Por Atenea y Nemesika
CAPITULO 1: LA VIDA SIGUE
Había tardado casi dos años en volver de nuevo a Bogotá desde que salió de aquella terrible junta y acto seguido se fue con Cata al reinado nacional de la belleza sin volver la vista atrás; y luego sus días allí, su transformación poco a poco, la amistad de Catalina y el incipiente amor de Michel terminaron de persuadirla cuando este, la última noche antes de dejarla en el hotel, paró el coche cerca de una de las calas y mirando el reflejo de la luna tiñendo el mar de plata le declaró lo que llevaba sintiendo varios días, lo especial que era para él y la angustia que se apoderaba de su alma al saber que al día siguiente partiría. Y ella se convenció que en Bogotá no podría volver a vivir, que para Armando su relación había sido un juego, pero ella aún lo llevaba tan adentro como el primer día y lo mejor era poner distancia entre los dos y así dejar que el olvido curase sus heridas. Y terminó por engatusarla totalmente la proposición de Michel de trabajo y casa en esa bella ciudad.
Y sin otra explicación a sus padres les contó que se quedaría allí, trabajando con el francés codo a codo y que delegaba todo el asunto de Ecomoda en Nicolás; y el bueno de Don Hermes no muy convencido al final le dio su bendición y junto a Nicolás acudió a todas las reuniones que tanto los abogados de una parte como de la otra creyeron convenientes decidiendo que trabajarían conjuntamente para sacar la empresa adelante. Siete meses después Nicolás firmaba el acta del juez donde devolvían Ecomoda a manos de las familias Mendoza Valencia y estos en prenda de agradecimiento les legaron Terramoda. Y mientras ella en Cartagena poco a poco fue haciendo un sitio en su corazón a Michel que la respetó escrupulosamente y puso todo su esfuerzo y empeño en hacerla de nuevo sonreír y olvidar para siempre a ese desgraciado que la había matado por segunda vez.
Había llegado a la capital hacia apenas dos días ya que Michel le dio quince días de vacaciones y aunque sus padres habían volado con cierta asiduidad a Cartagena para verla, ella creía que era hora de volver a hacerles una visita, de volver a disfrutar de su familia, de Nicolás y ver de nuevo la ciudad que la vio nacer. Extrañamente y contrario a lo que había pensado antes de coger el avión no recordó su ida, sino que con los ojos llenos de ilusión y un poco de pena también hay que decirlo, se despidió del rubio francés con un dulce beso en los labios y la última caricia y caminó por la terminal de salidas nacionales hasta entrar en el túnel que le llevaría directamente al avión. Y una vez dentro siguió leyendo el libro que llevaba entre las manos, haciendo que el viaje de vuelta a casa se le fuese en un abrir y cerrar de ojos.
La recibieron con una gran fiesta en su propia casa organizada por Cata y a la que acudieron las chicas, Wilson y como no su viejo amigo Nicolás. Sonrió al verles allí a todos juntos, saltando de alegría por volver a verla y pasando de unos brazos a otros, recibiendo besos y cariños por doquier y pensó que después de todo era la persona más afortunada del mundo. Se extrañó de no ver a Freddy entre ellos y las chicas le contaron que un buen día se largó después de una terrible discusión con Daniel Valencia que ocupó el cargo de presidente de Ecomoda después de haber sido devuelta y nunca más se supo de él. Dejó abandonado todo, incluso a Aura María y se fue sin volver la vista atrás. Las miraba a todas, contar los sucesos de su vida una tras otra y a su memoria volvían los días en que esas interminables reuniones de chismes eran diarias, contándose la vida en los almuerzos o en los 911 y su particular sala de juntas. Y sin poder evitarlo volvió a recordarle a él, al que fue un día dueño y señor de su destino, de sus lágrimas y sonrisas y su corazón sólo pudo hablar con un suspiro. Pero no les preguntó nada sobre Armando, sobre que le había pasado, si seguía dentro o no de la empresa ...... si quizás seguía siendo el novio eterno de Marcela Valencia o por el contrario se había decidido a sentar la cabeza de una vez a su lado casándose con ella, formando su propia familia. Y ellas nunca le contaron nada perteneciente a la empresa, salvo lo estrictamente importante, como les había advertido previamente Nicolás que no quería que aquella visita de Betty terminase como el rosario de la aurora, ahora que veía que Beatriz había logrado alcanzar un grado de felicidad y equilibrio tanto personal como profesional.
A lo largo de la noche algunas miradas cómplices entre Nicolás y Aura María la llamaron la atención y más tarde cuando al despedirlos aún apoyada en el quicio de la puerta entre sombras vio la silueta de Nicolás acercándose a su bella amiga, regalándole un beso en los labios, confirmó sin saberlo que a lo largo de esos los meses que habían compartido en Ecomoda había nacido un romance entre ambos, que llevaban lo más íntimamente posible, pero que por la cara de ilusión de los dos les hacia tremendamente felices. Y ella también exhaló una sonrisa al darse cuenta de que la vida también le daba la mano a su amigo y se había olvidado por completo de esa obsesión por Patricia Fernández. Mientras trabajó en Ecomoda, fue la propia Cata la que le fue haciendo su cambio de look paulatino como hizo con Betty meses atrás en Cartagena. La complicidad del trabajo diario llevó a Cata a proponerle el cambio, al que como Betty, él nunca pensó que funcionaría porque no tenía arreglo, pero pocos meses más tarde, el esfuerzo dio sus resultados. Gradualmente y con algo de mano izquierda por parte de Catalina, le fue supliendo algunos defectos, maquillando otros y resaltando por encima de todo sus virtudes. Un día le llevó a arreglarse el pelo, otro las lentes, al siguiente la ropa y así, poco a poco, y con ayuda de las clases de un preparador personal, muchas horas de gimnasio y algunas que otras clases de protocolo y buenas costumbres cambiaron totalmente al Nicolás desgarbado y guasón de toda la vida en una persona educada y sencilla.
Al entrar esa noche en su habitación volvió a ver todas sus pertenencias, los recuerdos de otra existencia, que ahora le parecía más de otra persona que la suya propia y poco a poco se fue familiarizando con lo que una vez fue su trinchera de sueños y delirios. Abrió su armario y descubrió sus antiguas ropas, los zapatos, medias y demás complementos y con una de sus enormes faldas entre las manos se miró al espejo. Tan diferente era esa Betty del reflejo, a la que hacía poco menos de dos años se calzaba esas prendas?? Y se dijo que ella había cambiado en todos los sentidos. El dolor la había ayudado a madurar y el amor desinteresado de Michel hizo que se centrase, serenando sus temores, dándose más confianza y llenándose de una fuerza interior que hacia que viera el mundo con otros ojos, luchando contra las adversidades que acudían a ella día tras día y dándose la última oportunidad para ser feliz al lado de alguien. Lo que más se reprochaba, si es que se pudiera decir así, era no poder darle todo su corazón, amarle como hizo un día con Armando y dejarle la vida en sus manos; pero él al igual que ella comprendía que no todos los amores son iguales y se daba más que satisfecho con todo lo que Beatriz hasta ese momento le regalaba y sonreía ante le creciente felicidad que demostraba estando con él.
Al principio lo tuvo bastante crudo, porque una Betty a veces melancólica y otras depresiva se negaba a acceder a todas sus súplicas y se mostraba en cierta forma tirante cuando estaba con él. Pero su infinita paciencia y el derroche de cariño hicieron el milagro de que ella un buen día, pasados unos meses de su huida de Bogotá, le confiase el daño que había recibido de parte de Miguel primero y más tarde de Armando y él llorase por mil cada una de las lágrimas que Betty derramaba y su corazón se quebrase sintiendo su mismo dolor. Y no pudo más que arroparla entre sus brazos y jurarla y perjurarla en la penumbra de aquella habitación que él no era así, que sólo vivía por ella y que si había aguantado tanto tiempo, podría esperarla toda la vida. El consuelo del abrazo, se convirtió en confianza y la confianza les llevó a la ternura y la ternura desbocó la pasión contenida. Y se entregó a él, cómo se entregó en su día en los brazos de Armando, con la diferencia que una vez pasado el huracán del deseo y el placer al mirar a los ojos a Michel se sintió reconfortada, sin un atisbo de preocupación por el engaño o de arrepentimiento por su entrega. Y supo que ya hacia mucho tiempo que empezó a olvidar a Armando definitivamente y con una sonrisa en los labios se quedó dormida, acurrucada en el cuerpo de Michel esa noche. Y después de esa primera entrega vinieron muchas más, rindiéndose cada noche entre sus brazos, renaciendo sólo para él.
Dejó la falda en una percha y cogió aquel cuaderno floreado que había dejado el mismo día de su partida para no volver a escribir nunca más en él y algo más fuerte que ella hizo que lo abriese por la página siguiente a la última escrita y sin leer nada de lo anterior empezó a relatar lo que habían sido casi esos dos años de su vida y al cabo de un rato se quedó dormida con el bolígrafo entre los dedos y en la última frase que había escrito se podía leer "Después de mucho tiempo creo que empiezo a ser feliz"..................
Esa mañana se levantó temprano, en cuanto oyó a su madre trastear por la casa, alistando el desayuno y a su padre detrás de ella gruñirle con cariño por ponerle siempre la telenovela a la hora del primer café. Cogió ropa de la maleta y media hora más tarde bajaba por las escaleras, con el pelo aún mojado de la ducha, vistiendo unos vaqueros ajustados y un suéter de lana y cuello vuelto. Entró en la cocina y mimosa se abrazó a la cintura de su madre que preparaba las arepas y la besaba con adoración mientras su padre sentado en la mesa del office lucía una maravillosa sonrisa por ser testigo de ese encuentro tan añorado. Se desprendió de su madre para ir a abrir la puerta a Nicolás que como siempre acudía puntual a la cita con la familia. En esos meses de destierro de Betty Nicolás había suplido parte de sus necesidades afectivas y le acogieron como al hijo que toda la vida fue, mientras Hermes le ayudaba con la contabilidad de Ecomoda o cuando decidieron incrementar el capital inicial de Terramoda con la liquidación de Hermes. Nicolás se adentró con Betty en la cocina y después de saludar a sus padres postizos empezó a desayunar con todos ellos.
La novela se terminó y el noticiero de las ocho y media de la mañana tomó la alternativa. Su padre era el que más atención prestaba mientras Nicolás por lo bajini le contaba a Betty, lo de su relación con Aura María, cómo esta después de la partida de Freddy se quedó hundida y con la ayuda del cuartel y de él mismo con Wilson lograron sacarla de esa tristeza. Un día mientras celebraban el cumpleaños de Sofía en un garito, sin decirse nada se empezaron a besar, sintiendo una química especial; por aquel entonces él no había cambiado totalmente, pero a Aura María no le importó lo más mínimo porque se sentía cómoda a su lado y sin saber ni como ni porque empezaron a salir; ellos intentaban ser lo más discretos que podían y aunque no les habían contado nada a las chicas intuía que alguna ya lo sabía porque no podían quitarse el brillo de los ojos cuando se miraban entre disimulos o se sonreían al adivinar los pensamientos del otro. Betty reía a ratos, los más lloraba de felicidad por su hermano y le acariciaba la nuca deseándoles toda la felicidad del mundo ya que ambos se la merecían.
Se limpiaba las últimas lágrimas, cuando sintió como en el noticiero el presentador pasaba a las noticias de sociedad y en primera plana anunciaban a bombo y platillo que uno de los solteros de oro de Bogotá, Armando Mendoza, por fin dejaría de serlo esa misma tarde desposando a su prometida desde hacia unos cuantos años Marcela Valencia y que el lugar elegido para la feliz celebración era la céntrica iglesia de Santa Clara.
Se quedó inmóvil, como si estuviese muerta, ni siquiera pestañeaba con los ojos abiertos de par en par viendo las fotos de él, de ella, algunos videos donde aparecían juntos, en las últimas colecciones de Ecomoda........sintió la mano de Nicolás en su hombro y volvió de nuevo a la realidad de aquel día.........así que al final se casaba esa misma tarde......... un día después de su vuelta y se maldijo por haber sido tan oportuna y haber esperado los últimos diez días de Julio para ir a visitar a sus padres....oyó la voz de Nicolás pegada a su oído.........
N: Estás bien??
Y ella aún inerte por la noticia como pudo acertó a asentir con la cabeza y siguió desayunando como si nada. Pero excepto Hermes, que seguía a lo suyo criticando ciertas técnicas del gobierno, Nicolás y Doña Julia no quitaban ojo a Beatriz que con demasiada tranquilidad terminaba el desayuno y los sonreía mientras llevaba su taza, plato y tenedor a la pila del fregadero. Después de recoger su cubierto y excusándose con ellos les dijo que quería ir a dar un paseo por la ciudad y Nicolás siempre atento la acompañó unos metros paseando, despreocupándola por sus deberes en Terramoda y en silencio compartía sus pensamientos. De pronto Betty se paró en seco y levantando la mirada le preguntó de una buena vez a su amigo...............
B: Qué fue de su vida Nico?? Yo pensaba que se iba a casar dos días después de la junta.....
N: No fue así Betty.......pero no creo que te convenga saber esto.......deja las cosas como están si??
B: Por favor Nico........necesito saberlo
N: (Se encogió de hombros) Está bien Betty, vamos a tomar algo y te lo cuento...........
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A las seis menos cuarto de la tarde vieron llegar el coche del novio a la iglesia de Santa Clara, y de él se bajó primero Mario que era quien conducía y que abrió la puerta caballerosamente a Doña Margarita y dos segundos mas tarde descendió él. Con traje negro camisa blanca y corbata gris perla, Armando lucía a veces una sonrisa, sobre todo cuando la prensa llamaba su atención y Doña Margarita cogida de su brazo como madrina que era, le susurraba al oído que destilase felicidad, pues era el día de su boda. No se quería quitar las gafas de sol, pero su madre como siempre le obligó a deshacerse de ellas y colocarse sus lentes normales. Y al hacerlo pudieron captar unas marcadas y renegridas ojeras, que le daban a su rostro más sensación de muerto en vida. Margarita le volvió a incordiar reprendiéndolo por haberse ido la noche anterior con Mario de copas.
A: (Con una sonrisa cínica en los labios) "Mamá" ¡¡por Dios!!, fue mi despedida de soltero, tampoco tenía derecho??
Y Margarita solo le hizo una mueca de desaprobación y sacando toda la frivolidad de la que fue posible siguió sonriendo a diestro y siniestro, mientras oía el disparo de las cámaras. Después del consabido pose, ella misma se disculpó con los "chicos" de la prensa, diciendo que se iban para dentro a esperar a la novia......... y Armando volvió a cargar el brazo de su madre que le indicaba que caminase recto y no parase de sonreír por nada del mundo. Beatriz apostada en una de las barreras, detrás de una multitud de personas que habían ido a presenciar el enlace del año bogotano, le vio pasar a tan solo diez metros de ella, caminando despacio, haciendo eterno el momento de entrar a la iglesia; no volvió la vista atrás y justo cuando su visión se perdió entre los muros del templo, hizo su aparición Marcela Valencia, vestida de blanco roto, con un corpiño de palabra de honor y ancha falda que en el remate final de la cola llevaba bordado pequeños detalles. Y al igual que Armando entró a la iglesia del brazo de un orgulloso Don Roberto y Beatriz vio como a sus espaldas, las puertas de la basílica se cerraban para que la ceremonia diese comienzo.
CAPITULO 2: LA CUENTA ATRÁS
Mientras veía como Armando avanzaba lentamente hacia el altar, Betty cerró los ojos y rememoró todo aquello que Nicolás, le había dicho el día anterior.
N: Betty..... es mejor que no lo sepa........( Y las palabras que vinieron después) Esta bien....... yo le cuento.
De esta manera, y siempre a través de lo que conocía Nicolás, ella supo lo que había sido de la vida de Armando, durante esos dos largos años. De lo primero que ella se enteró, fue que Armando se encontraba en un deplorable estado de ánimo, cuando entraron en la empresa Hermes y Nico.
Al principio, todas las directivos actuaban de una forma muy recelosa con ellos, cosa que tampoco les extrañó. Pero la desconfianza de Armando, más que por la empresa se debía a la posible relación que Betty tendría con Nico; o al menos eso fue lo que le hizo creer.
El primer día que llegó a la empresa, el expresidente se encontraba todo golpeado, incluso para el joven financiero, fue difícil comprender ese estado lamentable. La primera reunión fue muy difícil, y en ella Armando Mendoza Sáenz, prácticamente no dijo nada. Permaneció con la cabeza agachada, y se fijó como de vez en cuando lo miraba a él de reojo. En esa reunión, y como Betty ya sabía, porque nunca perdió el contacto con su padre y Nicolás, se acordó que TERRAMODA colaboraría con ECOMODA, para sacar ésta última a flote, y se decidió que Betty haría un documento, con el que su amigo tendría plenos poderes a la hora de representarla.
En ese punto de la conversación con su amigo, fue cuando Betty se enteró, de que esto a Armando no le gustó nada, y ante la mirada de asombro de todos los presentes, exigió que ella debía presentarse para manejar por si misma el asunto. Pero Nicolás fue tajante y dijo que su representación era lo único que podían ofrecerle, y que eran libres de tomarlo o de dejarlo. Cuando la reunión terminó, y los recién llegados ya se iban, Armando se dirigió a Nico y le dijo que por favor hablaran. Éste con desgana lo siguió al despacho de Mario (ya que la presidencia quedó en manos de Roberto Mendoza). Allí, el fiel amigo de Betty, le dijo.
N: Dígame..... para que me necesita..... estoy de afán.
A: (Bajando la cabeza y suplicándole con la mirada)...... Necesito saber donde está Betty, por favor........ ¡tengo que saberlo!.
N: (Desafiante)..... Ya les hemos dicho, que seremos yo y Don Hermes, los que trataremos los asuntos de su empresa, lo demás es imposible.
A: (Desesperándose)..... ¡La empresa me importa un carajo!...... la ¡necesito a ella!..... ¡Dígame donde está!
Por la impotencia se abalanzó sobre él, y lo agarró de la solapa, y Nicolás mirándole a los ojos con desprecio le dijo.
N: Mire Doctor..... no me da ningún miedo.... Betty tiene quien la defienda.... y no le voy a permitir que le haga daño....... así, que entienda esto........ nunca le diré donde está.
Después de eso lo empujó, por lo que Armando perdió el equilibrio, mientras él salía hecho una furia. Nicolás le explicó a Betty que durante los meses siguientes, la aptitud de Armando no cambiaba: llegaba borracho, golpeado y seguía insistiéndole, para que le dijera el lugar donde ella se hallaba.
Nadie en la empresa entendía su aptitud, y en un momento dado, casi perdió el poco respeto que le quedaba de sus amigos y familiares. Según Nicolás, esa forma de vida le duró a Armando, más de dos meses, pero hubo algo que lo hizo cambiar: aunque lo cierto era que Nico no supo decirle el motivo, pero estaba seguro que se debió a algo importante.
De esta manera, durante los siguientes meses, se transformó en un hombre sensato y responsable que prácticamente vivía para la empresa. Aunque eso sí, en ningún momento dejó de perseguir a Nicolás, con la misma idea de siempre: sacarle información del paradero de Betty
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A medida que su hermano le contaba, Betty no se lo podía creer. Ella nunca esperó que la reacción de Armando fuera esa. En realidad, pensó que él había seguido con su vida de siempre: de mujer en mujer, y por las noches con Marcela. De esta manera mientras veía como él avanzaba hacia su unión eterna con Marcela, se levantó de donde estaba, y salió sin ser vista a la calle: "aquello era demasiado doloroso". Mientras caminaba muy lentamente, seguía recordando todo lo que Nicolás le contó de la vida de su antiguo jefe y amor.
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Así, le vino a la mente, lo que su amigo le dijo. Habían pasado unos 4 meses desde el cambio de Armando, y parecía que comenzaba a ganarse la confianza de su familia, al mismo tiempo que a Marcela Valencia se la notaba muy interesada en recuperar a su antiguo prometido.
A pesar de ello Armando Mendoza, seguía triste, y se le veía incomodo en presencia de su exnovia. El caso, es que una noche, que Nicolás había salido con Aura María (al comienzo de su relación con ella), había tenido y sin saberlo durante todo el tiempo, a un espectador en la sombra. Así una vez, que la velada estaba apunto de terminar, y Aura María ya estaba dentro del coche esperando a que éste se subiera, un furibundo Armando se les acercó y con gritos le dijo.
A: Nicolás....... usted me ha engañado........ todo el tiempo tenía escondida a Betty........ pero no le voy a permitir que se vaya con ella....... ella tiene que hablar con migo.
Nicolás solo era capaz de mirarlo con asombro por lo que tardó en reaccionar, por ese motivo, Armando, que en su ceguera, estaba seguro que la acompañante de su rival era su amor, bordeó el coche y abriendo la puerta gritó.
A: Bajese Betty........ usted tiene que venirse con migo.......
No terminó la frase porque se dio cuenta que la mujer era Aura María. Pero a estas alturas Nicolás ya había reaccionado y se le había acercado por detrás.
N: Pero usted que se cree ahhhhhhhhh......... deje en paz a mi amiga...... y (señalando al interior del carro) respete a la señorita.......... ¿Se ha vuelto loco?.........
A: (avergonzado)........ Lo siento por Aura María....... pero ¿es que no lo entiende?......... me muero sin mi Betty.........
Por los nervios que tenía, Nicolás rió sarcásticamente mientras le gritaba.
N: ¡¡¡¿Suya?...... Pero que demonios se ha creído ¿su dueño?...... escúcheme una cosa..... Beatriz no le pertenece a nadie.......... Además.....en estos momentos hay otra persona que ocupa su corazón.........
Armando retrocedió, por el impacto de escuchar aquello. Pero aún así, se atrevió a preguntar, aunque temeroso de la respuesta que pudiera obtener
A: (le costaba respirar) ¿Qué me quiere decir con eso?..... Betty ¿está con alguien?
Nicolás sólo lo miraba con cara de triunfo, y es que por fin se estaba vengando de todas las canalladas que le hizo a su amiga, por ese motivo, y ya desesperado Armando se abalanzó sobre él y agarrándolo de la solapa, comenzó a increparle:
A: Maldita sea conteste........ le estoy haciendo una pregunta.........¡eso que acaba de insinuar es simplemente mentira!....... ¡Dígame!
N: (con desprecio) ¿Mentira?....... y porqué tendría que engañarle...... ah?....... ella ya está fuera de su vida......... doctor........ y lo está desde mucho antes de que se fuera........... en realidad........ salió de su vida........... desde aquél día que leyó su maldita carta....
A: Cállese.......... Usted no sabe nada............
N: ¿Qué no se?........ (movía la cabeza de un lado a otro como dejando claro que el hombre con el cual hablaba le parecía patético, y que sentía por él un profundo asco)........ le voy a dejar claro una cosa...... se del llanto de ella......... de su sufrimiento......... de un dolor que casi la mata........ y sabe porqué...... idiota...... porque yo estuve allí, para recoger las cenizas de lo que quedó de mi amiga........ así que no me diga que no se de lo que hablo señor (Armando bajó la cabeza avergonzado)... y por supuesto....... Ahora me alegro por ella.......... Porque por fin lo sacó de su vida...........
A: (con lágrimas en los ojos)...... Sólo dígame como es el hombre con el que está........ (era un ruego, una súplica)........... por favor......... le prometo que después de esto.......... Nunca más le preguntaré......... sobre ella.......... Pero necesito saber........ como está......... si es feliz....
Por un momento Nicolás se compadeció de él; ver aquel hombre soberbio y orgulloso, en aquel estado, era algo que obviamente enternecería a cualquiera. Por ese motivo, dulcificó un poco su tono, aunque seguía siendo serio, y es que de ninguna manera podía olvidar, con quien diablos estaba hablando.
N: Mire......... espero que cumpla con lo que me ha dicho hace un momento y por fin me deje en paz..... En cuanto a Betty, no se preocupe....... Ella está muy bien..... feliz........... tiene un buen trabajo.... Amigos.........
Armando se desesperaba ese hombre daba rodeos, y no le contaba lo que quería, y esto lo notó Nicolás que con una sonrisa algo maliciosa le dijo
N: Y.... Un hombre maravilloso..... que la adora...... es simpático...... maduro....... Centrado.... (con cada palabra que le decía, lo miraba a los ojos, dejándole claro, que aquel hombre que describía era todo lo contrario a él. Y esto lo notó Armando, que cada vez se sentía más pequeño)..... responsable..........y sobre todas las cosas la ama.......
A: Pero ella....... ¿Ella es feliz? (le costó decir esto último. Se estaba torturando pero tenía que saber más)
N: Sí........ la verdad....... Es que está pasando la mejor época de su vida......... fíjese un francés...... alto.... Rubio.........atento..... caballeroso........ con buena solvencia económica.......... Y que realmente sabe apreciarla..
Armando supo leer entre líneas y por eso le contestó.
A: Sí........ ya entiendo........ todo lo contrario a mi........ ¿verdad?..... en lo físico y en lo personal.
Ya no podía seguir allí por más tiempo y por eso se fue hundido. Nicolás observó como se alejaba, hasta que lo perdió de vista al girar a una calle. Pero cuando ya se había subido en su coche, y le intentaba explicar a una estupefacta Aura María lo que pasaba, vio como el automóvil de Armando pasaba por delante de ellos a una velocidad excesiva.
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Pensando en esta parte de la vida de él, Betty tubo la necesidad de derramar unas pequeñas lágrimas, y se dijo a si misma, que eso se debía a que estaba pensando en lo que pudo pasar y no fue. Ya se encontraba fuera de la iglesia, pero en realidad no pudo alejarse mucho, y es que algo más fuerte que ella le impedía irse y pensó: "Esperaré al menos, a que salga, a tener la certeza de que ya tiene una nueva vida".
Por eso y sin importarle lo que diría la gente, se quedó de pie junto a las escalinatas que daban acceso a aquella catedral. Pero estaba demasiado nerviosa, y en ese estado se le hacía difícil quedarse en esa posición, por lo que, decidió sentarse en uno de aquellos escalones. De esta manera, y en esa posición siguió rememorando la conversación con su amigo, profundizando aún más en la vida del que hoy se casaba........
Nicolás le dijo que después de aquel encontronazo con él, nunca más lo asedió, y que parecía que realmente aquello nunca había pasado. Pero a partir de ese día la aptitud de Armando cambió: seguía siendo muy responsable con la empresa, pero por lo demás, su vida dio un giro radical.
Comenzó a coquetear con todas las modelos que se le ponían en su camino, salía casi todas las noches con su amigo Mario Calderón, volvió a su postura de arrogante y soberbio, presidente de empresa. Y cuando Nicolás estaba delante, procuraba sonreír y exagerar su felicidad: a veces lo hacía riendo con su amigo, o si tenía a una modelo a tiro, poniendo en marcha todo su poder de seducción. De todas formas el amigo de Betty, siempre creyó que aunque procuraba fingir, en los ojos de ese hombre se escondía una gran tristeza.
A partir de ahí esa fue la forma de vida de Armando, hasta que unos meses después, Nicolás vio como una contentísima Marcela Valencia entraba en Ecomoda, radiante y del brazo de Armando, al que no se le veía del todo cómodo. La relación entre los dos avanzó, mientras Ecomoda salía de su crisis. Y cuando todas las deudas estuvieron pagadas, y la empresa en manos de sus verdaderos dueños, le dieron por agradecimiento el puesto de vicepresidente comercial a Nicolás, y el de contador (haciendo auditorias constantes) a Don Hermes.
Por su parte Armando fue nombrado junto con Mario, gerente en todos aquellos aspectos referentes a las relaciones internacionales, de Ecomoda, con el mundo latino. Fue en este punto del camino donde Marcela y Armando se volvieron a comprometer, aunque esto no impidió que él continuara con su vida lisonjera de alcohol, juerga y mujeres. Y nada de eso cambió, hasta llegar a el presente, con la inevitable e indisoluble unión, que una boda por la iglesia suponía.
Ahora después de ese repaso por la vida de él, Betty estaba allí sentada, esperando que la unión fuera un hecho: y ya no quedaba mucho para que los novios traspasaran aquella puerta.
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Dentro de la iglesia el panorama era parecido, al menos en la cabeza de Armando, y es que mientras veía avanzar a Marcela no pudo evitar recordar, todos los acontecimientos que le habían llevado hasta aquél momento. Así revivió su infierno cuando desapareció Betty, y después la llegada de Nicolás y del padre de ella, su desesperación al saber que ella no volvería, su insistencia en hablar con Nicolás, y sobre todo su afán loco de dejarse morir.
Por eso cada noche iba a un bar distinto, donde bebía hasta perder el sentido, en realidad durante este periodo no le importaba nada excepto su dolor, por eso se comportaba como un loco: no cuidaba su apariencia, era grosero con las mujeres que se le acercaban, y sobre todo tomaba alcohol hasta quedar desfallecido. Casi todas las noches, a la hora del cierre del bar de turno, el camarero le quitaba las llaves de su coche, pero él que se había acostumbrado a esta situación, solía llevar dos juegos de llaves, y de esta manera, cuando despistaba al barman se subía en su carro, y aceleraba como si de ello dependiera su vida.
En ese estado lamentable, y condiciendo sin casi ver lo que tenía delante, se encontraba un día a eso de las cuatro de la mañana, cuando de pronto una mujer se cruzó delante del coche, no supo como pero en el último segundo pudo reaccionar y dando un volantazo logró esquivar a la joven, pero con tan mala suerte que se estampó contra una farola. Después del golpe quedó inconsciente, y cuando recobró el conocimiento se encontraba en una cama de hospital, rodeado de sus padres y de Marcela, que lo miraban muy preocupados.
Salió de aquella clínica una semana después, había tenido mucha suerte, y sólo se rompió un brazo, del que se recuperó al poco tiempo. Pero el miedo de saber, que por su estado de embriaguez, casi había acabado con la vida de aquella mujer, le hicieron replantearse las cosas. De aquel acontecimiento poca gente supo, y es que los Mendoza usaron todas sus influencias para evitarlo, y también para que su hijo no fuera detenido, ya que conducir en aquellas condiciones estaba penado por la ley.
De todas maneras ese accidente fue crucial en su vida. Hasta ese momento, no se había dado cuenta que por su imprudencia podía hacerle daños a terceros. Él sólo se imaginó que si en una de esas locuras moría, pues le haría un favor al mundo; pero con ese hecho se dio cuenta que en su demencia casi mata a una persona que nada tenía que ver en el asunto, además la desesperación de su familia porque por un momento lo creyeron perdido, le hicieron ver que si no quería vivir al menos por él, debía de hacerlo por ellos.
Fue a partir de ahí que decidió darle un giro a su vida, por eso se dedicó en cuerpo y alma a la empresa, intentando de esta forma no pensar en ella, o al menos no hacerlo todo el tiempo. Aún así, no perdió las esperanzas de recuperarla y por eso, cada vez que podía asediaba a Nicolás, porque intentarlo con Hermes le pareció muy peligroso. Además llegó a la conclusión de que con su nuevo comportamiento ella tendría que sentirse orgullosa, y por eso sería más fácil que lo perdonara.
Por esa razón se dedicó a la empresa, aunque eso sí, se exilió de las fiestas, y de cualquier persona que le recordara su antigua vida: se alejó de Mario, de Marcela..... Y de esta manera, poco a poco fue recuperando el cariño de sus padres, aunque nunca su confianza (al menos la de Roberto, que aunque adoraba a su hijo, y después de casi perderlo se lo hizo saber, lo seguía viendo como un inmaduro).
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Mientras la novia avanzaba, siguió adentrándose en sus recuerdos, y se vio junto a Nicolás, el día que este le gritó que Betty lo había olvidado y tenía un nuevo amor. En aquél momento su esperanza de recuperarla, cayó como una loza, y lo único que le quedó fue la desesperación de saber, que ahora sí la había perdido para siempre.
Aquella noche una locura se le cruzó en su cabeza: pensó en estrellarse con su coche, y así acabar con todo su sufrimiento. Pero volvió a ver la cara de aquella mujer, de unos meses antes, y el dolor en el rostro de los suyos. Por ese motivo, cambió de planes, y como había hecho meses antes se dirigió a un bar para ahogar sus penas. Pero el maldito alcohol no le quitaba ese dolor que lo desgarraba, y sin soltar el vaso del que estaba tomando, cogió su móvil y llamó a su amigo: necesitaba hablar con alguien, y lo necesitaba en aquel momento:
A: ¿Calderón?......... si soy yo......... escuche........ puede venir........ lo siento si le daño algún plan......... pero hermano le necesito........ si estoy en..........
Mario no tardó en llegar; lo hizo en apenas media hora y es que, en tiempo record, se despidió de su amiguita de turno, cogió su coche y atravesó la ciudad para ir en busca de su hermano. Lo encontró en la barra, con el vaso de güisqui entre sus manos y con la mirada fija en él como si no se encontrara en ese mundo: parecía más un fantasma, que una persona. Se le acercó con gesto preocupado y posó una mano sobre sus hombros, haciendo que éste saliera de su trance.
M: Hermano............ ¿que pasó?........... usted estaba........ si no feliz......... al menos tranquilo..........¿no volverá a lo de antes verdad?
A: (en ese mismo estado patético)......... Mario estoy muerto (las lágrimas rodaban por su mejilla)
M: Pues yo lo veo bien vivo
Intentó utilizar su tono alegre de siempre y sonreír, pero en realidad, lo único que le salió fue una mueca. Luego se sentó en una banqueta que estaba libre a su derecha y con la voz seria le dijo.
M: Hermano de verdad me está como asustando.
Armando ya no controlaba sus lágrimas, importándole muy poco quien lo pudiera estar viendo, pero Mario, que aún tenía cabeza para preocuparse de la reputación de su amigo le dijo.
M: Vamos.......... tenemos que salir de aquí......... aún sitio más tranquilo........ venga levántese, le llevo hasta mi casa.......
Se puso de pie y, con esfuerzo y ante la mirada de todos, lo ayudó a ponerse en pie, y a caminar para salir de aquél bareto. Y es que Armando no era capaz de sostenerse, aunque eso se debió más a su estado anímico que al alcohol ingerido.
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Armando no recordaba como llegó al apartamento de su amigo, pero si supo que allí, en medio de escalofríos y gemidos le gritaba:
A: La perdí, ahora sí la perdí hermano........... se enamoró de otro........ Betty......... nunca más volverá a mi vida.
Durante gran parte de la noche intentó contarle a su amigo todo lo que había pasado; y éste lo único que hacía era escucharlo y consolarlo; Aquello fue algo que Armando nunca olvidaría, y es que Mario Calderón, no sólo pensaba en él, sino que realmente estaba preocupado. Cuando ya iba a amanecer, Mario lo llevó hasta su cuarto y le hizo acostarse en su cama, echándose él al lado suyo. Al principio él no se quería dormir, y le hablaba, mientras que su amigo intentaba entender lo que decía, y es que entre la lengua tropeloza, por la borrachera, y los gemidos por los llantos, Armando Mendoza parecía estar hablando en otro idioma.
Durante los dos días siguientes, compartió su dolor con su amigo, quedándose en aquella casa, y dejándose consolar por él. Pero los días pasaban y fue conciente de que tenía que recuperarse, y que debía hacerlo cuanto antes. Y para eso, también estuvo Mario, que comenzó a sugerirle, que lo mejor que podía hacer, era salir con amigas. Volver a su vida de antes y no echarse a morir. Y que si hacía esto, por lo menos tendría la oportunidad de salir del bache, encontrando otro amor.
Aceptó la propuesta de Mario, pero fue por motivos muy diferentes a los que su amigo le planteaba, y después de todo ¿quién es capaz de entender a una mente llena de despecho?. En realidad, en aquél momento, en su mente comenzó a planificar una infantil manera de reaccionar. Por un lado era consciente de todo el mal que le había causado a Betty, pero en aquél momento y debido a su desesperación, se sentía dolido y enfadado con ella: ¿Cómo era posible que el estuviera desesperado por esa separación, y ella en cambio, lo había superado?....... y no sólo eso, es que encima, había rehecho su vida en brazos de otro,...... ¿porqué pasaba eso?........ Tal vez se debía..... ¿a que ella nunca lo amo?....... No, sabía que eso no era así........ ¿pero entonces?....... ¿sería que él amo más en esa relación?"
Además tenía que pensar en todo lo que había perdido, y se dijo: "Si ella está feliz........ pues muy bien....... que lo sea....... pero vas a ver que yo también lo soy........ así que volveré a mi vida de antes de mujer en mujer...... para que cuando el nerd de su amigo le mande noticias mías....... sepa que yo soy un hombre feliz........ ¡eso se lo juro Beatriz!........ y aunque yo esté hundido en la mierda......... ante sus ojos y los del mundo....... seré la persona más alegre de la tierra!".
Fue así como comenzó de nuevo con sus correrías de juerga, pero lo cierto, es que cada noche tenía que tomarse como mínimo tres o cuatro güisquis para así poder acercarse a su nueva presa; de esta manera se imaginaba que estaba con ella. Y en su forma de fingir, y cuando ya se encontraba metido en el tema, simplemente besaba y tocaba a la joven, pero nunca decía nada, ni abría los ojos, y esto se debía al temor de que si hablaba de su boca saliera su nombre, y lo segundo por el pánico de darse cuenta de la realidad, al ver que no era su Betty; y es que en todo momento sentía que la traicionaba.
Ahora viendo como Marcela avanzaba para encontrarse con él, se daba cuenta, que nada de aquello le sirvió para olvidarla, y sin poderlo evitar, derramó una lágrima, de la que nadie fue consciente, y esa fue una pequeña muestra de despedida a su verdadero y único amor, y en lo más profundo de su ser pensó: " que sea feliz, mi vida......... que al menos usted lo sea".
Ya Marcela se encontraba a mitad de su recorrido, y Armando como si se tratara de los últimos segundos de su vida, siguió recordando todo lo que vino después. Había pasado un tiempo, en esa locura de aventuras y bares, cuando su exnovia, comenzó de nuevo a asediarlo, al principio él se resistió, pero obviamente, la tenacidad de ella pudo más y lo ganó, y es que tenía que reconocer que aquella mujer lo había amado como nadie en la vida, y quizás un poco por culpa, y otro poco por el cariño que le tenía, aceptó volver con ella.
Pero eso sí, las noches de juerga nadie se las quitó, y para tocar a Marcela, igual que pasaba con las otras, tenía que beber e imaginarse que estaba con su ex-asistente. Ahora, cuando apenas faltaba medio metro para que Marcela llegara a su altura, recordaba la noche anterior. En aquél momento, más que celebrar su despedida de soltero, Armando creía que se estaba celebrando su funeral.
Mario le había preparado una gran fiesta en la que había invitado a muchos de sus conocidos de la jet set. Todos reían y se divertían, mientras le hacían las típicas bromas que vienen al pelo en esas circunstancias. El caso es que él, intentaba reírse mientras, se agarraba a su amigo inseparable desde hacía tiempo: "el güisqui", aunque eso sí su mirada denotaba sus sentimientos. Pero ninguno de los presentes fue capaz de percibirlo, excepto uno: su inseparable hermano, Mario Calderón. Por eso, éste último, se le acercó, y medio lo arrastró a una esquina de la estancia:
M: Armando........ ¿usted está seguro de que quiere casarse?......... Mire es que más que un novio feliz........ parece un muerto en vida.....
A: No importa lo que yo sienta............ no estoy en este mundo desde hace mucho tiempo........ y como usted comprenderá.......... ya es muy tarde para parar esto........... además Marcela no se merece que por segunda vez....... la lleve al escarnio social.......... no queda otra hermano......... me caso por que me caso......... después de todo........ quizás Marcela me de la estabilidad que necesito.
Lo decía como para auto-convencerse, pero lo cierto es que sentía una mezcla de pánico e incredulidad. Lo primero, porque estaba seguro de que ese matrimonio no iba a funcionar, y lo segundo, porque se sentía como en medio de una película surrealista, en la que el protagonista vive una situación absurda y sin sentido. Dos horas después aparecían cuatro mujeres, vestidas de policía, aunque eso sí, llevaban unas faldas muy cortas y unas blusas que mostraban un pronunciado escote, acompañado con unos tacones muy altos y de aguja. Por su puesto, las chicas eran el regalo estrella de Armando Mendoza. Además, para que éste no se quejara, representaban todas las variedades posibles: una era una rubia de exuberantes pechos, otra era una sensual morenaza de largas piernas, la tercera era una pelirroja de aire tierno y juvenil, y por último, el punto exótico, lo puso una divina mulata de labios carnosos y mirada peligrosa.
En palabras del propio Mario, era para que no protestara y pudiera tener un pequeño muestrario de todo el género femenino que merecía la pena, aunque en su opinión, faltaron algunas muestras, como alguna de raza asiática, otra musculosa, y etcétera, y es que desde luego este hombre no le hacía ascos a ningún tipo de mujer.
No supo como, pero entre la bebida y los ánimos de sus compañeros, terminó en uno de los cuartos con la pelirroja. Ni si quiera le dio importancia al hecho: era una de tantas; pero a eso de las dos de las madrugada, se levantó de la cama, y sentándose en una butaca que había a la derecha: volvió a llorar por la mujer de su vida y se dijo: "lo siento mi cielo, pero tengo que casarme........... perdóname......... por manchar tu recuerdo con Marcela y con las otras".
Ahora el dolor si que era profundo, apenas quedaban dos pasos para que ella llegara a su lado: si estiraba la mano y la tocaba. Su muerte estaba próxima, se sentía aterrado, pero ¿a dónde huía? Ya no había escapatoria. Se sentía en medio de una pesadilla: su padre estaba orgulloso, su madre contenta, Marcela pletórica y los invitados miraban con cara de felicidad por el inminente enlace. El único que, con la mirada y un pequeño gesto disimulado, procuraba darle ánimos, era Mario.
Por fin la novia llegó a su lado, y ya no había marcha atrás.... en menos de dos minutos, sería un hombre tristemente casado.
CAPITULO 3: ESOS OJOS NEGROS
Oye el sonido de sus propios pasos resonar en medio del silencio de la iglesia y los gritos de histerismo de Marcela a sus espaldas preguntándole que a donde va, que qué va a hacer, pero el siente que no aguanta más allá dentro, que si en ese momento no toma aire puro se caerá en redondo allí mismo y acelera el ritmo y sus pasos cada vez resuenan más y más. Cuando por fin abre el portón y la claridad de la tarde le ciega suavemente sabe que está salvado y que para su desgracia e infortunio sigue estando atado a ella. Pronuncia su nombre entre dientes y corre con más ganas quitándose del medio a algunos periodistas que en cuanto le han visto salir de la iglesia de esa guisa se han acercado raudos con los micrófonos como si fueran un apéndice más de su cuerpo y le atosigan a preguntas. Pero él sale de todo esa nube de cámaras y fotógrafos que se forma a su alrededor y sigue huyendo calle abajo intentando no pensar en ella, intentando hacer posible de una vez el olvido de su recuerdo.
Mira un par de veces hacia atrás y ve como alguien le sigue, sin distinguir al completo la identidad de esa figura. Y se imagina que debe ser algún chico de la prensa que quiere tener la mejor tajada de aquella boda inconclusa y al cruzar una de las calles se decide a esperarle, sin detenerse a mirar a una silueta que agachada sobre unos escalones de un portal cercano medita y cavila sobre todo lo que ha sido su vida, desde que tuvo noción de su propia existencia, lo que le han ido deparando todos los días a través de los años. A su memoria acude el recuerdo de sus besos y sus palabras de amor y sin querer sonríe cómplice; ahora si se puede dar el lujo de sonreír, después de haber sabido la historia de él, qué hizo desde que se marchó de Ecomoda, en qué acabado todo eso. Y tiene la seguridad que en algún momento de su corta pero intensa relación la quiso, a su manera claro está, pero ese amor que terminó destruyéndola fue real........Oye como alguien jadea a unos metros de ella y alza la mirada para ver que está pasando, quien es esa sombra que con la espalda pegada a la pared y una mano en el pecho intenta recobrar el aire. Y le descubre con los ojos cerrados, concentrado en el palpitar acelerado de su corazón y ve como vuelve la cara por la esquina que le guarda expectativo.
Beatriz se desploma aún más sobre la puerta del portal donde está sentada desde hace ya un buen rato y le mira desconcertada, sin saber que hace allí, ni porqué tiene toda la pinta de estar huyendo de algo. Percibe unos pasos correr a lo lejos y advierte que Armando no se ha dado cuenta de que esta a escasos metros de él y le vuelve a mirar de nuevo. El ruido de las pisadas se hacen más fuertes, alguien se acerca y sin quererlo se esconde aun más en su refugio inquieta, sin saber que hacer, intentando seguir pasando desapercibida. Una figura pasa a su lado y Armando de un empujón la coge y la acerca también a la pared donde se resguarda él y ante sus ojos aparece un Mario Calderón sofocado por la carrera y que como puede intenta reponerse para hablar.
MC: ¡¡¡Dios bendito!!!, pero usted como corre así con la edad que tiene?? Hay que darle una medalla campeón............
A: Ayyy Calderón... ya no sea idiota y póngase serio, a qué viene la perseguidera??
MC: (Haciéndose el ofendido) Encima me lo paga así......¡¡ingrato!!, pero usted ve el follón que ha armado, lo que ha hecho saliendo corriendo de la boda a medio casar?? Su madre se nos ha desmayado de los nervios y su cuñado ni le cuento, ha empezado a blasfemar en medio de la iglesia, el señor párroco casi se nos ha quedado muerto oyéndole. Por no hablar de su eterna novia.......... "Armandooooooo, Armando, dónde vás?? Qué haces??" (Imitaba la voz y los gestos de Marcela y se echó a reír con ganas contagiando a Armando) Desde luego ha dado la campanada tigre (terminó diciéndole dándole un par de palmaditas en la espalda).
Se quedó mirándole, dispuesto a soportar el correspondiente sermón de su hermano, pero este nunca llegó y el silencio les envolvió durante algunos segundos. Por fin Armando mirándole un instante antes, empezó a hablar.
A: No podía hacerlo (dijo pensativo, bajó la mirada y cerró los ojos) no puedo hacerlo Calderón; he comprendido que haga lo que haga jamás podré olvidarme de ella y prefiero vivir sólo, lleno de recuerdos.. que amargar y seguir haciendo daño a Marcela; en el fondo no se merece toda la desgracia que llevo encima, si me casara con ella sería como una carga y creo que es hora de que se plantee su vida sin mí.
MC: (Se apoyó junto a él de costado en la pared, dando la espalda a Betty) Ya hace dos años que le abandonó hermano, debería olvidar a Betty de una vez y para siempre. Usted sabe que no volverá, que el dolor que la causamos fue demasiado y huyó de usted sin más. Cuantas veces se lo he dicho ahh?? Si dejó a Nicolás encargado del embargo es porque no quiere volver a vernos ni en pintura.........
A: .....y menos a mi ¿¿cierto?? (Cercó su cabeza con ambas manos) Esto es como una maldición hermano, vaya donde vaya y haga lo que haga ella siempre está ahí, acompañándome.......no puedo quitármela de aquí....(le dijo señalándose el pecho) en el fondo creo que usted es un afortunado; yo antes vivía mucho mejor sin este peso que me corta hasta la respiración........
MC: (Tremendamente serio) No lo creo, si usted supiera lo que yo daría por sentir la mitad de lo que usted sintió y vivió con Beatriz, con alguna otra mujer, seguro que no me diría esas cosas........yo creo que el afortunado es usted....... al fin y al cabo tuvo el amor y sigue atrapado en él......dígame una cosa sinceramente.........
A: Dispare.......
MC: Mereció la pena?? Dígame si aún después de todo el sufrimiento que lleva a las espaldas, mereció la pena aquella aventura??
A: (Se apoyó de espaldas en la pared y echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados) Para mi no fue una aventura...............
MC: Fuera lo que fuese......... hermano mereció la pena??
A: ¿¿Cómo me pregunta una cosa así si ya de sobra lo sabe??....(Hizo una pausa y lanzó un suspiro) Claro que mereció la pena hermano, por más dolor que sienta ahora, con tal de sentir lo que sentí con ella, aunque sólo fuese un segundo, hubiera merecido la pena siempre.
MC: Ve.......en el fondo me sigue dando la razón, usted es un afortunado.
A: Lo sería si hubiese sabido retenerla a mi lado, si hubiera sabido todo esto antes de empezar con el plan, sería afortunado si aún la tuviese entre mis brazos........
MC: No hermano, de nuevo se equivoca, de lo que usted habla es de la felicidad, que sea afortunado no quiere decir que sea feliz, pero supongo que si la sigue amando como dice estará dichoso al menos por ella, después de todo siguió confiando en el amor y se enamoró de nuevo. Sigue siendo un final feliz no??
A: (Hizo una mueca de dolor) Para ella quizás, para mí es la historia interminable.
MC: Ya, ya hombre, no me diga más que me lo sé de memoria....oiga y usted ¿¿qué piensa hacer?? No me dirá que se va a quedar aquí toda la tarde mientras su familia anda buscándole como locos??
A: No hombre ¿¿cómo se le ocurre?? No sé........ a mi apartamento no me puedo ir, me cazarían de inmediato según pusiese un pie dentro, quizás de un paseo por la cuidad.....
MC: Sí, sí, claro, ya me conozco yo sus paseitos por la cuidad; en el último me tocó recogerle de aquel antro se acuerda?? Cuando le tuve que llevar al hospital porque al tipo le dio por beberse todo lo que llevase alcohol en su composición y casi se nos muere por el coma etílico; ¿¿usted cree que con el susto que me dio pienso dejarle irse de rositas sin más??..........
A: no se preocupe le prometo...............
MC: No me prometa, no me prometa.... ¡¡HEREJE!!........... si supiera todas las veces que me ha prometido cosas y después ha hecho lo que le ha dado la gana (Se metió una mano al bolsillo) Tenga, esta es la llave de mi casa (le dijo cediéndole un juego de llaves) y aquí están las del carro, ya sabe..está aparcado dos calles más arriba. En mi casa nadie le encontrará hermano y si entra por el garaje nos aseguramos que el portero no le vea, por si acaso en su búsqueda les da por ir allí. La nevera está a tope de comida y tiene sábanas limpias en mi cama.......... (Le sonrió maléficamente) En el fondo sabía que no se casaría y me preparé por si acaso.........puede quedarse todo el tiempo que quiera, yo mañana salgo de viaje a Londres, voy a ver a mi hermana, así que por mi no se preocupe.
A: (Se le escaparon algunas lágrimas de agradecimiento) Yo..... gracias Mario, muchas gracias, le juro que se lo cuido y que no tendrá que preocuparse por mí.
MC: Con tal de que no acabe con el mueble bar, o en todo caso que después reponga lo que se tome, me conformo.
A: (Gruñéndole) Payaso.........
MC: Pero en el fondo me quiere (le dijo dándole la espalda dispuesto a irse de allí).
A: (Puso una mano en el hombro de su amigo) Después de todo lo que ha hecho por mi, claro que le quiero hermano (Se miraron de frente) GRACIAS Mario, gracias por todo (Y se abrazó a él intentando no caer de nuevo hacia el abismo).
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Los vio marchar sentada desde su escondite. Primero fue Mario quien después de romper el abrazo y darle un par de palmaditas en la espalda a Armando marchó sin decir nada, silbando el estribillo de alguna canción de moda y mostrando su eterna sonrisa de conquistador. Y unos segundos mas tarde, después de que el llanto se calmase y el recobrara la compostura lo hizo Armando, acariciando las llaves que le había dejado Mario, y con paso rápido desapareció del callejón sin saber siquiera que en aquella conversación que había tenido con Mario sobre ella, sobre el amor de su vida, había un testigo accidental. Se quedó sentada en el mismo sitio que había permanecido durante un buen rato; poco a poco la noche fue cayendo y las luces de neón de los carteles de comercios, bares y cines se abrían paso en la oscuridad. Miró el reloj de su muñeca y se dio cuenta que eran mas de las nueve y media de la noche; llevaba mas de tres horas sentada allí, recapacitando y la verdad es que aunque lo llevaba notando desde hacia bastante tiempo, el frío empezaba a calar sus huesos. Se levantó pesadamente, desentumeciéndose por la postura y empezó a caminar lentamente.
Oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Se acababa de duchar y se paseaba con un vaso de whiskie en la mano y de vestimenta simplemente llevaba un pantalón de pijama en algodón y color azul verdoso de Mario. Pisaba descalzo el suelo de parquet y rememoraba de nuevo sus días junto a ella. En el fondo, se dijo así mismo, era un error haber acudido al apartamento de Mario, porque le traía demasiados recuerdos y en ese momento era lo que menos necesitaba. De repente en uno de sus paseos se quedó inmóvil; de frente al sofá de cuero negro de Mario recordó como habían hecho el amor la segunda vez, como se habían entregado mutuamente a los brazos del otro y como sin quererlo se empezó a enamorar. "Mejor dicho" pensaba para sí "ahí fue cuando te diste cuenta de que ya estabas enamorado". Cierra los ojos y recuerda como la detuvo en su huida, cuando ella muerta de la vergüenza y también algo dolida por el numerito que habían montado en el museo, le echó en cara que él preferiría cualquier mujer antes que a ella, sobre todo si era una como Adriana Arboleda, algo más acorde con él, con su estilo, con su clase......
""A:........usted se queda aquí...usted no se puede ir, por favor..usted no se puede ir.
B: Doctor por favor....me incomoda todo..me incomoda que lo estén esperando..me incomoda este apartamento donde usted ha estado con muchas mujeres.
A: Ninguna...óigame bien.....ninguna..tan especial como usted...
B: Ninguna tan fea como yo.
A: (Comenzó a besarla con desesperación) Ninguna tan especial, ninguna tan dulce, ninguna tan buena, ninguna que me despierte lo que usted me despierta....
B: Esto es terrible para mi doctor....
A: ¿Por qué ¿Por qué?
B: Porque lo amo doctor...lo amo...pero tengo miedo....tengo miedo doctor...tengo miedo de lo que va a pasar..tengo miedo de sufrir...tengo miedo de perderlo..pero también tengo miedo de seguir con usted...
A: Beatriz míreme.....míreme..no tiene porque tener miedo....nada...nada de miedo.
B: Lo amo tanto doctor..lo amo.
A: Y yo a usted...yo a usted la amo...""
Se acaricia la cara y aparta algunas lágrimas.
A: Te quiero Beatriz..........y me estoy muriendo Betty........... me está matando la espera .........me muero sin ti.........por favor....por favor vuelve mi vida, vuelve a mi.........
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Resopla un par de veces delante de la puerta de entrada. La verdad es que subir siete pisos andando cuesta un poco y si le añadimos los nervios, la falta de aire parece incrementarse. Cuando llegó al edificio se sorprendió al ver hasta donde la habían llevado sus pasos. Después de salir del callejón y echarse a andar había cruzado media ciudad a pie, pensando en las palabras de Nico, en lo que había oído de la conversación entre Mario y Armando.......todo aquello le parece tan extraño, tan lejano a ella......y sin saber ni cómo ni porqué se vio a apenas veinte metros del edificio de Calderón, plantada en la acera de enfrente, helada por el aire gélido de las noches en Bogotá y recordó como Mario le había dejado las llaves de su apartamento y como él agradecido se había consolado entre sus brazos. El destino o su propio subconsciente la había llevado hasta allí; sólo unos metros la separaban de él y ella se encontraba es la disyuntiva de salir corriendo hacia su casa o plantarse cara a cara con Armando y pedir explicaciones. Al pasar por la entrada no vio a nadie en la portería de la finca y para utilizar el ascensor debía introducir un código que ella no sabía. Así que no le tocó otra que subir a pie, agradecida en el fondo por el anonimato de su visita.
Mira la puerta de roble macizo, casi perfecta sin un arañazo y recién barnizada. La luz de los halógenos del pasillo relucen en ella y ve su propia imagen reflejada como si fuese un espejo. La acaricia despacio, dándose valor, intentando calmar ese volcán que hierve dentro de ella misma. Por un instante cierra los ojos, no puede, no tiene derecho a estar allí, no le interesa nada de lo que él le argumente, porque eso pertenece a un pasado muerto y enterrado. Recuerda a Michel, al dulce y siempre paciente Michel y se dice a si misma que su lado está junto a él, que nada la ata allí, que Armando ya solo es un fantasma más. Y sin más se da la vuelta y echa a andar por el pasillo.
De repente, como salido de la nada, baja los últimos escalones que dan acceso al octavo piso el portero, con unas bolsas en la mano, que Beatriz deduce debe ser la basura de los inquilinos del piso de arriba. Al verla frunce el ceño y desconfiado en seguida le pregunta que está haciendo ella allí, a esas horas y con semejante pinta. Se mira de los pies a la cabeza, las bambas, los vaqueros, el jersey de lana y la bandolera de fieltro no deben ser lo más chic para esas horas y menos en una zona tan exclusiva de la ciudad. Por un momento se siente cohibida y con la boca abierta no acierta a decir nada concluyente que la saque de aquella situación de la mejor forma y en el menor tiempo posible. Se vuelve a mirar y agiliza la mente intentando buscar una excusa, un motivo que le saque del embrollo, pero sigue sin encontrarlo y de nuevo, pero está vez muchísimo más serio y alzando la voz escucha al portero preguntarle a dónde iba de semejante facha. Se queda inmóvil y más temerosa que antes le da cualquier respuesta que se le viene a la mente, lo primero que le ha brotado de la garganta y que en el fondo le parece lo menos creíble y pone cara de escéptica mientras mira al portero rezando para que se haya tragado el anzuelo.
Pero debe resultar que esa noche la fortuna la ha abandonado y mientras el portero deja caer las bolsas que llevaba consigo, la jala de un brazo zarandeándola y amenazándola con que va a llamar a la policía, que está metida en un buen lío........ "allanamiento de morada" dice el tipo sin saber propiamente ni que es y ante el escándalo que están formando varias puertas se abren, y a sus espaldas escucha la voz de Armando preguntarle a Jesús qué es lo que está pasando, a qué viene tanta gritadera.
El portero le responde de inmediato que ha sorprendido a aquella "muerta de hambre" intentando robar en algún sitio. Beatriz irritada le responde con furia que ella no es ninguna muerta de hambre, que no lo ha sido, ni será nunca y se intenta soltar la mano del portero que por aquel entonces la corta hasta la circulación. Pero el otro no cede y la agarra con más fuerza ante lo que ella sólo emite un sonido de dolor. La interroga de nuevo qué es lo que hace allí y con hilo de voz Betty logra decir que iba a hacer una visita. " A quién si puede saberse??" la insiste el portero y ella agacha la cabeza incapaz de responder y decirle que en realidad todo aquello ha sido un error y que nunca debería haber estado allí. Oye las voces del portero fuera de sí, que la increpa y la humilla con improperios y comentarios de mal gusto, pero ella sólo piensa que es lo que le va a decir a sus padres cuando vayan a buscarla a comisaría. Siente la mirada de Armando clavada como una daga en su espalda y se empieza a poner nerviosa ¿y si la reconociese?; no, eso no es posible, pero la incertidumbre se adueña de ella y entre el frío que lleva encima y la sospecha de ser descubierta empieza a temblar como una hoja.
Ella vuelve la cabeza hacia atrás movida por algo más fuerte que su propia voluntad y, de nuevo, se encuentra con su mirada pérdida que la hace sobrecogerse y, durante una milésima de segundo, siente el corazón salírsele por la garganta. "No", se dice, "tu quieres a Michel, estás enamorada de él; no le puedes fallar Betty"..........y cierra de inmediato los ojos, intentando apagar de una vez esa hoguera que se enciende cada vez que él la mira. Escucha un susurro salir de los labios de Armando y abre los ojos al oír su propio nombre.
A: Beatriz??
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MI VIDA SIN TU AMOR
RomanceHistoria de Atenea y Nemesika, mi intención no es apropiarme de ésta obra ni de ninguna otra.Había tardado casi dos años en volver de nuevo a Bogotá desde que salió de aquella terrible junta y acto seguido se fue con Cata al reinado nacional de la b...