Una Segunda Oportunidad

Capítulo 6 Este maestro se fue a una misión

Mo Ran no volvió después de ese día.

Después de trabajar diligentemente durante dos semanas seguidas, Chu Wanning finalmente terminó el primer prototipo del Guardián de la Noche Sagrada. Se dirigió felizmente a la ciudad de Wuchang para cerrar el trato con el comerciante local. El material para fabricar un Guardián de la Noche Sagrada era barato, por lo que el comerciante de la ciudad de Wuchang pudo venderlo a un precio bajo. Lo que era caro era el diseño. Si Chu Wanning quisiera ganar dinero de verdad, podría hacerlo fácilmente sobrevalorando sus inventos, pero su verdadero propósito siempre había sido proteger a la gente común. De ahí que el fiable Guardián de la Noche Sagrada se vendiera al mismo precio que una escoba doméstica. Era incluso más barato que los talismanes de protección que vendían las sectas de cultivo. La sencilla armadura acabó por hacerse tan popular que Chu Wanning llegó a ganar mucho dinero con el paso del tiempo. Nunca tuvo que depender de Pico SiSheng para obtener ingresos, aunque, por supuesto, Xue Zhengyong insistió en pagar su salario mensual. Si Chu Wanning no donaba el dinero que le sobraba durante el viaje, lo gastaba en dulces.

Antes de volver al Pico SiSheng, Chu Wanning se desvió hacia el mercado y compró dulces hasta sentirse satisfecho. Caramelos de leche de vaca, raíz de loto glaseada con miel, todo tipo de pasteles y bizcochos. Chu Wanning quería engullirlos en ese momento, pero aún tenía que mantener su apariencia de Gran Maestro en público. El dueño de la panadería estaba tan contento que se le saltaron las lágrimas. Chu Wanning era un cliente único y raro. Siempre que aparecía, compraba al menos la mitad del contenido de la tienda. Por eso el dueño siempre se aseguraba de que Chu Wanning obtuviera los mejores productos al mejor precio. De todos los pasteles, el que más le gustaba a Chu Wanning era el de loto. Por desgracia, esta vez sólo quedaba un trozo. Pero era mejor que nada. Chu Wanning lo tomó con gusto.

Antes de irse a casa, Chu Wanning compró también tres botes de leche de soja dulce. Fue un día tan bueno. Por primera vez desde su renacimiento, Chu Wanning disfrutó realmente de estar vivo de nuevo. Abrió un tarro y bebió tranquilamente durante todo el camino de vuelta al Pico SiSheng.

Cuando Chu Wanning llegó a los estanques de loto rojo, ya había alguien esperándole. Mo Ran estaba de pie al final del puente, sus ojos estaban dirigidos a las flores de loto.

"..."

Mo Ran no lo había visto todavía. Si quería huir, podía hacerlo de inmediato. Chu Wanning estaba a punto de girar y alejarse, pero entonces captó un movimiento en la orilla de sus ojos. ¡Mo Ran, el canalla, extendió una mano y estaba a punto de arrancar una de sus flores de loto!

"¡¡¡Mo Weiyu!!!"

Mo Ran estuvo a punto de caer al estanque. Su mano seguía colgando en el aire, a centímetros de alcanzar la flor de loto. Chu Wanning se dirigió hacia él, con un aspecto muy triste. Mo Ran se congeló en el acto. ¿Qué era exactamente lo que había hecho que Chu Wanning se enfadara tanto, otra vez?

Chu Wanning estaba a punto de regañar a Mo Ran cuando lo vio. Había un caracol solitario en la flor de loto roja, y Mo Ran quería arrancar el caracol de la flor. La cara de Chu Wanning cambió entre verde, blanco y el rojo.

Mo Ran lo saludó con cuidado: "¿Shi... Shizun?"

Chu Wanning se sintió avergonzado. Respondió con un silencioso "En" y recogió él caracol de la flor. Luego, lo puso a salvo en la hierba cercana.

Chu Wanning se levantó de nuevo, de espaldas a Mo Ran. No estaba seguro de qué decir o hacer. Era una situación tan incómoda. Afortunadamente, Mo Ran habló.

"¿Se ha recuperado totalmente Shizun?"

"En. ¿Cómo están sus heridas?"

Como si quisiera demostrarlo, Mo Ran movió los brazos: "¡Totalmente curadas!"