C A P I T U L O 14.

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—¡¿Que hiciste qué?! — grité un poco horrorizada.

—¿Crees que fue demasiado? — preguntó Astrid.

—¿Te descubrieron? — estaba preocupada.

—No, nadie vió nada — bajó la mirada —ni siquiera pude ver su reacción, me hubiera gustado verla — Sonrió orgullosa.

—Lo que hiciste estuvo mal — Torcí los labios.

—Pero ella lo merecía ¿No te alegra que sufra?

—No de esa manera, te pudieron haber descubierto e incluso meter a la cárcel por entrar a propiedad privada.

—Pero no me descubrieron, en serio — Tomó mi mejilla.

—Por favor no le vuelvan a hacer daño— Le dije a Alicia y a los dos hombres, quité su mano de mi mejilla y me quité de su lado — Deberías de comportarte mejor Astrid — Le dije y salí de ahí.

No quería dejarla con ellos, pero no podía arriesgarme a qué Alicia dijera mentiras a mi familia. También estaba sorprendida por lo que Astrid le había hecho a esa chica. Resulta que mató a todas sus mascotas y no se tomó la molestia de limpiar la escena del crimen.
Esperaba que nadie la descubriera, porque tendría más problemas de los que ya tiene, y yo quería seguir viéndola. Aunque estaba dudando de si Astrid era una especie de piscopata.

Llegué a mi casa y después de hacer toda mi rutina, mi mamá entró a mi habitación.

— ¿Cómo estás? — me preguntó.

— No lo sé, creo que bien...

—Espero que si — Se sentó a mi lado en la cama y me tomó del hombro — Sé que has estado mucho tiempo encerrada, o sea, de la escuela aquí y de aquí a la escuela, creo que es agobiante para ti. Por eso tu padre y yo hablamos y decidimos que nos vamos a ir de vacaciones — dijo feliz — ¿No te emociona? ¡Iremos a la playa!

No me gustaba ir mucho a la playa, ya que tenía que usar traje de baño y no podía porque mis marcas me avergonzaban.

— Cuando estés allá te vas a divertir, ya verás — Sonrió y se levantó para dirigirse a la puerta — Aah y puedes invitar a quien quieras, nos iremos pasado mañana.

—No quiero que vaya nadie  — dije en voz baja.

De todos modos no había nadie a quien quisiera invitar. La única "amiga" que tenía era Astrid pero estaba segura que si la llevaba solo me pediría sexo.
En realidad no era para tanto no hacerlo con ella, si lo había hecho con otras personas sin siquiera estar enamorada ¿Que más daba hacerlo con Astrid? Sólo era sexo. El problema era su obsesión por tenerlo, yo no lo veía como lo mejor del mundo y ella si, eso me molestaba, aparte de que parecía que era lo único que veía, a veces me miraba como si fuera un objeto sexual que fácilmente podría usar para satisfacerse. Eso lo repudiaba y por lo tanto no pensaba hacerlo. Sin embargo, me daban ganas de estar con ella. A veces me imaginaba que Astrid era asexual y así podríamos tener una relación bonita.

Me dieron ganas de dibujarla, así que tomé unas hojas y lápices para comenzar a imaginar y dibujarla.
Al terminar, no pude evitar quedarme dormida.

Al día siguiente mi mamá me despertó porque se me estaba haciendo tarde para ir a la escuela, me dolía el cuello y los brazos por haberme dormido en el escritorio, era muy incómodo, no sentí que había descansado.

Al llegar a mi escuela y casi llegar al salón, pude ver que Ana estaba llorando con sus amigas. La perdida de todas tus mascotas me imagino que no ha de ser para nada bonito. Pero a una parte de mi, le gustaba que Astrid se hubiera vengado, ya qué desde que había entrando a la escuela siempre me hacían maldades y no sólo a mi. Aún así lo que había hecho no fue correcto.

Experta en ilusionar (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora