CAPÍTULO 17

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DÉJALE EN PAZ...

Noto como Zack llega y se pone tras de mi, con una distancia prudente. ¿Que como lo se? Cuando está cerca siento un calorcito demasiado confortable y cuando me mira siento que donde él mira me quema, pero de una manera buena.

Todos estamos en la cocina, haciendo que la cocina gigante se vea más pequeña. Todos ríen y se nota el vínculo que los mayores han establecido, como el que los chicos y yo tenemos, cabe aclarar que Zack no hace parte de los chicos...

A ver , el tío me cae bien y me atrae físicamente pero no se... no lo veo como un hermano, como un mejor amigo... lo veo de distinta manera..

¡¡¡Uuhhh!!!
¡Cállate! No es lo que crees.
Aja...

Me siento en la encimera mientras observo como mi papá y los demás cocinan excepto yo, y los chicos. Pero incluso Zack está picando la cebolla, se ve tierno con el delantal de fresas, sonrió al ver que sorbe por la nariz por culpa de la cebolla.

—Ya está—dice Zack pasándole la cebolla que acaba de picar en un bol a mi padre.

—Gracias, hijo— dice amablemente y abro los ojos como platos al escuchar como le llama.

Ni siquiera a mi o a Ara nos llama así...
Hostia, favoritismo.

—Zacki—Llama la madrastra de Zack, él le contesta con un levantamiento de cabeza y va hacia ella.

—Traes unas barras de pan, por fa.—le da el dinero.

—Seyi, ¿por que no vas con él?. No estás haciendo nada—ordena mi padre y me bajo de un salto.

Salimos ambos por la puerta y caminamos una calle en silencio, pero uno muy cómodo.

—¿Seyi?—cuestiona

—¿Zacki?—le evado la pregunta

—Se que te mueres por llamarme así— entra al supermercado que hay cerca de casa y le sigo, rodando lo ojos.

—Uy si, Zacki—recalcó su apodo y él sonríe.

Vamos a la sección de panadería y cogemos los panes pero un hermoso copcake llama mi atención.

No me arrepentiré de lo que estoy apunto de hacer, es uno de chocolate negro, lo que amo así que haría cualquier cosa por conseguirlo, es decir, lo que estoy apunto de hacer.

—¿Me lo compras?—pongo los labios como un perrito tierno.

—Vale—sonríe y se nota que no es una de sus sonrisas falsas, no sus sonrisas coquetas, ni las de badboy, es una de verdad. Sus ojos brillan haciéndolos ver más brillantes, sonrió y cojo el cupcake.

Camino contenta hasta la caja para pagar, bueno realmente  lo paga Zack.

Salimos y ansiosa abro la bolsa para comer, le doy un mordisco.

—Mmh—Cierro los ojos disfrutando el sabor.

—¿Me das un trozo?—pregunta Zack alargando la mano hacia mi comida.

—¡No!—le pegó en la mano y la aparta rápidamente.

—Te recuerdo que la compré yo— dice y ruedo los ojos, le extiendo el cupcake a la altura de la boca, pero no me esperaba lo que hizo.

Da un mordisco que se come la mitad y la cosa...directamente de mi mano.

—¡Te mato!—gritó y le empujó—¡Te comiste la mitad!—Grito indignada y él ríe, lo que me produce un vuelco de mariposas en mi estómago.

Seguimos andando y no le dirijo la mirada . Sigo enfadada, me la termino y meto mis manos en los bolsillos.

Siento la mirada de Zack y luego su dedo cálido en mi comisura del labio. Limpia mi comisura que termina manchada de chocolate y se lo mete a la boca, lamiéndolo sexymente.

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