DOÑA JULIA

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DOÑA JULIA

Pov Betty

Son las tres de la mañana y acá estoy, en mi habitación, en pijama, y dándole mil vueltas a la cabeza. Obviamente, no puedo dormir. Reviso y reviso esta bolsa de basura, de recuerdos que el trajo de nuevo a mí. Yo pensaba que la había tirado a la basura, que no le importaba lo más mínimo, pero parece que no, que fue lo suficiente importante para él como para recuperarla. Se la dejó a mi mamá diciendo que esas eran sus verdades y yo...yo, estoy tan confundida.

Tengo una lucha interna conmigo misma. Por un lado, está mi corazón, que el muy traidor, no ha dejado de amarlo ni por un instante, ni en los peores momentos, pero por otro lado está la razón, que me dice que huya, que no le crea, que me puede volver a hacer daño...

Reviso por enésima vez las tarjetas y efectivamente no están todas. El dice que estas son las que él escribió, y efectivamente no están las del principio. Y sí, es cierto, que estas eran distintas a aquellas que me mandaba al principio, tan banales.

Mi mamá ha debido escucharme dar vueltas por la habitación porque la oigo moverse por la casa.

Al de cinco minuticos, entra por la puerta de mi habitación con una taza de té en la mano.

DJ – Mija, le preparé una tila para que se tome. No puede dormir, ¿cierto?

B – (Suspiro) Ay mamá, es que no sé qué hacer... por un lado, quiero creerle, pero por otro lado quiero huir en dirección contraria e intentar olvidarme de todo y dejar todo esto atrás. Quiero dejar de sufrir.

DJ – Betty, yo la entiendo, pero huir no es la respuesta a los problemas y ¿sabe por qué? Porque los problemas, por mucho que uno no quiera enfrentarlos ahí siguen, no se evaporan. Mire, usted se fue a Cartagena huyendo de Don Armando y ¿qué consiguió? Nada. Ahí lo tiene, con usted todos los días trabajando mano a mano. – Intento interrumpir a mi mamá, pero ella no me deja – No mija, escúcheme por favor. Yo no sé si como usted dice él está mintiendo, si es tan buen actor que me engañó al igual que lo hizo con usted antes, pero yo le creí, se veía tan sincero, se le veía sufrir tanto. Mire, yo le dije que se olvidara de usted, que la dejara marchar y él me dijo que es que sin usted su vida no tiene sentido. Me pidió perdón de rodillas, llorando. Un hombre como él... si estaba mintiendo, desde luego Hollywood se está perdido un gran actor.

Nos quedamos ambas en silencio, ambas pensando en EL, en mi Don Armando. Pero mi mamá ha llegado a una conclusión.

DJ- ¿Sabe? Yo no creo que estuviera mintiendo, porque usted misma me ha dicho en más de una ocasión, que él no sabe fingir su rechazo a esa Doña Marcela, cuando se le acercaba o la peliteñida esa, o incluso con el estirado ese que trabaja en el Ministerio.

B – Trabajaba – puntualizó.

DJ – Es indiferente. El caso, es que sus sentimientos hacia ellos no los sabe fingir... se le nota demasiado, me ha dicho usted más de una vez. Y ¿los celos para con Nicolas o Michell?

B – Sí, mamá, lo cierto es que no puede enmascararlos, se pone frenético – sonrío de medio lado, porque en el fondo me gusta verlo celoso, porque me hace sentir que siente algo por mí, pero no, no es por mí, es por la empresa – mamita, pero esos celos no son por la Betty mujer, no son porque me ame, son por la empresa, porque tiene miedo de que alguien se me acerque para robarme la empresa, o para que yo muerta de amor, se la entregue.

DJ – Tal vez antes pudiera pensar así, pero ahora ya todos los de la Junta Directiva saben el estado de la empresa. Mija, eso ya no tiene caso. Le voy a ser muy sincera y le voy a dar un consejo como madre. Betty, yo soy su mamá, y lo único que quiero en la vida es SU felicidad.

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