capitulo 2

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Una horas después de todo lo sucedido me dispuse a hacer como si nada hubiera pasado. Me metí a la ducha dejando que el agua tibia me envolviera en la tranquilidad, las gotas cayendo por mi piel desnuda, el vapor que empezaba a emanar y la paz que poco a poco volvía a mi.

Mis pensamientos volvieron a lo mismo, los mismos recuerdos tan dolorosos que no me dejaban en paz, sabia que poco a poco estaba llegando a mi limite, y que si no me controlaba podría hacer algo que jamas me habría imaginado, todo estando a borde de la locura.

Después de unos treinta minutos salí de la ducha con una toalla enrollada en mi pecho, me dirigí a mi tocador y empecé a secar mi algo largo cabello castaño, para luego hacerle unos cuantos rizos.

Luego de eso me adentre en mi enorme armario, donde habían prendas por todas partes.

GUCCI, BALENCIAGA, LOUIS VUITTON...

Cada una era de las marcas mas carisimas en el mundo, muchas de esas prendas valían millones, lo que para mi era una baratija que podía pagar como si de un caramelo se tratase.

Tome una de las prendas que usualmente utilizo para ir a trabajar, la cual estaba perfectamente arreglada por mi ama de llaves, me la coloque y luego de eso me maquille levemente jugando un poco con las sombras en tonos neutros, con algo de corrector para cubrir mis muy notorias ojeras.

Tomando mi cartera salí de mi habitación,  y camine hasta la enorme sala de mi casa donde me recibía Maria.

—Buenos días, señorita Britanny —dijo esta —¿desea desayunar?

—no gracias, Mari, voy tarde a mi trabajo y tengo muchas cosas que hacer —empecé a caminar a la salida —no te preocupes, ordenare algo para comer estando allá. Después de salir de allí la casa recibí a mi guarda espaldas y mi chofer, quienes ya me esperaban allí parados al frente de mi auto.

—Buenos días, Felix, Jhon —los salude mientras me colocaba mis lentes oscuros.

—Buenos días, señorita —me devolvió el saludo mi chofer, Felix, quien después de una leve reverencia abrió mi puerta para que yo entrara, lo que yo hice, luego de mi entro Jhon, mi guarda espaldas, el cual se sentó en el asiento del copiloto. El aunto arranco y aproveche para sacar mi telefono y revisar mi agenda y correos los cuales estaban llenos por completo.

Ningun mensaje... Como siempre, eso me lo ganaba yo por ser tan fría con las personas, tristemente no tenia amigos reales, tan solo estaba rodeada de personas sin ningún significado sentimental para mi, como yo para ellos, solo cosas del trabajo.

Apague mi celular y empecé a ver a través de la ventana, donde la enorme ciudad de new Yorke me recibía una vez mas.

Enormes edificios, y miles de autos ir y venir, algunas pantallas mostraban anuncios, algunos de ellos eran los de mi propia compañía.

Un rato mas tarde me despedí de mi chofer, y con mi guarda espaldas atrás de mi empecé a caminar a dentro del enorme edificio delante de mi.

—Señorita Bronw, bienvenida —hablo una de las recepcionistas del edificio, yo salude devuelta con un buenos días y me dirigí al elevador, marque el código en el tablero y unos segundos después el ascensor empezó a subir hasta llevarme al ultimo piso. Empecé a caminar por el pasillo hasta toparme con mi secretaria, quien estaba sentada en su escritorio mientras terminaba de contestar una llamada.

—buenos días, Señorita Brown! —me saludo esta, yo le regale una leve sonrisa.

—buen día, Nathaly —la salude mientras entraba a mi oficina, mientras mi asistente se levantaba de su lugar y empezaba a caminar detrás de mi —¿que tengo pendiente el día de hoy?

Me acerque a mi escritorio, deje mi cartera a un lado y me senté.

—bueno vera, se supone que hoy a las ocho y media tiene una reunión con el jefe encargado de las estadísticas de los productos y algunos de los personales que patrocinan estos —dijo mientras anotaba algunas cosas en el cuaderno que poseía en sus manos —eso durará aproximadamente unas cinco horas además de que también tiene que crear un acuerdo con el señor Cien Fuegos, quien es el dueño de la compañía rival, si logran un acuerdo tal vez podrían multiplicar las ganancias y el éxito de nuestra compañía, evitando así algún tipo de sabotaje.

—ya veo —dije intentando no parecer desinteresada, aunque la verdad si lo estaba _—¿algo mas?

ella asintió levemente con la cabeza —pues si señorita, el viernes usted debe asistir a la fiesta de la Señora Yenner, como invitada de honor —esta dejo de ver su cuaderno para verme a mi y acomodar sus lentes, yo suspire pesadamente y volví a asentir.

—bien, si eso era todo puedes retirarte a seguir con tu trabajo —esta acato mi orden y salio de mi oficina, cerrando la puerta detrás de esta, mire mi reloj, al parecer faltaba una hora para que empezará esa agobiante reunión, no me quedaba de otra mas que esperar.

†~•~•~†

El día había sido pesado, y lo peor es que todavía no acababa. Después de una conferencia de mas de cinco horas, aquí estoy, junto al señor Cien fuegos, un hombre bastante firme, quien según lo que mi padre me había dicho cuando era pequeña, el era capas de pagar lo que sea solo para poner la compañía a su nombre, y yo misma lo estaba viviendo justo en ese instante.


—de verdad perdoneme enserio, señor, pero aunque su oferta es muy tentadora, me temo que la voy a rechazar —hable mientras acomodaba los papeles que tenia en mis manos para luego volver celos a entregar al hombre al frente de mi.

—Señorita, le pido que lo piense muy bien, déjeme decirle que mi intención aquí es nada mas y nada menos que multiplicar las ganancias de las empresas C.F y Brown, yo soy un hombre de palabra y puntual, y se que una mujer comí usted es capaz de tomar buenas decisiones.

—tiene razón en lo ultimo que a dicho señor —hable, intentando mantener mi postura.

Escuche que alguien toco la puerta, uno de los guardias abrió la puerta y dejo pasar a un hombre bastante joven, de cabello castaño oscuro y ojos gris claro.

Y ahora que sorpresa me vendrán a dar...


Flor Roja (El comienzo de un asesino)Where stories live. Discover now