil y sumisa.

Los versos del medio eran mi yo de ahora, la Coraline que estaba sufriendo en silencio y sonriendo ante las cámaras. La que quería huir pero tenía cosas que la retenían en Italia, la Coraline que tenía miedo al mundo, la niña pequeña que seguía en su alma le tenía miedo al mar, al mundo, pero dentro de ella tenía un mundo entero por descubrir.

Y por dentro temía que fuera mi historia incompleta, que Damiano hubiera escrito mi historia en una canción y que gracias a esa canción, gracias a ella, mi historia estuviera escrita.

Mi plan no era en un principio sumergir mi cabeza en el agua, pero mientras pensaba en los últimos versos de la canción los versos que aún no sentía parte de mi historia mis pulmones se quedaban sin aire.

Necesitaba huir, huir del mundo real, el mundo que me estaba destrozando poco a poco. 

Y por mucho que le doliera a mi familia, por mucho que le doliera a mis amigos, por mucho que le doliera a Damiano, necesitaba irme y no volver a Italia, necesitaba correr de la gente que creía conocerme solo porque habían escuchado mis canciones, necesitaba huir de los entrevistadores bromistas, de las super modelos perfectas, de los manager insolentes que solo se preocupan por la fama, necesitaba huir de las fiestas, huir de la música, huir de la interpretación. Huir de todo lo que me había destruido poco a poco a lo largo de los años.

Necesitaba encontrar el castillo de muros fuertes en el que nadie podía hacerme daño.

Necesitaba escapar como fuera.

Coraline ✔️ ꜰᴀᴍᴇ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora