Giovano...

67 4 0
                                    

Brandy:

Era difícil no amar a Gio...

Hacía mucho que no me divertía tanto con alguien. Claro que después de Damiano tuve otras parejas y varias citas con ellos; sin embargo, el simpático piloto me hacía sentir cómoda, feliz; era bueno escuchando y un gran conversador. Después de nuestra primera cita me llevo a casa, bajó del auto para abrirme la puerta y me abrazó.

Sentí que mis piernas flotaban en el aire y una ridícula sensación de hormigueo (como si fuera a desvanecerme) recorrió todo mi cuerpo. Olí su perfume deliciosamente mezclado con el aroma de su piel y no pude evitar inhalar profundo. Su corazón latió tan fuerte que lo sentía en mi propio pecho.

Giovano:

Desee que ese instante no terminara nunca. Las manos me temblaron cuando la separé de mí cariñosamente, la miré a los ojos, sonreía ruborizada. Observó mi rostro y lo acarició dulcemente. De repente...

Brandy:

Lo besé.

Estaba perdida. Gio me tomó de la cintura apretándome contra su cuerpo. Lo tibio de sus labios, sus manos recorriendo mi espalda. Su ridícula lucha interior por ser un caballero y controlar sus instintos para no "tocarme inapropiadamente". Su respiración agitada me hacía desearlo al tiempo que sentía su erección crecer junto a mi pierna.

Giovano:

Brandy me resultaba extremadamente atractiva y sensual; pero, verdaderamente deseaba pasar más de una noche con ella. Hice un esfuerzo sobrehumano por apartarme de su cuerpo, le pedí volver a vernos y subí a mi auto.

La verdad es que, mi última relación me había enseñado un par de cosas imposibles de ignorar. Loretta, mi ex, era una mujer hermosa y de buena familia, nos conocimos por amigos en común. Era una exitosa periodista de moda que amaba todo lo relacionado al prestigio, los lujos y... el dinero. Por mucho tiempo tuvimos una relación abierta. A pesar de que el sexo era increíble y tuvimos momentos de conexión emocional genuina, a mí me desagradaban las condiciones de la relación; sin embargo, acepté todo para no perderla.

Cuando Loretta se enteró de que mi estatus familiar y social había cambiado, me pidió formalizar la relación y casarnos. En ese momento no había nada en el mundo que yo deseara más que tener una familia; desafortunadamente, ella pensaba diferente. En sus planes nunca estuvo construir una vida juntos, su único propósito era alcanzar un puesto mejor en la revista para la que trabajaba. Ya que, cerca de mí, estaría más cerca de mi familia. Al darme cuenta me sentí herido... yo sí la amaba.

Brandy:

Gio me contó todo eso en nuestra tercera cita. Su relación con Loretta le había hecho desear no perder el tiempo en encuentros casuales. Lo había pasado muy mal. Afortunadamente, comprendió su necesidad de afecto para no sentirse solo, trabajó en ello y ahora estaba consciente de lo que podía y no podía aceptar de una pareja. Definitivamente, una relación abierta no era lo suyo.

Mientras paseábamos por el Hyde Park, preguntó: "¿Qué hay de ti, Brandy? ¿Qué es lo que buscas? ¿Eres libre o aún piensas en alguien más?".

No sabía qué decir. Mi ruptura con Damiano había dejado una parte de mi corazón apagado y aprendí a vivir con eso. Al escuchar la historia de Gio me di cuenta que después de Damiano, jamás me había vuelto a enamorar.

La paura del buioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora