Capítulo 42

4.3K 441 475
                                    

COMENTARIO ESTRELLA (19/02/2022): Grody07 Ashton merece que lo quieran bien bonito

Capítulo 42| Cruel.

Nuestras respiraciones seguían mezcladas. Compartiamos el mismo aire, y no era molesto. Sus ojos no se apartaban de los míos ni un segundo, como si temiera que al hacerlo, me esfumaría.

―Hueles a fresa. Me gusta ―sonrió.

No era de esas que las cosas cursis la derretía. A veces hasta me hacía reír. Pero exploté de cosquillas por dentro al escucharlo.

―Es por las gomitas.

Negó, seguro de sus palabras.

―Siempre hueles a fresa.

No pude evitar querer sonreír, pero solo volteé los ojos como si aquello me resultara de lo más irritante. El cuerpo de Ashton vibró bajo el mío, y sus manos se deslizaron hasta mis piernas. La punta de sus dedos se colaron bajó la tela de mi short de tela y tragué saliva despacio. Ashton no parecía hacer aquello con intención. Sus movimientos eran inocentes, pero perversos para mi mente.

Cuando sus ojos bajaron a aquella acción, aparté las manos de sus hombros y la coloqué sobre las suyas. También centrando mi atención allí.

El ambiente se sentía ameno, cargado de algo amable y dulce. No obstante, las cosas no podían ser así. Que me sintiera bien a su lado, no significaba que quisiera estarlo. Mi cuerpo tenía acumulada mucha tensión, frustración y ganas que solo él podría apagar. Por lo que asumí que ese periodo de debilidad, se debía a todo lo anterior.

Pero nada era para siempre, y las cosas debían quedar claras.

―Ashton ―lo llamé despacio. Él no me observó, solo dejó escapar un leve sonido para que supiera que me escuchara ―. Yo no estoy buscando una relación.

Me costó soltarlo. Solo esperaba no me corriera de ahí muy enojado. Pero al contrario de lo que creía, él asintió despacio. Aún así no me observó. Su mirada seguía fija en nuestras manos y en los leves movimientos sobre mis piernas.

―Lo sé, y no es como que yo vaya a salir a buscar novia al mes de terminar con alguien.

Me tranquilizaba, pero no. Ashton me conocía, sabía perfectamente bien mis ideas sobre las relaciones, el amor y esas cosas. Así como también tenía claro que no me ataba, pero... ¿realmente estábamos en la misma sintonía?

―Entonces, ¿pensamos lo mismo? ―elevó su rostro, con las pupilas brillosas, y asintió. Odienme, deseenme la muerte y estén de su lado. Pero esperaba algo más de él, aunque lo hubiera rechazado ―¿Seguro?

―Así es ―sus labios se posaron sobre los míos despacio, dejando pequeños besos ―. Hay que pensar con claridad las cosas ―murmuró cerrando los ojos ―. A pesar de que será complicado por cómo besas.

Suspiré, intentando no perder el hilo de la conversación. Es que sus besos eran como un narcótico. Me nublaban la mente, los sentidos.

―Ashton, esto es en serio.

Subió sus manos por mi cintura y se escabulló por dentro de la camiseta. Quise gritar por la anticipación.

―Lo sé, lo sé.

Y su voz ronca pegada a mis labios no ayudaba a mi concentración. Me abandoné a sus besos y caricias cuando una de sus manos ascendió por mi columna vertebral hasta el broche de mi sujetador, pero volvió a bajar la mano de inmediato. Como si aquello lo quemara.

Quizás en este momento su mente solo estaba ansiosa y cargada de miedos. Como me lo confesó. Quería decirle algo. Quería que supiera lo bien que besaba, o la electricidad inexplicable que enviaba su tacto. Como me acababa de encender. Él necesitaba saber que era suficiente.

La consejera sexual de Ashton| EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora