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Contenido: Kirishima, Dahlia, Katsuki y Freya acaban introducidos en una situación comprometedora sin tan siquiera planearlo.
Mundo: Sin quirk
Lemon: Contiene
Palabras: 9392
Breve aclaración: Dahlia y Freya son personajes que me he inventado yo. Dahlia es la pareja de Kirishima y Freya es la pareja de Katsuki.
Sí, antes de que lo digáis no sois vosotrxs, no es la famosa rayita, me gusta hacerlo así, sois libres de imaginar que sois vostrxs si os disgusta. 😅 (Ahorraos el hate por favor, me encanta crear personajes y va a seguir siendo así.)
Freya aparece en mis escenarios de Bakugou y en algunas novelas que he hecho, en ocasiones uno las historias como es en este caso, así que espero que lo disfrutéis.🌺✨
— Creo... Que la pizza me ha quedado bien. —Dijo Freya dubitativa.
Miraba a Katsuki ligeramente encogida en el sitio. Él era el experto en la cocina, en cambio a ella se le daba de pena.
Dahlia y Kirishima irían a pasar la noche a su casa, Freya se ofreció a preparar la cena, hizo pizzas caseras y algunos paninis bajo la supervisión de su novio, no quería parecer una inútil y le apetecía demostrar que ella también podía hacer maravillas pero su inseguridad a veces le podía.
Katsuki analizaba la pizzas a su lado con una seriedad que la atemorizaba. Ella misma veía la cena con una pinta y un olor exquisitos, pero por algún motivo quería la aprobación de su chico, así que le miraba impaciente, esperando una respuesta.
— ¿Qué tal lo ves? No creo... Que sepa mal... ¿No?
Siempre había sido algo insegura y necesitaba opinión externa para terminar de sentirse bien consigo misma aunque supiera que lo había hecho bien, era algo que debía de trabajar y Katsuki lo sabía, es más, no estaba serio por la cena en sí, sino por el hecho de que Freya necesitase saber lo que él pensaba cuando era más que obvio que el resultado había sido bueno, nada más había que ver lo dorado que había quedado el queso y el glorioso aroma que impregnaba la cocina.
— No sé... ¿Cómo lo ves tú?
— Mmh... Yo... ¿Bien? No sé...
Katsuki no pudo contener una sonrisilla, apoyó su mano sobre la mesa y la miró desde arriba debido a las diferencias de altura.
— ¿No lo sabes? Pues yo tampoco lo sé.
— Aish... Katsuki enserio... —Le dio un golpecito en la tripa.
