Veintitrés: Una misteriosa mujer.

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Lo último que SeokJin escuchó viniendo de JungKook fue:

—Deberás ayudarme a bajar del auto.

Y eso desencadena una serie de ideas que el mayor repasa fugazmente. Le pidió un Uber, así podrá llegar rápido y SeokJin sabrá cuánto falta para que lo haga. Entonces, mientras unas pocas cuadras lo separan del muchacho, el pelinegro se cuestiona la cantidad de bolsas que podría traer, duda que se trate de un exceso, mejor es asumir que JungKook exagera.

No lo hacía.

—¡Te traje un poco de todo! —explica el peliazul, son las cinco menos diez.

SeokJin decidió poner la mesa previo a la llegada de JungKook, incluso sacó un mantel navideño que yacía guardado hace bastante y unas velas, su abuela solía prenderlas en estas fechas. Además, es un hecho que a JungKook le gustan, y si desaparecen luego, el pelinegro sabrá porqué.

—No creí que ibas en serio —responde SeokJin, ambos cargan bolsas hasta el mesón.

—¿Cómo no? Deberías saber a estas alturas que yo: Jeon JungKook, no bromeo con la comida.

¿Por qué es eso dolorosamente cierto? SeokJin sonríe, deja las cosas sobre el mármol, el menor lo hace también.

—Debe estar frío —decide asumir, JungKook emite un ruidito que lo confirma, así SeokJin saca los recipientes para calentarnos. Al girarse, unos repentinos brazos le rodean la cintura y el rostro de JungKook se le oculta en el cuello.

—Gracias por decirme —habla, sus palabras son la explicación a su actuar acelerado, SeokJin corresponde el abrazo, extrañado, siente que JungKook se ha hecho pequeño.

—¿Qué quieres decir, corazón?

—No quería que pasaras navidad solo.

—Estoy acostumbrado —SeokJin sonríe, pero JungKook niega, su nariz da caricias en la piel tibia del azabache.

—Eso no significa que esté bien.

—Sí... Tienes razón —suspira—. JungKook... La verdad me alegra mucho que estés aquí.

—¡A mí también! —dice, emocionado, se separa breve para cambiar la posición de sus extremidades y se arroja hacia los hombros del mayor, deseando colgar de él, está aferrado, casi trepa.

SeokJin se adapta al menor, descansa las manos en su espalda baja. El pasar de unos minutos se convierte en el perfecto silencio para despertar nuevas dudas—. Kook —lo llama, el peliazul se mantiene respirando la esencia que SeokJin le otorga, está calmado, le gusta pensar que es navidad, que es la primera juntos.

—¿Mhm?

—¿Cómo conseguiste escapar de HoSeok y NamJoon?

—Ah... —chasquea la lengua, alejándose, aunque su cuerpo permanece adherido al contrario, es solo su rostro el que ahora se ve frente a SeokJin—, no puedo revelar esa clase de información.

HoSeok se durmió, y JungKook le mintió a NamJoon diciendo que debería pasar esta importante fecha en familia.

De ser otro el caso, una barata excusa como esa no hubiera dado frutos, pero NamJoon es más inteligente de lo que algunos pueden pensar, y con lo mucho que conoce a su amigo, esos brillantes ojos mentirosos delataron sus intenciones.

—¿Qué tan confidencial puede ser?

—Muchísimo —confirma JungKook, le saca una risita a SeokJin.

—De acuerdo, es un secreto.

—Lo es —asiente una vez, muy seguro. Al azabache le parece adorable, deja un besito en su frente antes de separarse.

Incidente. | JinKook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora