Ellas me arrastraron a la habitación.
Mejor dicho, August me llevó, me sorprendí al darme cuenta que luego de que Amelié les diera una mirada negativa al resto de chicas fuera nadie nos siguiera, a excepción de una que August con una sola mano empujó mandandola a retroceder seis metros.
Mi compañera de cuarto nos abrió la puerta, la rubia me arrojó a la cama. El suave colchón hizo que mi caída fuera menos dramática sin embargo, levantarme con tres chicas paradas alrededor mío, con sus teléfonos en la mano mientras me juzgan no fue muy reconfortante.
Tragué grueso, el corazón me iba a mil. Mi madre iba a mandar pedir que las leyes antiguas vuelvan solo para mandarme a la horca, se relevó quién soy, qué hice en el concierto y que soy lesbiana ¿No querían decir mis fetiches también?
A los teléfonos le llegaron nuevas notificaciones.
¡Era broma, era broma, era broma universo!
La pequeña se quitó el gorrito de rana, la expresión le cambió a una seria demostrando que cuando lo hace, es porque es un momento decisivo. Se sentó en la silla frente al escritorio con las piernas cruzadas y tomó un peluche de gato rosa que empezó a acariciar.
¿Una mala con un gato, una embajadora y un gigante? ¿Qué es esto? ¿La mafia estudiantil?
—Shered, encárgate de esto, estoy cansada —ordenó con su voz chillona Amelié, para mi sorpresa mi compañera le obedeció sin rechistar—. August, pásame una cola-loca.
August golpeó una armario, quedé boquiabierta al notar que en lugar de ropa, tenían todo tipo de bebidas.
—Ven. —llamó Shered, visiblemente molesta.
Fruncí el ceño, el único lugar al que podríamos ir sería al baño.
Me levanté confundida, aunque la seguía porque era lo único que podía hacer y al menos me ayudaron a escapar de la multitud. Ella cerró la puerta detrás mío, dio media vuelta, sentí que iba a golpearme.
Joder, sí revelaron mis fetiches. Qué terrible es la prensa.
—¡¿Cómo es que no dices cosas así?! Dime dónde está tu protección Bettha.
Bien, no sabe mi nombre. Creo.
—Pedí que no contratan a nadie para cuidarme porque iba a ocultar mi identidad —expliqué nerviosa—. no me hables así por cierto, soy tímida.
—Ajá, se nota en el vídeo que se filtró —resopló—. así se le dice a follar ahora.
Jadeé sorprendida, Shered con su uniforme elegante, postura correcta y manera refinada de decir las frases de pronto dijo se transformó. Aunque mantuvo la compostura.
—Mira, lo siento, no quería juzgar tu vida —se frotó el rostro—. es que me gusta pasar desapercibida, ser la compañera de un miembro de la familia real lo dificulta.
—Perdón por nacer.
—No te hagas la chistosa conmigo, pero tienes suerte, Amelié tuvo la compasión de ayudarte —se quitó su saco azul marino—. me voy a cambiar en lo que te explico.
¿Aquí? ¿Enfrente mío?
Bueno Zephir, mira al techo, como no mires al techo te auto mato.
—La rubia alta, que es como le dice la academia entera es August Lavrey, seguro la viste en la TV jugando para la liga femenina de basket —se desprendió los botones de la camisa, uno por uno—. normalmente te pisaría si pasa algo malo pues solo le caen bien los libros y dos amigas. Contigo en el grupo ahora será tu guardaespaldas.
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Si ellas quisieran
JugendliteraturEl rumor de que a la princesa no le gustan los príncipes ha desestabilizado al reino. *👸🏻 * Zephir acaba de cumplir la edad donde debe empezar su propio cuento de hadas, aunque debido a una mala decisión de la reina, se ve obligada a pasar un ver...