Capitulo XIV: Cuartoceavo regalo

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14 de febrero, 14 regalo

Hoy era 14 de febrero, en los pasillos de Hogwarts pasaban parejas tomándose de las manos. Draco estaba sentado cerca de el lago negro cuando una pareja de Hufflepuff se acercó, eran dos chicas muy felices. Se sentaron y se empezarán a dar mimos entre sí, el rubio solo miro incómodo, tal vez las personas pueden pensar que los miraba por envidia pero no era así, no le incomodaba por que fueran chicas si no por que eran demasiado dulce para el. Se paró y se alejó de el lago, no quería decirle a la pareja que se fuera y el no quería que siguieran así que se retiró.

No iba a arruinarle el día a las chica por su sentimiento de incomodidad, no era tan egoísta.

Donde dirigía la mirada encontraba una pareja muy dulce, o algunas no tantas pero aún así se miraba el amor que se tenían o el cariño.

Se sentó debajo de un árbol y miró la hora en un reloj que tenía en su mano izquierda, eran las cuatro de la tarde, a las siete empezaba el baile y el tenia que esperar demasiado, ¿Porque sentía el día tan largo? Es como si el tiempo estuviera en su contra.

Tomo un libro entre sus manos y empezó a leer, era la historia de una bella dama que estaba enamorada de su enemigo, y su enemigo le correspondía pero por el miedo de ser rechazados entre sí no dijeron nada. Tuvieron muchos momentos lindos y se volvieron cercanos de alguna manera o otra, pero una noticia hizo que la chica ocultara más sus sentimientos; El enemigo de la chica se iba a casar y la chica no fue a detener la boda y así termino su historia. En un desamor por confusión, temor y orgullo. La trama era muy buena, tal vez había un segundo libro donde terminen juntos.

Aunque el libro apenas había sido publicado, así que no había muchas esperanza la verdad, miró la hora, eran las cinco de la tarde, se estaba empezando a oscurecer poco a poco y había poca luz de el sol, miró como el sol bajaba lentamente, se levantó y se sacudió, tomo sus cosas y regreso a el castillo.

En los pasillos la personas hablaban y caminaban por todos lados, algunas chicas y chicos corriendo a sus habitaciones para empezar a prepararse, otros que simplemente estaban tranquilos y no le importaban mucho el baile.

Miró a su padrino que miraba mal unos corazones que habían puesto en la puerta de la clase de pociones. Su padrino no odiaba San Valentín, solamente que en el pasado tuvo a un amor muy extraño, pero ellos terminaron, y no volvieron a hablar. Nunca supo quien fue y es el desamor de su tío.

Miro a todos para asegurarse que nadie estaba además de el y su padrino, se acercó a su padrino con cuidado.

—Padrino— lo llamo.

—Dime Draco— contesto sin mirarlo.

—¿Estarás en el baile, cierto?— pregunto a el de cabello largo.

—Si, es mi deber como profesor— respondió.

—Bueno, entonces, adiós padrino y por cierto ¡Feliz San Valentín!— se alejó de su padrino con una sonrisa.

El profesor solo lo miro alejarse, cuando vio que el rubio ya no estaba en su vista, camino hacia su habitación, alguien lo iba a visitar esa noche.

El rubio caminaba por los pasillos tranquilo, cuando miro que el trío de dorado iba a su lado en dirección contraria. El solo camino a su lado con una mueca de cero interés hacia los leones, bueno a los dos leones.

Su mirada chico contra la de el azabache, este solo le sonrió y siguió con su camino igual que el, el rubio solo siguió caminando con normalidad, cuando en su interior sentía que se iba a morir.

Miró al hora eran las siete y media, el baile ya había empezado, el se miró a el espejo, si traje era blanco con tonos azules, era muy lindo, sus zapatos eran bancos y su cabello estaba sin nada de gel, estaba siendo libre. Se le había acabado el gel y la verdad tampoco quería usar, su cabello estaba lastimado de tanto gel.

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