capitulo 15

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Dolor. Dolor era lo único que podía sentir.
Puntadas agudas y dolorosas en mi pierna derecha.
Sentía como un espeso y tibio liquido corría por mis piernas, luego un paño húmedo lo limpiaba, y unas manos rápidas lo volvían a pasar por sobre mi herida.
Ardía. Quemaba. Era horrible.
Alcohol.
Algo tiraba de mi piel y la unía con el otro lado de mi piel, cosiendo después de haber sacado la bala.
Podía sentirlo todo. Era, definitivamente, el dolor más grande que había soportado.
Por pequeños momentos gritaba, gemía y me quejaba.
Tenía tantas ganas de golpear a estas personas por no usar anestesia. Nada les hubiera costado clavarme una aguja con morfina para luego comenzar con la operación. Me hubieran ahorrado un montón de dolor y sufrimiento. Estaba casi segura que era ilegal operar a una persona sin algún tipo de anestesiante.
Después de unos minutos, interminables para mi, al fin terminaron con la operación. Me dejaron en una camilla. Estaba exhausta, quería morir, lo hubiera preferido.
Estuve sola, por muchas horas, días, hasta quizás semanas. No tenia noción del tiempo ni de nada, salvo de que mi pierna dolía, y mucho. Estaba consciente, podía abrir los ojos, pero no quería hacerlo mucho, no quería saber en qué lugar estaba, me aterrorizaba creer y tener algún indicio de que en verdad estaba en la S.I.S. Estaba segura de que podía moverme pero hacerlo significaba sentir dolor de nuevo, y no quería. No quería ningún tipo de dolor en mi vida.
Me sentía sola, abandonada, ahora más que nunca.
Zayn no había venido a verme. Ni Liam. Ni Sam. Incluso la presencia de Ian hubiera servido para consolarme.
De pronto la puerta hizo ese sonido molesto al abrirla.
Cerré los ojos más fuerte. Si las enfermeras creían que estaba dormida no me harían la prueba que me habían hecho unas dos veces más antes. Mover mi pierna bruscamente para ver si me dolía. Si creían que estaba durmiendo, no se molestarían en hacerme sufrir y se irían.
— ¿Cómo estás? —pregunto una voz de hombre, algo forzada. Abrí los ojos con algo de miedo, no era una enfermera, esperaba que fuera Zayn pero ver a Louis en el umbral de la puerta solo me dejo mas desolada y asustada de lo que ya estaba.
— ¿Qué haces aquí? —pregunte intentando incorporarme. Quería mostrarme fuerte, valiente, sin miedo, sin dolor, pero moverme solo me provoco más dolor, haciéndome ver todo lo contrario.
—Ver si todo está en orden —respondió. Dio un paso en la sala. —Cuéntame… ¿qué tienes con la A.S.I.?
—Ya lo sabes —me queje por un dolor en mi pierna al tratar de volverme a acostar. Sería mejor quedarme en esta incómoda posición. Entre sentada y acostada.
—Eres una agente —asintió. —Me refiero…sobre lo que dijo Payne ¿piensas abandonar la agencia?
— ¿Qué tiene que ver eso con ‘ver si todo está en orden’? —imite su voz y lo mire desafiante, pero mirarlo solo me cansaba la vista. —No me importa que estés grabando esta conversación.
Cerró la puerta sin hacer ningún ruido y se adentro más en la habitación, con las manos en los bolsillos, mirando la blanca y desinfectada habitación.
—Eres muy observadora —comento. — ¿Una de las mejores agentes de la A.S.I., no?
—Me halaga tener tan altos títulos —le dije sarcásticamente. —Como es tan honorable ser una de las mejores agentes de la A.S.I.
Bufo algo molesto. Al llegar a una esquina de la habitación movió una pequeña mesa con un aparato conocido para mí.
Oh no.
Se sentó al lado de mi cama y me coloco los electrodos en la cabeza y el pecho, instalo el equipo completo y me miro.
— ¿Qué vas a hacer? —lo mire con miedo. Pero era obvia la respuesta.
—Revelar todos tus secretos —se limito a responder.
Prendió la pequeña maquina y esta comenzó a rayar la típica hoja mandando mis pulsaciones, mis reacciones nerviosas y todo acto de estar mintiendo.
— ¿Por qué no has abandonado la agencia? —pregunto.
Me sorprendí a mí misma. No sabía la respuesta, bueno, no creo que no la sepa, solamente nunca me hice esa pregunta. ¿Por qué aun seguía en la A.S.I., cuando sabia que tarde o temprano tendría que matar al padre de Zayn y yo no quería hacer eso?
—Porque tendría que huir, igual que Liam —respondí después de un rato de pensar la respuesta.
—Has pasado tu vida entera huyendo —me miro. — ¿Por qué ahora no quieres huir?
Me recosté en la almohada, mordiendo mis labios para no emitir un quejido de dolor.
Odiaba hacer esto con Louis, no podía mentir, aunque lo haga muy bien estaba muy débil y asustada como para estar calmada al decir la mentira, y Louis aprovecharía cada pulsación y sudor de más para arruinarme.
—Porque…porque tengo a Zayn —mire hacia otro lado esquivando su mirada.
— ¿Qué tiene Zayn?
—Es mi novio…o bueno, lo era —suspire. —No quiero desaparecer y huir como Liam.
—Pues, adivina, tu desapareces de tus otros novios todo el tiempo —sus manos estaban en puños.
—Lo siento —susurre.
—Mientes. No lo sientes, solo te molesta verme a si —suspiro y se tomo la cabeza con las manos, cambiando totalmente el tema, bueno, supongo que tenía razón para en cualquier momento explotar —Tal vez, muy en tu interior, sientas lastima o arrepentimiento, pero en si te da igual como me sienta yo.
—Tienes razón a medias —suspire. —En ese entonces me daba igual cuan herido quedaras o si morías o si te torturaban o lo que sea. Pero, debes creerme, Zayn me cambio. No voy a decirte que me hizo sentir amada, es solo que… —ordene mis sentimientos y hable: —Me hizo sentir como es amar a alguien, en verdad. Como es depender de esa persona para respirar. Como es sentirse verdaderamente feliz y a gusto con alguien. Me hizo sentir el amor y los celos. Me hizo una persona diferente…mejor. Por eso es que ahora verdaderamente me arrepiento de lo que te hice. Porque, si me lo hicieran a mí, simplemente no lo soportaría.
Levante la mirada y vi como se le cayó una lagrima y el la seco rápidamente.
— ¿Sabes cuánto me duele que digas eso? —miro sus pies.
Mi corazón se apretaba y crujía al verlo así.
Era la peor persona del mundo.
—Que vivas acaparrado de tareas y labores, agobiado por trabajos que tienes que hacer, no por que quieras, si no porque tu sangre lo demanda. Lo que corre por tus venas es la razón de donde estas y lo que haces. Y luego conocer a una chica, hermosa, joven y dulce. A quien no le importa lo que eres y lo que haces, se comporta contigo como si fueras un chico normal. Enamorarte de esa chica, meterte en problemas por ella, escaparte y pasar las mejores tardes de tu vida, sin lujos o caprichos como has sido criado toda tu vida, simplemente con ella, un poco de comida y sus pies. Pasar por buenos y malos momentos con ella. Convertirla en tu novia y que sea tu única debilidad, la razón por la que sonríes y por la que intentas seguir con tu vida. Y que luego todo cambie, sin aviso, así sin más, que ella sea todo lo contrario a lo que creías, que te apunte con un arma y que te deje a merced de una agencia que lo único que hace es torturar personas y matar inocentes. Duele ¿sabías? Duele tanto, que lo primero que quieres hacer es suicidarte. Dejar atrás el dolor y dejar de existir —para cuando Louis termino de hablar estaba llorando.
—Yo…lo siento.
— ¿Por qué lo hiciste? —me miro con las mejillas empapadas de lagrimas. — ¿No tenías ningún poquito de humanidad como para ver cuánto me dolería eso a mí?
—Enserio lo siento.
—Con un lo siento no arreglas dos años de sufrimiento ¿sabes? —su pecho subía y bajaba y sus cejas estaban más juntas de lo normal, como cuando algo le disgustaba, entristecía o molestaba. Apostaría por la segunda esta vez.
—Si quieres no lo arreglamos —puse mi mano sobre la suya. —Solo… —suspire. —Lamento mucho lo que te hice y espero que puedas volver a encontrar a esa chica.
Antes de si quiera parpadear sus labios estaban sobre los míos.
Mis ojos estaban lo más abiertos que me permitían mis parpados.
¿Por qué me estaba besando?
No quería hacerlo sentir rechazado, no creía que sería lo correcto después de todo lo que me dijo, pero tampoco sería responderle, sería darle alas a algo que no es real. Así que opte por cerrar los ojos y quedarme quieta, esperando a que se detuviera.
—Lo siento, perdóname, yo… —suspiro. —Estoy muy enojado contigo pero al mismo tiempo muy sensible y bueno yo…no se que quiero…solo…
—Está bien —lo interrumpí.
— ¡No, no está bien! —nuevamente de sus ojos azules cayeron lagrimas. — ¡¿Por qué eres tan amable?! ¡Te bese solo unos minutos después de que me dijiste que estabas enamorada de alguien más! ¡¿Por qué no haces nada?! ¿¡Dios, porque amas a alguien más?! ¿¡No te fue suficiente con traicionarme y apuñalarme por la espalda hace dos años?!
Suspire y lo mire mientras me gritaba ideas contradictorias.
Le había hecho mucho daño. Había echo una herida en su corazón que no sanaría rápidamente. Una herida que ya costaría sanar si yo le correspondiera su amor pero como no es así, sanar sería mucho más difícil.
— ¡Arruinaste mi vida! —lloro y saco algo de su bolsillo. —Estoy tardando demasiado —murmuro para sí y sorbió sus lágrimas. Levanto su mano mostrando una jeringa con un líquido transparente y perturbador. Tomo mi cuello bruscamente y presiono la aguja de la jeringa a un lado de este, provocándome un molesto dolor.
— ¿Qué haces? —quise preguntarle pero solamente salió un susurro de mi boca, arrastrando las palabras. Mis parpados pesaban.
—Aquí ya nadie confía en ti, Marguerithe —uso el nombre por el cual me conoció, cosa que me dolió más que al retirar la jeringa.
Lo último que vi antes de que mis ojos se cerraran fueron esos azules y bonitos ojos que siempre me llamaron la atención.

No es mi vida es solo una miciòn mas zayn y tu 2ª temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora