Mi enemigo, mi salvador [3/4]

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Inspiración: Confesión.
~•~

—Betty, es el quinto mensaje que te dejo. Responde, necesito saber que estás bien.

El general Ross dejó su celular con enojo, su hija no llegó a la cena que siempre tenían los viernes. Tampoco contestaba sus llamadas, el general Ross dudaba que ella hubiera descubierto sus planes de atrapar a Bruce Banner.

Ya habría tenido un enfrentamiento con ella, Betty rehuía de los problems. Su hija era una beta fuerte, inteligente y leal. Ella le enorgullecía, no le importaba su rebeldía o apego al monstruo verde. Para el general Ross, su hija Betty era su logro más amado.

Él buscaba mantenerla alejada de su vida, a salvo. Por esa razón, eran contadas las cenas que compartían. Ninguno de los dos faltaban, las cancelaban. No sin previo aviso. Lo que empezaba a preocuparle, su hija jamás lo dejaría plantado.

El general Ross gruñó, su mente tramaba las peores situaciones para su hija. Hasta que uno de sus subordinados llegó. —Mi general, perdone la intromisión.

— ¿Qué haces aquí? ¿No sabes que esta ala de la base se encuentra prohibida para ustedes?

—Lo sé, mi general. Solo que usted tiene su intercomunicador apagado y...

— ¡No tontas excusas, cabo! —El general Ross odiaba los rodeos, más enojado no podría estar. —. ¿Qué razón te trae acá y te obliga a desobedecerme?

—Stark, mi general. Él escapó.

El general Ross estalló, tiró la cena que preparó para su hija.

Su noche no podía empeorar.

(...).

—No tardaré.

Barnes asintió, vio partir a su líder. Apostaba que iría a la habitación donde tenía a Stark, lo que le generaba conflicto. Stark era su enemigo jurado, el que evitaba que muchos de sus planes se concretaran. Pero, su amigo se empeñaba en solo fastidiarlo, y no asesinarlo.

Ahora contaban con la oportunidad, pero lo auxiliaban. Aún no entendía el comportamiento de su amigo.

—Saldrá humo de tus orejas. —Natasha abrazó a James por atrás. —. ¿En qué piensas?

—En Steve. ¿Por qué ayuda a Stark?

—Porque le complementa. —Natasha suspiró, recostó su cabeza en el hombro de su alfa. Ella era una gran observadora, no le tomó tanto tiempo en entender la relación de Rogers con Stark.

Era simple, como todas.

—Él es el héroe que complementa a un villano como Steve.

— ¿Solo es eso?

—Por el momento. —Barnes hizo una mueca de desagrado. —. Stark no te simpatiza, ¿eh?

—Es muy petulante.

— ¿Y quién no lo es?

Barnes se giró hacia su omega, la tomó por la cintura y la miró fijamente. — ¿Estás defendiéndolo?

—Solo molestándote.

Ambos se sonrieron, se iban a besar.

Pero, no lo hicieron. Lo que fue un vago intento de grito se lo impidió. Betty Ross estaba atrás de ellos, en una silla y atada. Tenía el rostro únicamente golpeado, estaba asustada. Ella presenció cómo los hombres infiltrados que su padre mandó para protegerla murieron, todos perecieron de modo brutal.

El ataque de Rogers fue digno de considerarse una cacería, acorraló a Betty Ross, le hizo ver las muertes de cinco hombres. Y no se detuvo, fue por ella.

STONY ONESHOTS - DRABBLES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora