Maze | lee felix ✔️

28

Intentaba relajarme mientras caminaba, era muy inútil, ni la música me hacía efecto, es como si los malditos labios acolchonados de Lee se hubiesen quedado en mí.

Grité de frustración.

La luna estaba despejada, con algunas estrellas de compañía.

¿Qué demonios estaba haciendo? Me abracé a mí misma, ¿Y si de nuevo tomaba la iniciativa y terminaba peor que con WooYoung?

Mi corazón no podía estar quieto, no luego de saber que Felix fue quien despertó nuevamente ese deseo de dar y recibir amor.

SeungMin tenía razón cuando dijo que no debía dejar escapar esto, porque dentro de mí sabía que no quería dejar ir a Lee.

Pero mientras lo pensaba, me parecía absurdo que no pudiese decir ni una sola palabra a él.

Uno de los dos tenía que hacerlo, si SeungMin no me miente, y yo le gusto... Ahora entiendo porque ese beso en la cabaña fue una confesión.

Sin embargo, ¿Era extraño que pidiera a gritos escuchar su voz diciendo...?

—Han.

Rápidamente di dos pasos atrás, mis piernas temblaron, mis brazos hormigueaban.

—¿Puedo hablar contigo?

Asentí mirándolo de reojo.

—Yo... Lamento ser... Tan... Estúpido.

Estaba igual o más nervioso que yo.

—Es sólo que tu me pones así... No estúpido pero si bastante nervioso e inquieto...——rascó su nuca——Ya no puedo aguantar esto más, y tal vez pienses que soy un maldito loco... Pero esta noche estoy aquí para afrontarte.

—Lee...

—Aquel día, te vi caminar hacia la cabaña, me pareció una oportunidad que no podía desperdiciar, al fin y al cabo, no sabrías quien era, pensaba decirle a YeRim que borrara la foto y dijera que fue un accidente... No me atrevía a hacerlo, no fue necesario ver tu rostro porque cuando escuché tu voz y me di cuenta que estabas tan nerviosa como yo, perdí la cordura, sólo pude pensar en besarte.

Los ojos de Lee estaban llenos de lágrimas.

—Y me causaste la mejor sensación que jamás había sentido, Han.

Con cada palabra que salía de su profundo corazón, yo sólo podía sentir explosiones en mi interior.

—Quiero pensar que te percataste tanto como yo que tenemos algo especial, de no serlo no te perderías en mi mirada como continuamente lo haces, ¿Verdad?

Sorbió su nariz.

—Respetaré el hecho de que no me correspondas, sólo... Sólo quiero pedirte que no te apartes de mí, todos los días que he ido a la academia, voy contento y lleno de esperanzas de leer tus notas en los arreglos florales que envías, he guardado todas y las leo cuando... Cuando me cancelabas por pasar tiempo con Chan.

—Lo... Lo siento.

—No quise aceptar esto antes, soy un maldito cobarde que tenía miedo de no ser lo suficientemente bueno para ti, aún lo siento, pero ya no me importa, sólo quiero tenerte a mi lado, siendo amigos, mejores amigos, novios como sea, pero no te apartes de mí, prometo dejar de hacer idioteces... Pero quédate incluso si no sientes lo mismo,¿Puedes permanecer a mi lado.

Apreté mis labios encogiéndome de hombros.

VAMOS HAN JIHYE, ES TU TURNO.

HAZLO.

TÚ PUEDES.

Lo miré limpiar unas pequeñas lágrimas que resbalaban de su rostro.

Se veía tan hermosamente precioso cuando era honesto.

Y la luna haciendo reflejo en sus ojos oscuros.

Tenía exactamente las palabras que quería decir.

POR ALGUNA RAZÓN NO SALEN, ¿QUÉ PASA?

SALGAN DE AHÍ, NO SEAN COBARDES.

Lee soltó una pequeña risa.
—Maldición, Han, no sabes lo mucho que me gustas.

Mi pecho estaba a punto de estallar, lo juro.

—¡Wow! Me siento... Liberado ahora que lo dije, de verdad que... Me siento más ligero.

No sabía bien que ocurría conmigo, pero yo no podía formular ninguna de las oraciones que quería decir.

¿Por qué no puedo decirlo?

¡Quiero que lo sepa!

Intenté calmarme, inhalando y exhalando un par de veces

—Entiendo si te sigue gustando Chan, aunque de algo estoy muy seguro Han, no me importa si sueno egoísta; te aseguro que yo podría hacerte el doble de feliz que él.

Suspiró sonriendo, conocía esa expresión de alivio, y me disculpaba con la mirada por no ser como él en estos momentos, no podía decir nada, pero él parecía comprenderlo, y no insistió.

Yo no comprendía que pasaba conmigo, desconocía la causa del bloqueo que estaba sufriendo.

Me acerqué a él tomándolo de la mano.

—La... La noche es muy bonita, ¿No? ¿Deberíamos acampar juntos?

Sonrió entrelazando nuestras manos.