Capítulo 21- Flores de algodón. (3)

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Domingo. Ese día al final de la semana donde el sol siempre brilla y alumbra a toda la ciudad con su hermosa luz resplandeciente y sus besos de calor que recibían a cualquiera que saliera de su hogar. Era un cielo despejado y limpio, más azul que cualquier otro que ella haya visto. Una belleza de sencillez y magnificencia al mismo tiempo se veía desde cualquier lugar en el que te encontraras. 

La naturaleza tiene encantos, y el cielo divino y azul era uno de ellos para la chica peli__ que observaba la hermosa pieza de arte sobre ella desde la ventana de la habitación, deseando poder quitarse esas malditas vendas y salir a acostarse en el bello y avivado césped mientras tomaba una fresca bebida y disfrutaba del tiempo con sus amigos, sin preocupaciones. 

Pero en ese deseo o pensamiento, había algo que destacaba sobre todos los demás, o más bien dicho, alguien: Un chico bicolor que se encontraba sentado en una pequeña manta a cuadros rojos, con un lindo sombrero de campo y una rosa blanca en mano. Era sin duda una imagen maravillosa, pero la respuesta del porqué se presentaba era realmente inexplicable para la chica que en ese momento estaba imaginando. 

No tenía ni idea de la razón por la que él era quien resaltaba, como una mancha en un libro; libro que estaba repleto de recuerdos con él, y nadie más. 

Y de pronto, esos ojos de dos colores la miraron, uno tan azul como el cielo de ese día, y el otro tan gris como la ceniza de un corazón en llamas, mismo que venía adornado con una cicatriz que para ella era encantadora y demostraba valentía. Ante esa mirada llena de palabras hermosas, ella quedó estática, con el corazón rebosante de alegría, había perdido el aliento por una extraña razón.

 Eso fue todo lo que pudo imaginar antes de que un héroe rodeado de flamas entrara a la habitación con el chico detrás de él y otro hombre emplumado. La intromisión fue inesperada, obviamente; lo normal era que el joven llegara solo, o quizá con un peliverde detrás, pero no más. Ese bello paisaje se había arruinado con el gesto del mayor, que en serio lucía como un hombre estreñido. 

La joven se acomodó cuidadosamente en la cama y preguntó la razón por la que ellos estaban allí ese día. El joven le explicó que necesitaban hacer un interrogatorio para poder atrapar a quien le había hecho tal cosa, pues quizá estaba aliado a la Liga de Villanos. 

Las cosas claramente serían difíciles esa mañana, pues la simple presencia del mayor en esa habitación era atemorizante y tensaba todo el ambiente.

°°°

El interrogatorio no fue sencillo, pues la paciencia del héroe número uno no era la mejor, y la memoria de la interrogada era aun peor. Buscaba entre las profundidades de sus recuerdos, pero todo era borroso y lejano; todos los golpes que había recibido le afectaron más de lo que ella tenía pensado. Hawks se quedaba en una esquina, viendo toda la situación y analizando todo lo que había pasado. 

- Toga Himiko se hizo pasar por Uraraka Ochaco y me extrajo sangre, es lo mejor que puedo recordar.

- ¡No seas inútil! ¡Debes de recordar algo más!- Alzó la voz por primera vez en toda su estadía allí, mientras arrojaba la pequeña libreta en la que estaba tomando los apuntes y se levantaba de su silla de una manera ágil.- ¡ESTÁS OCULTANDO AL...- Algo interesante sucedió antes de que lograra levantarse por completo.

- No le grites.- Dijo el bicolor mientras sujetaba el hombro de su padre y hacía presión hacia abajo para que éste volviera a su lugar. Su rostro se había tornado en algo amenazante que preocuparía hasta a el más valiente. Nunca antes se había expresado con tanta rabia hacia alguien, mucho menos lo había pensado en hacer. Había sido un acto involuntario, el enojo de ver cómo le gritaban a su amiga más cercana se apoderó de su cuerpo y le hizo actuar sin pensar en las consecuencias.- No vuelvas a gritarle o yo mismo te sacaré de aquí. 

Atrapada a tu lado [Todoroki x T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora