Estaba tarareando una canción, mientras bordaba un patrón de mariposas en aquel pañuelo con Vukmir acostado en su regazo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Llevaba un vestido color verde agua
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bruno había ido al pueblo a hacer unos recados, los cuales consistían en hacer las entregar de sus piezas de joyería y conseguir más material para la elaboración de las mismas.
Refugio le había avisado que tenía una visita, por lo que dejó lo que hacía y fue a abrir, encontrándose con Doña Remedios, una mujer ya en su más de medio siglo de vida. La cual le sonreía calidamente sosteniendo unas coloridas cajas en sus manos.
-Hola, señorita Mirabel, supe que su esposo había ido al pueblo y quería venir a hacerle compañía. Claro, si es que me deja pasar, sino solo puede tomar lo que le traje.
Al final, Mirabel le hizo un tímido gesto indicándole que pasara.
-Usted y su esposo tienen una casa muy bonita.
Le había dicho la mujer, Mirabel la guió al patio trasero, donde había unos cómodos asientos al aire libre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una vez tomaron asiento, la mujer mayor le dio a Mirabel las cajas que llevaba consigo.
-Quise traerle estos dulces, le pedí a mi hija y a mi yerno que los hicieran especialmente para usted y el señor Bruno. Sé lo mucho que a usted le gustan las mariposas.
