Capítulo XIX

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- Reventar esa calabaza... ¿Soplando? - cuestionó el Kamado a la Tsuyuri.

Ella tenía en su mano un pequeña calabaza, decidió ayudar a Tanjiro con su respiración de concentración total. No tenía necesidad, pero algo de alguna forma la estaba motivando a hacerlo.

- Debes fortalecer tu respiración hasta romperla, yo puedo romper una mucho más grande - El ojirubi la observó desorbitado - Pero antes debes pasar por un proceso largo, entrenamiento de resistencia, meditación y demás -

- En verdad eres increíble Kanao - habló Tanjiro, era pleno atardecer y ambos chicos estaban sentados observando como el sol se ocultaba, esto después de un largo día de entrenamiento.

- Has mejorado bastante en poco tiempo - para sorpresa de Tanjiro, recibió un elogió de la Tsuyuri pero incluso ella debía reconocer el crecimiento del muchacho con solo un mes de entrenamiento.

- Aun así no soy capaz de ganarte - en todo ese tiempo ambos jóvenes no habían interactuado mucho, normalmente su convivencia se basaba en la pelinegra dándole instrucciones al peliburdeo y este último acatandolas sin quejas, por lo que Tanjiro quería aprovechar este momento al máximo - Kanao... hay algo que quería preguntarte, ¿Puedo? -

La Tsuyuri lo miro dudosa por unos segundos antes de recuperar su cara de póquer y lanzar su moneda para acto seguido observar detenidamente al Kamado.

- Adelante - Esa respuesta animó al muchacho.

- De hecho es sobre lo que acabas de hacer - afirmó el sin perder tiempo - ¿Qué es lo que haces con la moneda de vez en cuando? -

La Tsuyuri no tardó mucho en responder.

- No soy capaz de tomar decisiones por mi misma - eso no sorprendió mucho al chico, ya esperaba una cosa así - Cuando tengo que elegir lanzó la moneda -

- Pero... ¿Por qué no eliges lo que tu desees? - preguntó curioso.

- No me importa nada, desde siempre a sido así, por eso es más fácil con la moneda - Tanjiro frunció el seño ante esa respuesta.

- ¡Pero no hay nada en la vida que no importe nada! - exclamó el Kamado para sorpresa de la Tsuyuri - Estoy seguro de que tu corazón es capaz de decirte que hacer, pero su voz es bajita - el chico se puso pensativo por un momento, pero rápidamente se levantó y se dirigió a la chica - ¿Puedes prestarme tu moneda un momento? - ella lo miro sorprendida por un momento.

- Claro pero... ¿Que vas a hacer? - preguntó ligeramente nerviosa entregando la moneda.

- ¡Vamos a ver si a partir de hoy escuchas atentamente a tu corazón! - en un ágil movimiento lanzó la moneda a una gran altura - ¡La lance muy alto! - exclamó tratando de no perder de vista el objeto - ¡Elijo cara, si sale cara vivirás como prefieras Kanao! -

La Tsuyuri estaba nerviosa, sus ojos privilegiados no perdieron de vista la moneda en ningún momento y para su suerte o desgracia, pudo ver perfectamente el resultado.

- ¡Ya la tengo! - exclamó el chico con una gran sonrisa mientras se acercaba a la Tsuguko que permanecía con una mirada estoica - ¡Y el resultado es...! - su sonrisa se perdió al ver la moneda, era cruz.

Kanao solo suspiró, sabía que no era tan fácil, trato de recuperar su moneda para irse pero Tanjiro se alejó de ella.

- ¡Espera! - exclamó confundiendo a la chica - ¡Dame una oportunidad más! - lanzó la moneda nuevamente - Esta vez seguro sale ca... - nuevamente cruz - ¡Una vez más! ¡Esta vez elijo cruz! - repitió el proceso y para su sorpresa, esta vez salió cara - ¡¿Pero qué?! ¡Otra oportunidad! -

Lazos - Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora