La palabra tenue tiene origen en el latín "tenuis" e indica una cosa delgada, fina y frágil.
Así como fue creada la expresión "línea tenue", se refiere a la diferencia sutil entre dos cosas totalmente contrarias.
Siendo así, para que los antónimos sean iguales falta muy poco.
Amor y odio.
Querer y no querer.
El bien y el mal.
Dios y el Diablo.
Los cabellos, de color naranja y textura fina, reposaban sobre la almohada cómodamente. Mientras los pequeños y cerrados ojos soltaban lágrimas sin cesar.
Jimin se sentía inmensamente culpable, equivocado, como un monstruo abominable.
Sus sollozos eran tan altos, su pecho subía y bajaba, en busca de más oxígeno.
Intentaba contenerse, pero parecía imposible.
Sus pensamientos iban todos hacia Jungkook, en todo momento.
¡¿Y si él no volviera?! ¡¿Si estuviera enojado?! i¿Si no quisiese verlo nuevamente?!
Sin embargo, ¡¿si Jeon volviese y lo tentase a hacer todo nuevamente, si volviera solamente para hacerlo elegir el pecado?!
Jimin estaba en una cuerda floja.
Pasó las manos por el rostro, limpiando las lágrimas, a medida que regulaba su respiración. Controlarse no era una tarea fácil, puesto que las ganas de llorar volvían en demasía.
—¿Estaría tan mal gustar de un hombre?—con voz llorosa dio inicio a una conversación con Dios, haciendo una pregunta similar a la de la noche pasada, esta vez con mayor intensidad.
—¡Estaría, claro que estaría mal!—afirmó, sin esperar respuesta de Cristo.—Padre lo dijo, ¡él siempre tiene la razón!—tomó el lugar de Dios respondiendo los propios pensamientos.
Su deber sería eliminar esas ideas erróneas, exterminarlas de su mente.
—¡Necesito estar lejos de Jungkook!—una afirmación más.
Hablaba más consigo mismo que con Dios o cualquier otro ser divino.
—Eso, debo estar lejos de él.—parecía que la idea era buena, pero sintió sus lágrimas volver, solamente con esa hipótesis.
Con solo suponer no tener más al Diablo todas las mañanas, sentía escalofríos, aquello sonaba como un infierno, puesto que sus últimos días estaban siendo mejores. Pero servir a Dios exige esto, sacrificios y no sacrilegios.
—Yo me voy a alejar de Jungkook.
Aquel pelirrojito estaba decidido.
El sofá Lorenzo, de cuero color blanco, se equilibraba perfectamente bien en la sala de estar del departamento lujoso.
Jeon estaba sobre el tapizado, sus habilidosas manos trabajaban en una partida de Overwatch. La expresión del Demonio era de completa concentración a lo que hacía, se esforzaba para ganar.
Él nunca juega para perder, ni siquiera en videojuegos.
—No puedo creer esto, Lucifer.—la voz incrédula combinaba perfectamente con la facción de Hoseok. Impresionado, enteramente impresionado.
—¿Qué pasó, Hobe?—rió nasalmente, ya entendiendo el porqué de él estar tan sorprendido, a pesar de que realmente no estuviese prestando atención a lo que Jung decía.
—Jeon, tú eres el Diablo, podrías estar acabando con la humanidad, haciendo huracanes, comiendo gente, levitando, BEBIENDO, pero no, tu estás...jugando.—J-hope chillaba sus palabras, al mismo tiempo que movía la pierna en una evidente declaración de impaciencia.
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Caliente como el infierno
Fanfiction¿Alguna vez te has sentido aburrido o simplemente harto de la rutina? Así exactamente se sintió Jeon Jungkook, el señor del infierno se volvió sumamente infeliz y a su vez, dejó el infierno para disfrutar de las noches en California. Teniendo como p...