Prólogo

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16 de junio, 2017

-Recuerdo ver una silueta al fondo de los pasillos. Una forma sin rostro que me observaba desde la esquina de mi cuarto y a la que yo le sonreía.

-¿No sabes quién era?-pregunta otra vez la psicóloga. Eso logra colmar mi paciencia-.

-No, al igual que te he dicho las doscientas veces anteriores-ruedo los ojos, algo tan común en mi últimamente-.

Grace, mi psicóloga desde hace siete meses, suspira. Debe de ser difícil tenerme como paciente.

-Asha-dice buscando mi mirada-.

Gruño y la miro.

-Tus padres me dicen que eras una niña introvertida y no te relacionabas con nadie-no es como si hubieran muchos niños con los que relacionarme mamá y papá-pero tu por otro lado me dices que tenías un amigo ¿no es así? .

Asiento.

-Tu "amigo" es un ser sin rostro y su presencia en tu vida es ignorada por todas las personas que te rodeaban en ese entonces-suelto un bufido. ¿Qué es tan difícil de entender?-No recuerdas su apariencia-continúa-y con la hipnosis tampoco encontramos nada. Por más que trate no entiendo...

Deje de escuchar.

Es mi cuarta psicóloga y una más para la colección de "no entiendo". ¿Por qué no me creen? Todo era tan confuso para mi también y no me andaba quejando, bueno si pero no es el punto.

¿Mi historia? Simple; una chica de diecisiete años que perdió a sus padres y se vio obligada a escapar de sus tíos y esconderse en una casa que escondía muchos secretos, pero él...él escondía el mayor de todos.

Me dejé llevar por una ilusión, cuando desperté, la realidad era tan cruda que terminé hundiéndome con ella.

Mi amigo imaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora