Carta no entregada de San Valentín

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Querido Joseph:

El día ha comenzado, pude observar como la luz del sol entraba por mi ventana avecinando un día prometedor, para mi desgracia, lo único que deseaba era permanecer recostada en la comodidad de mi cama hasta que el día terminara; no tenía intensiones de revisar mi celular pues sabía que las redes sociales estarían llenas de imágenes y alusiones a la fecha que se desarrollaba, nunca me ha afectado estar sola este día, sin embargo, hoy es la excepción.

Hasta hace dos semanas en mi rutina se encontraba ver tu nombre en las notificaciones de mi celular, solía enviarte todo aquello que encontraba divertido, por momentos contarte las pocas cosas interesantes que llegaban a ocurrir en mi vida o fotos mías con filtros ridículos se habían convertido en una singular costumbre entre nosotros; me gustaba cuando me contabas cosas de tu vida, las fotos de tus mascotas, los chistes, tus proyectos de trabajo, incluso ansiaba durante la semana que en las notificaciones llegará aquel mensaje de que el fin de semana podríamos vernos.

Hoy nada de eso hay ya, tu nombre no está en mis notificaciones, la melancolía me invade cuando mi celular suena y no eres tú, me resisto las ganas de mandarte mensajes y prefiero escribirlo aquí, con la escasa esperanza de que lo leerás y sabrás que eres tú a quien van dirigidas estas palabras; no puedo sacarte de mi cabeza, ni siquiera el haberme reencontrado con Adam logró hacerlo (alguien que, en algún momento de mi vida sentí no poder superar, al fin pude verlo a los ojos sin que eso me provocara sentimientos de amor), aquello me hizo pensar que en el futuro, tal vez pueda volver a verte y ya no sentir nada, pero, el tiempo decidirá eso.

Anoche soñé contigo, en los años que tengo de conocerte, jamás habías estado en alguno de mis sueños, sin embargo, anoche sucedió, pude ver tu rostro con claridad y la situación no era la más favorable para mí porque las únicas palabras que recuerdo fueron: "ya estoy saliendo con alguien más". Al despertar no pude evitar desahogar todo lo que desde hace más de una semana venía conteniendo, aferré mis brazos al peluche que me regalaste, lloré y grité hasta percatarme que un nuevo amanecer se acercaba, con los ojos hinchados y el corazón aplastado me levanté a tomar un bolígrafo junto con una hoja de papel y comencé a escribirte; en las palabras encuentro la catarsis que necesito y así sentirme menos miserable, me provoca un enorme regocijo el estar sumergida en un mar de palabras rebuscadas, para finalmente terminar ahogada entre escritos y poesías que jamás estarán inspirados en mí.

Feliz día de San Valentín, Joseph.

Aún te quiere, Ellie. 

Carta no entregada de San ValentínOnde histórias criam vida. Descubra agora