El hombre

No quiero abrir los ojos, prefiero la incertidumbre antes que enfrentarme a los que me espera, sé que él está ahí, carajo, él siempre está ahí, todas las noches sin excepción, desde el closet, observando, siempre observando.

Todo comenzó cuando yo era un infante, en la vieja casa de mi abuela donde pase la mayoría de mis años formativos, cuando todavía era un joven débil y enfermizo. Pase muchos días y noches encerrado en el cuarto que mi abuela había adaptado para mí, las fiebres eran frecuentes y terribles; pero, para mi desgracia, nunca pase ni una noche de fiebre en solitud; el siempre me hizo compañía. Detrás de la vieja televisión que utilizaba para pasar el rato, en la penumbra de mis noches sin descanso, lo podía ver; un niño de mi edad diría yo, pero no era un niño como yo, su raquítica complexión me recordaba a los prisioneros de guerra que me había mostrado mi amigo Jorge en sus libros de historia; un rostro demacrado, desprovisto de vida, si no fuera porque oía su dificultosa respiración pensaría que veía un cadáver desnudo parado frente a mí. El me observaba, pero no decía nada, lo único que compartía conmigo era una espeluznante sonrisa de oreja a oreja que contrastaba con sus inexpresivos ojos, carajo odiaba sus ojos, penetrantes, iluminados por un tenue haz d luz que entraba entre las cortinas del cuarto; siempre en el mismo lugar.

Fue hasta después que mi cumpleaños número 13, tras la muerte de mi abuela , cuando mi madre se vio forzada a encargarse de mí y nos mudó a una ciudad distinta; entonces fue que vi lo último de él, o eso creía hasta esta noche , cuando una sensación interrumpió mi sueño, una sensación familiar ."¿hay algo en mi cuarto?, no , no algo ,"¡Alguien! , es el , es el maldita sea sé que es el, puedo sentir su presencia hasta la medula ".Ni siquiera necesito voltear para saber que es el , puedo sentir esa maldita mirada, perforando mi ser como una aguja. Sé que está ahí, no quiero ver, no quiero, ¡quiero a mi abuela! por Dios no quiero estar aquí, ¡quiero esto termine!"

¿Estoy temblando, acaso he vuelto a tener 8? no puedo permitir que una estúpida ilusión me tenga así, "todo este tiempo, ha sido una pesadilla" pienso "contrólate hombre, ya no eres un niño, no puedes permitir que una estupidez te afecte de esa manera nunca más!".

Siento que llevo horas, viendo directo al techo de mi cuarto, petrificado, como un estúpido; por fin me decido, 23 años de mi vida me ha agravado la memoria de ese estúpido niño. Volteo mi mirada en dirección de el armario que queda frente a los pies de mi cama y lo que veo hiela mi sangre instantáneamente, siento un liquido caliente correr por mi entrepierna y empiezo a sudar frio, al procesar lo que mis ojos están viendo.

En la penumbra completamente desnudo, con la misma complexión , los mismos ojos muertos e inexpresivos se mantiene de pie un hombre, no mayor que yo en edad, un asqueroso cabello negro llegaba a los hombros y parecía pegarse a su cuello, como si llevara años sin lavarlo, su estúpida sonrisa, como siempre, de oreja a oreja, adornada por una hilera de dientes putrefactos su horrible rostro iluminado por la luz que se escabullía entre mis cortinas.

Se mantuvo ahí, de pie, inexpresivo como siempre , sabiendo que me haría compañía hasta que mi cuerpo cediera y me desmallara ."Debes ver a un psicólogo" me dije a mi mismo , sin retirar la mirada de sus malditos ojos ,"vaya tretas mentales que te juegas a ti mismo" continue en mis adentros, pero mi pensamiento se vio interrumpido por algo , el bastardo movió su mano , no solo la movió ;apunto hacia mi al mismo tiempo que su sonrisa se convertía en una mueca de desaprobación, la misma mueca que haría una madre que descubrió a su crio haciendo algo indebido. Inmediatamente rompí en llanto mientras me sentaba en mi cama, pegando la espalda a la pared ya que mi cerebro por fin comprendía todo.

Al ver que lloraba el hombre soltó una risilla y me dijo "Fue muy difícil encontrarte querido, realmente te extrañe "

Fin