El choque inesperado

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Había mucha gente en el pasillo, mucho murmullo y alboroto, mucha sombra borrosa.
Yo miraba al suelo como siempre, sola y callada.
Sin mirar al frente ni un segundo.Sostenía entre mis brazos unos libros y los agarraba fuertemente, cuando de repente un golpe interrumpió mi paz y todos mis libros cayeron al suelo provocando un fuerte ruido que dejó a la mitad del pasillo en silencio.

Como si no fuera poca la vergüenza que docenas de ojos se fijaran en mi, la persona con la que choqué eras tú y te quedaste parado durante unos largos tres segundos, en aquel momento me di cuenta de lo idiota que eras por no dignarte a disculparme así que me agaché a recojer los libros y creiendo que te marcharias y que olvidarias de tu mente este incomodo e insignificante momento de tu vida ví tu mano recojer el libro de castellano, tu bonita y varonil mano...y me miraste como si nunca me hubieras visto, ví una luz brillar en el fondo de tus ojos, sonreiste con sinceridad y ternura.

Ya tenía los libros en mis manos cuando dejaste caer suavemente el que habías recogido sobre los demás.
Me levanté entonces con la cara roja y el corazón a cien por hora.
Se hizo el silencio en un segundo.Ya solo escuchaba tu voz entre la gente.


No dijiste nada y al mismo tiempo lo dijiste todo, como polos opuestos que se atraen y entre risas pronunciaste las palabras mas corrientes como cualquier otro hubiera hecho, un sencillo "lo siento" pero que para mi fueron preciosas.Pensé entonces que realmente podía llegar a estar enferma al emocionarme con una simple disculpa y entre mis pensamientos reaccioné, estúpidamete respondí con una leve sonrisa de adolescente sin neuronas.


Y te fuiste así sin decir nada, en menos de un segundo me encontraba sola de nuevo entre la gente, decidí girarme y buscarte para ver tu cabeza sobre salir entre las demás y verte alejar como siempre haces, pero me sorprendió ver que me mirabas como nunca habias hecho antes y sonreias, podría jurar que me sonreias a mi aunque eso fuera casi imposible.
Mientras te veia el tiempo se me hizo eterno y sin darme apenas cuenta el pasillo se volvió solitario, todo el mundo volvió a sus clases y allí estaba yo en silencio, cargada de libros, con el corazón acelerado y la mirada perdida entre tus ojos.


Desapareciste en un instante y mi felicidad se fue con tigo, se desvaneció el rojo de mis pomulos y los latidos de mi corazón disminuyeron...
Aparté la vista del camino por el que marchaste y me di cuenta de que estaba sola, seguí caminando por el largo y silencioso pasillo, mirando al suelo como siempre, sola y callada pero ahora con tu sonrisa dibujada en mis labios.

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