Hola, y bienvenido a los párrafos de una romántica contenida.
Este es un usuario no conocido por seres cercanos a mí, así que no creo que sea posible que alguien que me conozca personalmente lea esto.
Y si lo haces, hola.
Volviendo a la bienvenida, esto no es una novela. Esto no es un cuento. Esto no está basado en personajes.
Esto es la realidad.
Yo estoy enamorada. No me preguntes de quién, pues no te contestaré. Solo seis personas saben sobre mi amor hacia esta persona, a quien llamaremos 'planta', solo por el simple hecho de que las plantas me encantan casi tanto como planta.
La cosa es que, yo amo a planta, y me da igual si planta me ama a mí. Porque ese es el secreto del amor.
Amar no es desear un final feliz con esa persona, amar es desear que esa persona sea feliz y ni siquiera preocuparte por tu final.
Si estás leyendo esto y eres planta, hola. Te amo. Lamento no poder decírtelo a la cara.
Si estás leyendo esto y tienes a tu propia planta, espero que tu amor sea correspondido. Y si no lo es, lo siento. Asegúrate de que tarde o temprano sepa que la amas.
Si estás leyendo esto y eres la planta de alguien, felicidades. Tienes a alguien que te ama incondicionalmente y que iría hasta el fin del mundo por tí.
Algún día, cuando planta y yo tengamos que tomar caminos separados, y yo esté segura de que no volveré a ver a esa persona, le gritaré los sentimientos que he llevado acumulados por mucho tiempo.
Le gritaré a planta que amo todo lo que es, fue y será. Le gritaré a planta que la odio por no amarme, pero que la sigo amando.
Me aseguraré de no guardarme nada.
El día de mañana, planta, tú y yo, moriremos.
Nuestros lechos de muerte seran distintos, cada uno en su propio lugar, situación, o tiempo. Pero todos pensaremos lo mismo;
"No viví una vida feliz. No viví una vida triste. Simplemente viví una vida real, y eso es más que suficiente."
Esos seran nuestros últimos pensamientos, pero una parte nuestra también nos susurrará, reprochándonos el hecho de que no dijimos lo que quisimos decir en su debido momento.
Y, aunque sea por solo tres segundos, nos enojaremos con nosotros mismos.
Así que, he aquí un reto bastante sínico, ya que viene de parte de una cobarde quien no lo llevará a cabo;
Yo, la cobarde autora de esta cobarde obra, te reto a que te comuniques con tu planta, y le digas cuanto la amas.
No importa si estás en una relación con ella, o si ella no te conoce, o...
Lo único que debe importarte ahora mismo es hacerle saber a tu planta que es tu planta, y que la amas.
Así que, te dejo con la compañia de letras que formaron palabras, que formaron oraciones, que formaron párrafos, que formaron este disparate al que llamaremos obra.
Yo debo irme, a seguir con mi vida.
Una última cosa: te amo, planta. Te amo a tí, y a tu tallo, y a tus hojas, y a tus raíces, y a lo que alguna vez fue una semilla. Te amo, y no amo a tus imprefecciones, porque son eso; cosas que me demuestran que no eres perfecta, y que nunca lo serán. Cosas que me demuestran que aún siendo imperfecta en miles de sentidos, te sigo amando. Te amo.
Cambio y fuera.
