No siento nada.
Desde que tengo memoria, creo ser incapaz de sentir afecto o algo en general.Pero, he descubierto algo.
Debería llamarlo ¿rabia? ¿odio? no estoy seguro de ello.
Quiero detenerlo.
Quiero dejarlo.Pero me atrapa y vuelvo caer.
Me consumo a mi mismo en mentiras.
¿Podrías recordarme quién era antes?
No puedo escapar todo el dolor.
¿Es esto el miedo? ¿Es esto la melancolía?Sólo soy un organismo dentro de
un contenedor.
Ni siquiera soy un humano.
No puedo ser un humano.
No tengo el derecho de ser amado y respetado igual que un humano.Pero está bien.
Con el tiempo me convencí a mi mismo que esa era mi única utilidad en el mundo, ser un arma.Hasta que apareciste tú.
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La brisa resopló con fuerza, impidiendo a Verlaine continuar con su lectura. Soltó un suspiro e hizo el intento de buscar la página en la que se quedó, preguntándose el porqué aceptó ir a esa misión a pesar de no tener ni la más mínima idea de que es lo que se tenía que hacer, aunque en realidad él ya sabía la razón: Rimbaud. En cierto aspecto, lo que más le irritaba era la ausencia del otro, quién supuestamente dijo que iría a consultar algo con sus superiores y volvería pronto. Obviamente eso no sucedió.
── No regresará, ¿Verdad? ── se preguntó resignado ante la idea de verlo otra vez. Levantó la mirada del libro un momento, buscándolo entre las personas que deambulaban por el lugar. Fue entonces que su atención recayó en una gran multitud de gente que observaban con atención al coronel quién parecía estar dando un anuncio importante
"Gran vals esta noche" "Banquete en la Mansión" "Subasta de Joyas y Reliquias"
Por todos los años que Verlaine llevaba en su trabajo como espía lo primero que pasó por su cabeza fue un asesinato, una estafa y un robo cuidadosamente planeados.
Aunque lo que más llamaba la atención era el vals ya que está fiesta se celebraría en el día de los enamorados. Escuchaba a las parejas riendo y murmurando cosas por él lugar.¿Qué es el amor?
Como alguien que ni siquiera se consideraba humano era difícil de explicar, había leído numerosas novelas sobre romance trágicos cómo Romeo y Julieta y aún seguía sin entender el atractivo del todo.En la mente de Paul era imposible creer que alguien decidiera actuar según "lo que dice su corazón" y no de acuerdo su capacidad de razonar.
O tal vez él tenga esa mentalidad porque aun siendo libre fue programado con la intención de ser una simple máquina de matar y luego entrenado para ser un asesino profesional.
Mas, seguía sintiendo curiosidad por como era el amar y ser amado, desear y ser deseado. ¿Cómo es besar a quien se supone es "tu otra mitad"? ¿Cuál es la diferencia entre tener simplemente sexo y hacer el amor? ¿Qué es "querer" y que es "amar"? ¿Quién merece ser amado y quién no?
Esas preguntas daban vueltas por su cabeza desde que empezó a entender un poco más la sociedad humana.
Salió de sus pensamientos al oír la voz de Rimbaud gritando su nombre
── ¡Paul! ── pronunció Rimbaud mientras se dirigía apresuradamente al lugar con unos papeles entre sus manos. Antes de que Verlaine pudiera siquiera contestar Arthur tomó su mano libre y lo levantó para luego salir corriendo aún tomados de la mano, el rubio sostuvo su libro e intento seguirle el paso a su compañero mientras se abrían paso entre la multitud, fue tan inesperado que sintió como sus mejillas se calentaban y tomaban un color carmín.
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más feliz que nunca | rimlaine
FanfictionVerlaine recuerda aquella vez en la que Rimbaud le enseñó a bailar el vals ◦ Stormbringer Spoilers ◦ Capítulo Único