Passive || GgukJin ✔️

Único.

Donde Seokjin y Jungkook son pareja y todos piensan que los chillidos son del menor.

Nadie más que él tenía permitido tocar de manera impura a su hyung, si alguien osaba a ponerle una mano encima a su novio a la mala manera él mismo de encargaría de romperle la cara y hacerlo disculparse de rodillas. Aunque no era la primera vez que lo haría.

Así era Jeongguk, posesivo, calenturiento y celoso; perfecto para un Kim Seokjin.

Y Seokjin, amoroso, delicado y algo aniñado; Perfecto para un Jeongguk.

Ambos se aman y eso es lo que más les importa.

Jungkook también amaba como las paredes de su hyung se contraían alrededor de su pene mientras lo hacía gemir como gata en celo, o cuando su hyung lo provocaba en cualquier lugar, incluyendo enfrente de las cámaras, aunque nadie lo notase, él sí, conocía sus segundas intenciones y eso le calentaba.

Pero amaba más los momentos amorosos y tranquilos con su hermoso novio. Cuando ambos se abrazan debajo de las sabanas para dormir y el mayor se aferra a él como un koala, cuando ambos miraban las estrellas en el patio, cuando su hyung actuaba como un niño pequeño haciendo berrinches, cuando se besaban demostrándose todo su amor, cuando se decían palabras reconfortantes después de un mal momento; todo eso y más, eran sus momentos donde ellos dos se demostraban cuanto que se amaban.

Aunque eran más que cuidadosos, nadie más que ellos conocían sus verdaderas formas de ser. Como Seokjin se entregaba completamente al menor como todo sumiso, y como Jungkook lo hacia gritar mientras se aferraba de sus hombros.

Jeongguk reía a carcajadas internamente cada vez que le decían "chico pasivo" y Seokjin moría de vergüenza cuando le decían "chico activo".

Nadie más que ellos sabían quién era el verdadero pasivo en la relación. Aunque tal vez eso estaba apunto de cambiar...      

_Passive_
 

 

—Ah ah ah.

Seokjin trataba de no gemir tan alto, pues no quería despertar a los demás miembros, mucho menos a Yoongi, quien se encontraba en la otra cama de la habitación, pero le parecía una misión imposible, las manos de Jeongguk no paraban de moverse por todo su desnudo cuerpo, sus caderas no dejaban de simular estocadas, y su boca no dejaba de lamer, mordisquear y besar sus botones con rudeza. El mayor se sentía en el paraíso, pero no podía dejarse llevar, no cuando tenían el peligro de ser descubiertos en una situación tan privada y comprometedora.

—Por f-favor, Jeon, p-para —rogó con bastante esfuerzo. Gimió algo fuerte al sentir como el maknae tomaba su miembro necesitado con una mano y comenzaba a masajearlo con lentitud—. N-no... ah...