16 de junio de 2021:
Me esfumé por completo, estuve desaparecida unos días por motivos académicos de mi Universidad, fueron 10 días que pasaron. ¡Guau!
Realmente no tenía tiempo para nada y cuando podía contemplar mi descanso ya tenía otro llamado más. Soy una mujer muy ocupada, no me quiero imaginar el día en que tenga una familia y un trabajo estable. Con tal solo pensarlo uf... me da un dolor de espalda, bueno, hablando en el sentido figurado.
Ocurrieron tantos sucesos, que no sé ni por dónde empezar, tal vez vaya al desenlace y desarrollo del tema, en realidad armaré una confusión tremenda, y eso, mi querido lector o lectora, no es bueno. En fin, lo más importante: se habilitaron el domingo 13 de junio las inscripciones para las vacunas anticovid desde los 18 años de edad para adelante, eso me llena mucho de alegría, y por sobre todo de esperanza: esperanza en la humanidad, esperanza de que vuelva todo a la normalidad.
Por más que muchas personas, incluyéndome a mí, esperaremos un tiempo determinado, pero es solo esperar, ya estamos formando nuestro turno para recibir las dosis.
Y no falta aquella que transmite mala vibra en este caso, yo estoy sinceramente cansada de ver listones negros en las redes sociales, es momento de salir de esta, y la verdad con esta luz muy pronto lo haremos.
Yo creo y tengo mucha fe en que suceda eso, tal vez otros sean pesimistas y otros optimistas. Pero es un gran paso para la humanidad.
Siento tanto las pérdidas irreparables de muchos, es doloroso e indiscutible, no existen palabras de consuelo para ese momento. Que todas esas personas que partieron a causa de esta enfermedad, que en paz descansen.
La era que sobrevivirá los recordará con el corazón y el alma.
Menciono esto en tiempo futuro, no puedo asegurar absolutamente nada, aún no es el fin, y nunca sabemos qué nos depara el destino ahí en la vereda.
Uno nunca sabe si este instante lo vivirá por última vez, no... es así de sencillo, la vida es una caja de sorpresas, quién sabe qué regalo te tocará al abrirlo.
Es substancial vivir cada minuto y cada segundo de nuestra existencia, ¡abraza!, ¡ríe!, ¡ama! y agradece...
Agradece por el hogar en donde habitas, por el estudio que cursas, por la ropa que tienes, por el puesto de trabajo que tienes, por la comida que consumes y por la vida de tus padres.
Y aun así hay personas que no valoran todo esto, saben, para mí tener salud, tenerles a mis padres vivos y contentos es un lujo dichoso, lo demás ya es complementario.
Bueno, aparte de que habilitaron las inscripciones para personas con 18 años en adelante, anteriormente fue para los de 50 para arriba, en ese rango se encuentra mi padre, y me alegro que él acceda para la vacunación, sentiré un gran alivio cuando reciba la dosis. Después está mi madre, también ella accederá, pero mi hermana aún es apenas una adolescente seguirá esperando.
Hace 2 días estuve entregando mi proyecto final, es un trabajo experimental hecho en el campo, se realiza en mi Universidad para ganar horas crédito en extensión, requisito obligatorio para graduarse. Mi tutora me felicitó por mi trabajo, prácticamente el trabajo en el campo fue difícil y no lo pude lograrlo sin ayuda de mis compañeros de batalla. Pero, el análisis de datos, la carga de ellos, interpretar, discutir, refutar hipótesis, perder tu fin de semana haciendo eso, no es nada fácil y más cuando lo realizas sola.
El esfuerzo que efectúas, el sacrificio que realizas, aquellos desvelos matutinos y nocturnos, se ven reflejados en el resultado.
Nada es fácil, así que... nos sobra luchar y batallar por aquello que en realidad anhelamos.
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Desvelos. Una historia entre la pandemia
Non-FictionEsta historia nace con sentido a la crisis que se vivió en el segundo año de pandemia del covid-19, lo que acarreó el encierro y la incertidumbre. La caída del cielo como escarcha, ante los ojos de una joven que intenta sumergirse en la imaginación...